Relatos de Vida

“El arte es tan necesario en la vida del ser humano que no puede pasar de largo”

Así lo dijo a TiempoSur, la profesora Roxana Agulló, profesora y apasionada por la música que transmite su pasión, sus conocimientos a generaciones de nuestra comunidad y que comparte con cada uno de los integrantes no solo de su familia, sino del grupo que hoy dirige y que son fieles representantes de la cultura de esta tierra.

  • 20/10/2018 • 14:31

En este espacio que TiempoSur dedica a vecinos de nuestra comunidad para conocer y/o recordar sus historias de vida, hablamos con la profesora Roxana Agulló, piedrabuenense, al igual que su padre –Rafael Agulló- y su abuelo.

Su familia paterna es de esa comunidad de la Provincia de Santa Cruz, “y aún cuento con mucha familia allí”, nos contó con mates de por medio, en tanto que “mi mamá –María Isabel Ramström es de Puerto Santa Cruz, mis abuelos crearon la Estancia Helsinforg, cerca de El Chaltén y hasta los 5 años viví entre la Estancia y Piedra Buena. Mi vida era maravillosa entre el campo, el Lago Viedma”, nos cuenta Roxana alegremente recordando su infancia.

Cuando su familia se radicó en Río Gallegos, Roxana y sus hermanas estudiaron en el Colegio María Auxiliadora, y ya de muy chica su pasión por la música estaba presente. Aquí nos cuenta que “a partir de los 11 años comencé a estudiar en el Conservatorio Provincial de Música” y le preguntamos el porqué elegir el Conservatorio, a lo que nos contó que “a mis hermanas y a mí siempre nos gustó mucho la música, cantar; en mi casa siempre se cantó; mi papá tenía un grupo folclórico cuando era joven en Piedra Buena y estaba integrado por parientes y amigos. Cuando llegó el momento de hacer actividades extra escolares, yo quise ir al Conservatorio a estudiar piano”.

“Empecé a participar del coro, a cantar, siempre fui muy sociable, muy emprendedora, meterme en cosas, participar de los actos”. Luego Roxana, siguió el Profesorado en el Conservatorio donde además, “estuve mucho tiempo en el Coro con Magdalena Ametrano, fui Jefa de Cuerdas del Coro Provincial (así se llamaba en ese momento) y después armamos un grupo musical que me invitó a participar Rita Rais que armó un grupo maravilloso, donde se abrió el repertorio hacia lo popular y ahí me despertó el amor hacia el folclore, la música popular en el coro. Nosotros veníamos del canto lírico, más tradicional, pero en el año ‘84 –recordó- fui a hacer un curso a Buenos Aires, en Radio Nacional donde había gente de Perú, Venezuela, Brasil y fue como un abrir los ojos y darte cuenta que se puede cantar cualquier música y puede pasar por un arreglo coral y ser interpretado en el coro. Eso me gustó mucho.

Cuando regresé estuve trabajando con un grupo de adolescentes en el Conservatorio que empezamos a salir al público, luego hice una suplencia del Coro Estable del Conservatorio que dirigía la profesora Graciela González, en ese momento nos fuimos a cantar a Cosquín con Hugo Giménez Agüero.

Con el Coro de la Municipalidad comencé en el año 1994 y lo dejé en el año 2016. Hoy tengo el Coro Aonikenk que es un coro independiente.

Lo independiente te trae muchas cosas a favor pero también algunas en contra. Por ejemplo todo lo organizativo depende exclusivamente de nosotros, no le podemos echar la culpa a nadie de nada; desde el recurso económico, la organización artística, las invitaciones, todo pasa por nosotros. En este momento tenemos 40 personas integrando el coro.

En el mes de noviembre tenemos un Encuentro en Punta Arenas y Puerto Natales, que es un evento que se organiza todos los años en la Patagonia y vamos 30 personas. El mes pasado estuvimos en Buenos Aires y fueron 27 los integrantes que pudieron viajar, le ponemos mucha energía”.

Orgullosa de su título

“Estudié en el Conservatorio que se llamaba Vicente López y Planes, y después se cambió el nombre por el que lleva ahora “Padre Eugenio Rosso”, me recibí en el año 1986 de Profesora de Música en la especialidad piano.

Siempre estuve muy orgullosa de ese título, llegué a jubilarme como Directora de Artística de la Provincia, hace 8 años. Estuve trabajando los últimos años de la docencia en ese cargo y realmente valoro y respeto muchísimo el trabajo que se hace en el Conservatorio de Música con los profesores que egresan de allí.

Conozco muchos colegas que han seguido perfeccionándose y trabajando en lo suyo” y en este sentido por mencionar alguno de sus colegas nombró a Mariano Mosso, director de la Orquesta del Barrio, Natalia Salinas que está dirigiendo orquestas en Buenos Aires; Lorena Espina que está cantando por el mundo. Hay muchísimos, como los profesores que han elegido quedarse y estar enseñando música en las Escuelas y que también hace un trabajo tan noble porque es abrirle la cabeza a la gente y mostrarle que se puede buscar otro camino que es el arte.

Me puso muy feliz que se creara y se llevara el Profesorado de Arte Visual al Centro Polivalente de Arte, peleamos muchos años por eso cuando estuve en la Dirección de Artística. Otro lugar que también le tenemos una deuda es la Escuela Provincial de Danzas, que debería tener ya su profesorado, hasta el momento tenía la tecnicatura y todo lo que es la iniciación; pero son dos caminos o te quedás siempre en la protesta o le metés para adelante con lo que puedas, y creo que el resultado está bueno”, relató Roxana.

“La música te libera”

Le consultamos a Roxana, si como sociedad somos capaces de aceptar y respetar a aquellos niños, adolescentes, adultos que deciden volcarse al arte, en lugar de las carreras o profesiones, por ponerle un nombre “típicas”. A esto Roxana, consideró que “es como un prejuicio que de a poco se va cambiando”. Además nos precisó “quien estudia la cuestión científica de lo que es el cerebro humano, te dice que una persona que es artista tiene la cabeza totalmente desarrollada, tiene los hemisferios totalmente desarrollados” y agregó “el arte es un trabajo como cualquier otro. Estoy trabajando junto a MUSAC –Asociación de Músicos Santacruceños- y lo que intentamos desde allí, es revalorizar el arte como un trabajo.

El arte te libera, te permite tener otra mirada de las cosas. Nosotros en el Coro trabajamos mucho lo que es el trabajo en equipo, la tolerancia; y a mí me cuesta mucho porque soy una persona impaciente; pero me ayuda a trabajar mi paciencia, mi tolerancia, en tener que respetar los tiempos del otro; porque nosotros somos 40 cantando y puede haber gente que nunca canto, o aquel que se encuentra con una partitura y es como si le estuvieras dando un jeroglífico. Entonces, todo ese trabajo de equipo ayuda a formar el temperamento de un niño, de un adolescente, de un adulto; y también ayudan a sobrellevar problemáticas que de otra forma te ahogarían.

La música libera, y vos interpretando sacás tus broncas, sacás tu melancolía, son recuerdos. Para mí la música son imágenes; yo escucho una zamba me recuerda a mi papá cantando en un asado, otra canción que me hace recordar a mis abuelos; o el momento en que me enamoré, o que nacieron mis hijos.

Yo no puedo entender a una persona que no tenga un mínimo contacto con la música, con el arte. Supongo que en este caso es como un prejuicio al revés.  

El arte es tan necesario en la vida del ser humano que no puede pasar de largo.

Me encanta cumplir esta función de darle a la persona la posibilidad de que se exprese, se comunique de otra forma”, concluyó.

 

La importancia de la música y el canto coral para la humanidad  

El destacado compositor y director británico John Rutter habla de la importancia que la música y el canto coral revisten para la humanidad en las actuales circunstancias.

"La música coral no es uno de los lujos de la vida. Es algo que se dirige al corazón mismo de nuestra humanidad, a nuestro sentido de comunidad y a nuestras almas.

Tú expresas, cuando cantas, tu alma en la canción.

Y cuando te unes en grupo con otros cantantes, conforman más que la suma de las partes.

Todas esas personas están abriendo sus corazones y almas en perfecta armonía.

Lo cual es un verdadero emblema de lo que necesitamos en este mundo, cuando gran parte del mundo está en conflicto con sí mismo... Eso sólo para expresar, en términos simbólicos, como es cuando los seres humanos están en armonía.

Esa es una lección para nuestros tiempos y para todos los tiempos. Creo en esto profundamente.

Y la excelencia musical es, por supuesto, esencial pero incluso si un coro no es el mejor del mundo, el hecho de que se reúnan tiene un valor social. Tiene un valor comunitario.

Y siempre digo que una iglesia o una escuela sin un coro son como un cuerpo sin alma.

Tenemos que tener un alma en nuestras vidas.

Y todos los que han cantado en coros me dicen, que se sienten mejor por hacerlo. Que sin importar las preocupaciones del día, si tal vez se reúnen después de un largo día de escuela o de trabajo, de algún modo dejan sus problemas en la entrada.

Y cuando estás ahí sentado o de pie, haciendo música por un par de horas al final del día, eso es lo único que importa en ese momento y te vas reconfortado. Te marchas renovado. Y ese es un valor que va más allá de la música misma.

Por supuesto, como músico, lo atribuyo esencialmente a la música, pero todos estos valores anexos simplemente se alzan como un faro.

Creo que en general nuestros políticos deben tomar nota... (sobre todo en tiempo de elecciones ) … y continúa :

¡Dios mío! Alguna vez lo han hecho...?  

y nuestros educadores, aquellos que deciden los presupuestos de la educación, los presupuestos de la iglesia, (los presupuestos de la Cultura y las Artes...) sólo necesitan recordar que no es se trata de un lujo. Es como un gran roble que emerge desde el centro de la raza humana y extiende sus ramas por todas partes. Eso es lo que la música hace por nosotros... Y la música coral debe considerarse como uno de los ejemplos supremos de ella".