No decae la causa penal

Se va el barco de la búsqueda con incierto compromiso de retornar en febrero

Los sesenta días operativos de la que hasta ayer puede calificarse como una “frustrada búsqueda científica” del submarino ARA San Juan en las profundidades del Atlántico Sur están llegando a su fin. Cómo era previsible, la empresa Ocean Infinity decidió suspenderla a partir del viernes 16 de noviembre, justamente al día siguiente de que se cumpla un año de la tragedia naval.

  • 10/11/2018 • 09:31
Ayer prestó declaración testimonial Antonio Badalich, instructor de  sonaristas de la Armada.
Ayer prestó declaración testimonial Antonio Badalich, instructor de sonaristas de la Armada.

Agencia Caleta Olivia

Al promediar la tarde de ayer solo restaba que el ministro de Defensa de la Nación, Oscar Aguad, diera a conocer oficialmente lo que ya era vox pópuli: La promesa de que Ocean Inifinity retomará el rastrillaje de las aguas del Golfo Jorge con su buque “Seabed Constructor” a partir de febrero de 2019.

Por cierto esto no es una novedad, aunque de ese fue el criterio que le asignaron algunos medios periodísticos porteños al anunciarla en sus portales digitales a modo dar cabida a la “primicia” que les hizo llegar el titular de la cartera de Defensa.

 

ERA PREVISIBLE- Pero la suspensión de la búsqueda no es ninguna novedad ya que, como en su momento lo informó  TiempoSur, el 25 de octubre la empresa  había comunicado a los familiares de los desaparecidos que iban a borde del buque que resultaba inútil seguir ampliando áreas de búsqueda alrededor de sitio de la (supuesta) explosión detectada por los hidrófonos de organismo internacional que se identifica con las siglas CTBTO.

Luego, cuando el barco volvió a recalar por tercera vez en el puerto de Comodoro Rivadavia para cambiar su tripulación (1° de noviembre) la Armada logró obligar a Ocean que completara la etapa de búsqueda de 60 días operativos y que adicionalmente prorrogara el contrato otros 60, algo que había sido una opción pautada desde un primer momento.

Aunque nunca se fijó o dio a conocer oficialmente la fecha de la reanudación, quedaba implícito que  tendría que ser luego que el buque fuera sometido a un chequeo de mantenimiento obligatorio en el puerto de Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

Lo que nunca se dijo es por qué no puede retornar antes de febrero, pero ya cobraron fuerza las versiones que se dirigirá hacia otra zona marina, probablemente frente a las costas de Brasil para cumplir con otro contrato de búsqueda submarina que la empresa pautara con anterioridad.

En tanto, uno de los familiares de los tripulantes del sumergible que permanecen a bordo, Luis Tagliapietra, dijo a media tarde de ayer a este medio, a través de un mensaje vía WhatsApp que a ellos no les habían informado de manera oficial que el rastrillaje con los AUV y los ROV (vehículos subacuáticos) se suspenderían a partir del viernes 16 de noviembre.

Tampoco estaba confirmado, al menos hasta el cierre de esta edición, si el  “Seabed Constructor” amarará ese día o antes en el puerto comodorense para luego poner proa a Sudáfrica o bien si los veedores de los familiares y de la Armada serán transbordados a otro buque en altamar.

Por otro lado, todo parece indicar que el “Seabed Constructor” no irá área sugerida por la jueza Marta Yáñez, donde se habrían captado golpes que provenían de las profundidades, frente a la Península Valdés, algo que también venían demandando prácticamente la totalidad de los familiares de los submarinistas.

 

OTRO TESTIGO Y VAN MAS DE SESENTA- En tanto, la causa por la que se investigan responsabilidades penales sigue su curso en el Juzgado Federal de Caleta Olivia, por donde ya pasaron más de sesenta personas para prestar declaración testimonial.

En la audiencia de ayer, presidida por la jueza Marta Yáñez, compareció el suboficial principal Atilio Badalich, un instructor de sonaristas, especializado en equipos Biodón (de fabricación francesa) y ASO4 (alemanes).

Badalich ya había escuchado la grabación de los sonidos que captaron sus pares de la corbeta “Spiro” (con equipo Biodón) frente a las costas de la Península Valdés, seis días después que desapareció el ARA San Juan.

A su criterio, los supuestos golpes que provenían de las profundidades, no se correspondían con un casco metálico sino con sonidos de la naturaleza marina y eso lo había discutido con los camaradas de su profesión, entre ellos los que dieron su testimonio en el Juzgado Federal.

Su permanencia en la audiencia fue una de las más breves desde que se inició el ciclo de las testimoniales a principios de año y pudo saberse que conocía personalmente a gran parte de los tripulantes desparecidos con el ARA San Juan, porque a mediados de agosto de 2017 realizó un viaje de entrenamiento y capacitación que duró solo tres días.

 

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