ARA San Juan

Ocean Infinity mostró su lado más oscuro al intentar abandonar búsqueda del submarino

Bajo el argumento de que resultaba “inútil” seguir ampliando áreas de búsqueda en las aguas del Golfo San Jorge, la empresa norteamericana intentó interrumpir la búsqueda de ARA Juan. El anuncio lo hizo ayer pero en horas de la tarde se vio obligada a dar marcha atrás a raíz de la indignación de familiares de los submarinistas y por las advertencias de la Armada Argentina.

  • 27/10/2018 • 08:44
En pocos días más se cumplirá un año de la desaparición del submarino ARA San Juan. (Foto: N.A.)
En pocos días más se cumplirá un año de la desaparición del submarino ARA San Juan. (Foto: N.A.)

Agencia Caleta Olivia

A las 11:00, el buque el “Seabed Constructor” de la empresa navegaba a una velocidad de 11.6 nudos, se encontraba en la posición geográfica 46°32´21” Latitud Sur y 58°28°27” Longitud Oeste y solo tenía operando tres vehículos sumergibles equipados con sensores (AUV) en la denominada Área 11.

A esa hora del día N°43 de búsqueda operativa, los cuatro familiares de los submarinistas que se hallan a bordo (Luis Tagliapietra, Silvina Krawczick, Fernando Arjona y José Castillo) fueron citados por el director de la misión para darles a conocer una ingrata decisión.

La misma indicaba que el miércoles la empresa había determinado “suspender la búsqueda hasta el mes de febrero” bajo el argumento de que “resultaba inútil seguir ampliando áreas”.

A modo de sutil consuelo también se les hizo saber que de todos modos iba a realizarse “un estudio pormenorizado en tierra de toda la data recogida (en fondo marino)”, para luego determinar cómo y por cuánto tiempo iba a continuar la búsqueda científica del ARA San Juan a partir de febrero de 2019.

Pero hubo algo más que llamó la atención: El buque modificaba su punto de reabastecimiento y cambio de tripulación que inicialmente ser había anunciado para el 31 de octubre en el puerto de Comodoro Rivadavia.

Ahora optaba por ir al puerto chileno de Punta Arenas, donde podrían desembarcar los cuatro familiares y, supuestamente, también allí tendrían que hacerlo los veedores de la Armada Argentina si es que éstos no trasbordaban en altamar alguna nave de esa fuerza.

De hecho, quedaba de manifiesto que la empresa pudo haber evaluado la posibilidad que evitar ser blando de alguna manifestación de protesta en el caso de amarrar en el puerto chubutense.

La empresa había anunciado que suspendería la búsqueda con el buque “Seabed Constructor”. (Foto: TiempoSur)

FORZADA A CAMBIAR DECISIÓN- Apenas de conoció que se iba a interrumpir la búsqueda, decenas de familiares de los marinos que residen en Buenos Aires, Mar del Plata y en otras localidades del interior del país, expresaron su indignación, muchos de ellos a través de diferentes medios periodísticos.

La Armada tuvo que intervenir de inmediato ya que, por ser un organismo que depende del Ministerio de Defensa de la Nación, le habría recordado a la empresa multinacional que debía cumplir con las cláusulas de contrato que establece una búsqueda operativa de 60 días, por lo cual es probable que la haya apercibido de llevar adelante acciones legales.

Oficialmente ese detalle no se mencionó en el parte oficial que a las 14:00 de ayer emitió la fuerza naval, el cual solo daba cuenta que “ante la solicitud de Ocean Infinity de suspender transitoriamente las operaciones”, se ha “coordinado” con la misma dar continuidad a la búsqueda “en cumplimiento del contrato vigente”.

Minutos antes, desde el navío en altamar, Luis Tagliapietra informó a sus pares en tierra que  aproximadamente entre las 13:30 y las 13:50 “tuvimos reunión con el director de la misión” quien “por un lado nos manifestó que quedó en suspenso la decisión comunicada por la mañana de suspender la búsqueda”.

“Esto significa que se terminará de inspeccionar el Área 11 y mientras tanto decidirán qué hacer” dijo el padre del capitán de corbeta Damián Tagliapietra, uno de los tripulantes desparecidos con el sumergible el 15 de noviembre de 2017.

En tanto, no quedó en claro si con el obligado cambio de postura, el “Seabed  Constructor” deberá recalar en Comodoro o bien ira Punta Arenas.

SOSPECHAS SUGESTIVAS- Con su frustrada “intentona” de ayer, la empresa no hizo más que abonar algunos mantos de sospechas que venían difundiendo medios periodísticos internacionales, las cuales aluden a oscuros objetivos bajo el paraguas de aceptar contratos de búsqueda “a riego” en los mares del mundo, es decir, no cobrar nada si no concreta un hallazgo.

Antes de llegar a la Argentina para buscar a ARA San Juan por lo cual acordó cobrar 7,5 millones de dólares si lo encontraba, su buque había estado rastrillando una amplia área del Océano Índico para encontrar los restos del avión de Malasya Airlines desaparecido en marzo de 2014 con 239 personas.

No lo encontró y en cierta ocasión, durante varios días el “Seabed Constructor” de bandera Noruega  estuvo misteriosamente “desparecido” por más de tres días” con su trasponder apagado, por lo cual se conjeturó que su verdadero objetivo era relevar el fondo marino en búsqueda de recursos naturales, sospecha que ahora se replica con el barrido de una vasta extensión de plataforma submarina argentina.

Los argumentos que tuvo para suspender la búsqueda del ARA San Juan no son para nada convincentes porque el CEO de la empresa, Oliver Plunket (que estuvo en Comodoro Rivadavia el 7 de septiembre cuando el buque hizo su primera partida) les transmitió gran confianza de hallar al submarino a los familiares de los desaparecidos.

Además hay otro dato relevante que no debe olvidarse: la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, había sugerido que uno de los sitios de búsqueda se realizara frente a la Península de Valdés.

La magistrada basaba sus apreciaciones en base a testimonios de un grupo de sonaristas de la corbeta misilística “Spiro”, quienes aseguraron haber captado sonidos de golpes de un objeto metálico de más de 30 metros, a unos 400 metros de profundidad y la mayoría de ellos creía que trababan de pedidos de auxilio de tripulantes de submarino, algo que se produjo seis días después de su desaparición.

Pero Ocean Infinity, pese a tener tiempo “operativo” para ir a ese lugar, desoyó el pedido de la Jueza, algo que abona aún más las sospechas que se tienen de sus propietarios que en gran parte son británicos ligados a los fondos buitre, con oficinas centrales asentadas en los Estados Unidos.

 

 

 

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