“Hiere mucho todo esto”

La expansión del arte mural en la provincia ha sido reflejada en varias ocasiones por nuestro medio y Río Turbio no fue la excepción. En esta localidad en particular, además, la movida creció a raíz de la lucha de los trabajadores de YCRT, quienes fueron fuertemente respaldados por su comunidad, entre los que se destacaron artistas. Desde el año pasado se involucraron de manera independiente y, entre otras actividades de lucha y resistencia para visibilizar el conflicto estuvo presente el arte del muralismo. Las obras que fueron emplazadas en las inmediaciones de mina y aún siguen en pie, “pese a la orden de la intervención de taparlos ya que es un registro histórico de su pobre gestión y organización”, comenta a TiempoSur el artista Joselo. El Centro de Río Turbio también es registro de las obras que fueron en sintonía con movidas culturales organizadas en plazas. Sin embargo, “en una plaza en particular hicimos en su momento un mural donde se podían proyectar películas, en el cual proyectamos films históricos como ¨La unión 24¨ y otros hechos más que relevantes para la historia de la Cuenca”, mencionó Joselo en cuanto a la innovadora intervención y lamentó: “Al Municipio no le importó para nada las aristas culturales que se abarcaron y decidieron pintar de blanco absolutamente todo el paredón”. En este sentido el artista resaltó que fue una acción “que no se atrevió ni a hacer la intervención de turno”.

Si bien el trabajo del Municipio se basa en la remodelación de la plaza en cuestión, lo que pone en evidencia nuestro entrevistado es que se trataba de “un trabajo colectivo de la sociedad que colaboró en algo tan hermoso como lo es una construcción artística”.

Ya habían sido censurados

En otro tramo de la entrevista, el rioturbiense recordó que el pasado 8 de marzo, hoy recordado como 8M y para Joselo “día que cada vez es más histórico en la sociedad argentina”, junto a su hermano realizaron la intervención en apoyo a las mujeres. “No queremos más mujeres muertas”, remarca y cuenta que la intervención a su vez incluía una línea de teléfono (144) para que las víctimas se comuniquen en caso de violencia.

Este mural también fue eliminado “sin escrúpulos, dejando en evidencia la poca empatía que hay con temas tan sensibles, eso me parece un agravante terrible y de un repudio extremo”, remarca.

Para cerrar el artista expone la situación de los edificios públicos de su localidad, los cuales muestran escraches, pintadas políticas y un mal estado evidente. “Prefirieron matar el trabajo de un montón de gente. Tengo una impotencia y una bronca terrible, no le pedimos nada a nadie y estos dinosaurios hacen lo que quieren. Hiere mucho todo esto”, cerró.

“El arte no es delito”

Durante la entrevista el artista mencionó la situación que vivieron colegas artistas de la Ciudad de Buenos Aires, donde la Legislatura porteña intentó una reforma del Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires, que “pretendía callar y reprimir las voces de la cultura y el arte”.

“Una ley para criminalizar el arte que se lleva a cabo fuera del círculo hegemónico, el llamado arte callejero, el cual no es disfrutado por la élite, por ende debe ser censurado”, enfatizó Joselo y recordó: “En esas fechas llevamos a cabo movidas que fueron de mucha importancia como método de resistencia ante estas cruentas acciones. Jornadas extensas llenas de murgas, artistas de afuera y bandas locales, más otras películas proyectadas en el mural que te mencionaba. Fueron tantas las manos que ayudaron que casi ni participé”.

En este sentido subrayó: “Se nota la necesidad de expresión, la falta de espacios culturales, la falta de ámbito donde podamos encontrarnos y realizarnos artísticamente”.