Caleta Olivia

Destinado a la captura de merluza

La ciudad de Caleta Olivia fue protagonista de la emblemática botadura de un pesquero de costa en su Puerto Caleta Paula.

  • 16/01/2019 • 12:53

El recinto de mar interior que da forma al puerto Caleta Paula fue escenario de uno de los más relevantes acontecimientos en sus veinte años de historia. Por primera vez se produjo la botadura de un barco, en este caso de la flota de costera lo que también dejó una sensación de reactivación en la cíclica industria pesquera.

El pasado 4 de diciembre, transcurrían las dos de la tarde cuando los brazos de dos poderosas grúas izaron desde el muelle principal al “Don Julio I” de doce metros de eslora, destinado principalmente a la captura de merluza para comercializarla en el mercado regional, pero también con posibilidades de exportación de ese recurso.

Antes de ello, la madrina de la nave, Valeria Dalesio, había hecho estallar una botella de champagne contra la quilla y decenas de personas que se hallaban en amplia explanada lanzaron gritos de júbilo, alzaron sus brazos y aplaudieron, exteriorizando de esta forma un mensaje de buenos augurios para los emprendedores, los tripulantes y toda la familia de la pesca que centra en ese lugar su fuente de trabajo.

El barco no era nuevo ya que estuvo inactivo en un astillero ubicado en la localidad bonaerense de Benavídez (cerca de Tigre) y tenía otro nombre (El Tozudo).

Fue comprado hace unos cinco meses en Buenos Aires por Ángel Angenelo, Diego Dalesio y Cesar Maldonado, por lo cual tuvo que ser reacondicionarlo a nuevo e incorporarle todo el equipamiento que exige un órgano contralor de la Prefectura Naval Argentina.

Todo ello demandó una inversión de casi 400 mil dólares, algo no habitual para una época de recesión económica pero los jóvenes empresarios estaban decididos a llevar adelante el proyecto que  venían gestando desde hacer muchos años y además tenían en cuenta las expectativas que deparaba el importante caldero de merluza, a no más de 25 millas de estas costas.

 

Replanteo técnico

 

El barco fue ingresado a un taller naval local, propiedad de Charlie Gotiandia y además contrataron los servicios de un ingeniero naval que llegó desde Buenos Aires, Miguel Rapa.

El profesional comentó que en principio hubo que completar toda la documentación técnica faltante del proyecto, verificando parámetros de la condición estructural del barco.

“Las condiciones eran buenas y se hicieron algunas modificaciones menores, además del replanteo de todos los sistemas funcionales, es decir lo que tiene que ver con bomba de achique, lastre, sistema de incendio, sistema eléctrico tuberías de combustible y de aceite hidráulico”, precisó.

Por otro lado se calculó todo lo relativo a las cuestiones de estabilidad y seguridad general, tras lo cual se le incorporó equipo de radio, sonar, computadora de a bordo y balsas salvavidas entre otros elementos complementarios.

La tripulación será de cinco personas, incluyendo al patrón y se estima que la primera zarpada a zona de pesca se producirá en los primeros días de enero, estimándose que cargará en bodega entre 300 a 400 cajones de merluza por salida de buque

El “Don Julio I” finalmente fue depositado en el agua del puerto Caleta Paula y quedó junto a otra veintena de barcos de la flota de costa, algunos con cascos de color amarillo y otro naranja, en medio de encontradas sensaciones de alegría y expectativas de sus propietarios, amigos y el resto de la gran familia pesquera caletense.

Puerto Caleta Paula

Cabe recordar que el Puerto de Caleta Paula, es un puerto de mar interior que comenzó con sus operaciones allá por el año 1998. Es  apto para el manipuleo, carga y descarga de mercaderías y posee un muelle de 1.100 m.

Las instalaciones poseen facilidades portuarias confiables y seguras en el golfo San Jorge, permitiendo que los buques pesqueros puedan exportar desde el propio puerto sin dependencia de otras terminales portuarias.

El puerto que fue ampliado nuevamente en 2006 llevándolo a 600 m x 300 m, incluyendo un sistema que permite a los buques limpiar su sentina sin contaminar y un astillero con dique seco, que proporciona capacidad operativa para construir y reparar buques de hasta 140 metros de eslora.