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La creatividad no tiene techo

Un proyecto que se formó hace dos años alrededor del amor por la tecnología, muy pronto se transformó en un veintenar de ideas que rodean a un grupo cada vez más amplio de jóvenes. Una familia, una amistad de muchos que se desarrolla en la educación y se nutre por su impulso a desarrollar lo creativo y útil a través de la ciencia.

  • 16/10/2018 • 11:25

Si alguien le preguntaba al Profesor Fernando Saavedra, hace dos años, si vislumbraba que su idea de impulsar el Club de Ciencias en la Industrial N°6 iba a contar con casi 200 integrantes y 20 proyectos que se sostienen en comunión, quizás no lo hubiera imaginado. Es que el proyecto fundacional de Robótica Educativa, con el primer impulso el 25 de agosto del 2016, fue el primer paso para conformarse como Club de Ciencias, con apenas 8 alumnos integrantes. Y de ahí no paró de crecer, siendo que a fines del 2017 eran 85 integrantes.

“Hubo algo parecido 20 años atrás”, comentó a NOS el Prof. Saavedra, para dar cuenta que una resolución del Consejo Provincial de Educación en 1995 denominada “capullo blanco”, fue la que le permitió al docente contar con 6 horas cátedras para tener el Club de Ciencias en la institución educativa donde desarrolla sus labores. De ahí, solo había que dar el puntapié.

El resto lo provocó el entusiasmo que se contagió entre los estudiantes y quienes pronto sumaron su conocimiento al proyecto, en la parte científica-tecnológica: Flavio Espeche (programación y Hardware) y Claudio Galli (electrónica y robótica).

Escuela Paralela

Como dijimos, el proyecto matriz fue la robótica, como el desarrollo de drones, programación visual o impresión 3D de componentes que sirvan para los construir el artefacto tecnológico. Contar con un espacio diferente al establecimiento ubicado en la Fuerza Aérea, fue vital para llevar adelante la organización de cada proyecto que se fue armando, y ese lugar fue la Escuela N° 33. En su totalidad.

Los sábados, muy temprano a la mañana y hasta pasado el mediodía, los jóvenes se juntan para despuntar el vicio, soltar la creatividad y, sobre todo, disfrutar de un hobby entre amigos. Fue ese lazo que captó más adherentes y amplió la gama de ideas. Y ya no solo la ciencia fue la que permitía la expresión artística, sino otros talleres como la danza, el deporte y la comunicación social, siendo que hoy llevan adelante un segmento en radio y televisión local. Un proyecto que se transformó en multidisciplinario. 

“Los chicos vienen con una inquietud, la pulimos, la presentamos en el grupo general en el Whatsapp y ellos se van uniendo dependiendo lo que les gusta”, señaló el Prof. Saavedra, quien fundó y dirige el grupo. Pero no es solo él en quien recae la responsabilidad, ya que los años han permitido que estudiantes con más tiempo en el Club, se hagan cargo de ser delegados en cada grupo. Un incentivo que los lleva a manifestar su compromiso con el proyecto que integran, llevar adelante las actividades, alentar a sus compañeros y compartir la información. Un saber que se transmite en conocimiento y disciplina.

Trabajan de febrero a diciembre y se sienten “como una escuela paralela, ya que los profes y los chicos entran en respectivo horario de acuerdo a lo que les gusta”. Una gran familia que, como tal, comparte su experiencia en todas las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram y Youtube).

La base está

La inteligencia artificial, robótica educativa, proyecto dron e impresión 3D son 4 eslabones que aprovecharon por su avance y aunaron en un solo proyecto, denominado “Robótica Educativa, aprendizaje innovador”, el cual fue presentado en diferentes eventos de ciencia de la ciudad y la provincia.

En robótica educativa, están haciendo un vehículo todo terreno que se maneja solo, el cual se encuentra en proceso de construcción. Con impresión 3D (cuentan con 3 impresoras) diseñaron un robot que arma un cubo rubik solo, el cual fue presentado en la feria de ciencias local. Por su parte, en inteligencia artificial van a presentar una casa de robot con reconocimiento de voces, habla y gestos. Por último, en el proyecto de drones pretenden exhibir un ala dron que va a hacer mediciones de temperatura a diferentes alturas.

“Los chicos no querían que quede en un proyecto de ciencia solamente y termine la feria y se termine todo, ellos querían difundir”, rescató el Director, dando cuenta que aprovecharon la invitación de Aulas Talleres Móviles (ATM) como una forma para que los estudiantes tenga ese contacto y comunicación con la comunidad, y allí contar que su trabajo “no es ciencia ficción”, que es palpable y se hace con el esfuerzo propio. 

“A la gente no solo se lo cuentan, sino que la gente va, ve y toca los kits de robótica y plaquetas”, advierte el Prof. Saavedra, quien insiste que “es una forma que la escuela salga a la comunidad y muestre lo que se viene trabajando”.

Un club que se destaca por su desarrollo, su enseñanza y su representatividad en diferentes ámbitos, fuera de las ferias. Participa activamente en su comunidad y pretende un aporte significativo, poniendo en relieve que “la gente tiene una idea pero quiere saber más".

El sostén y el trabajo a pulmón

El apoyo económico es fundamental y se hace necesario cuando el proyecto crece y genera invitaciones para ser partícipe de distintos eventos, ferias y exhibiciones en la provincia, otros lugares del país y también al exterior.

Saavedra subraya “el entusiasmo en los chicos mas allá de la situación económica y social en la provincia”, mientras tanto buscan colaboraciones en el ámbito público y privado, “se hacen muchas cosas a pulmón con la colaboración de los papás” y utilizan el recurso propio.

Lo importante es poder divulgar su trabajo y que haya un representante juvenil por cada proyecto. Aunque, ya piensan que el año que viene la institución educativa aumentará la matrícula de 550 chicos a 750 mas, lo que prevé que también aumente la cantidad de integrantes en el Club. 

 

El futuro ya llegó

El Profe se anima y pretende el sostenimiento del proyecto a futuro. La reciente Escuela de Robótica en Río Gallegos lo entusiasma. El impulso de imaginar “una ONG o algo que fomente y estimule la investigación en los chicos” es su deseo. 

Por lo pronto, hoy son 198 estudiantes entre el turno básico y superior, docentes y profesionales conforman este círculo que comparte su aprendizaje. “No sé si habrán otros clubes de ciencia con tantos estudiantes trabajando simultáneamente en distintos proyectos”, sostiene el director del Club en la Industrial N°6, quien recuerda una frase de sus alumnos al hablar de la impresión 3D: “La creatividad no tiene techo". Y, quizás, debe ser por eso que miran para arriba sin miedos a la ciencia. 

 

Robótica: “Técnica que se utiliza en el diseño de robots y aparatos que realizan operaciones o trabajos, generalmente en instalaciones industriales y en sustitución de la mano de obra humana”.

Robótica Educativa: “es un entorno de aprendizaje multidisciplinario y significativo, ya que se trabajan áreas de Ciencias, Tecnología, Ingeniería,

Matemáticas, Inglés, lingüística y por sobre todo la creatividad, una herramienta mediante la cual, niños y jóvenes aprenden, desde construcciones simples, a edades tempranas, hasta construcciones y máquinas más complejas, a edades más avanzadas”-

 

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