Migrantes

Con “papeles al día” un migrante boliviano “no tiene por qué estar regalando su trabajo”

Se calculan que casi 20 mil bolivianos viven en Santa Cruz. El 3 y 4 de septiembre el Cónsul de Bolivia visitó Río Gallegos para facilitar los trámites de documentación a sus compatriotas. Los “sentimientos verdaderos” salen a la superficie en épocas de crisis. La diferencia con la década del 90.

  • 16/09/2018 • 08:49
Residentes Bolivianos en Puerto Madryn conmemorando el 6 de agosto, entrada de la Virgen de Copacabana.
Residentes Bolivianos en Puerto Madryn conmemorando el 6 de agosto, entrada de la Virgen de Copacabana.

Una fila extensa de bolivianos cubrió el pasillo del Obispado de Río Gallegos durante el 3 y 4 de septiembre pasado cuando una misión, liderada por el Cónsul de Bolivia, Daniel Gil Quintanilla llegó a la capital con un grupo de colaboradores -promovido por Pastoral Migratoria- para  actualizar y/o realizar la documentación de sus compatriotas en una provincia que cuenta con por lo menos cinco localidades con migrantes del país plurinacional.

 

-Quizás por ser funcionario no lo vivió,  pero sus compatriotas ¿le contaron si sufrieron casos de discriminación?

Existen ciertos aspectos que podrían dar cuenta de un roce con los hermanos argentinos, pero lo tratamos de manejar con calma y prudencia, y nunca hemos tenido máximos problemas, y hemos tratado de informar, interceder en los aspectos culturales en donde prevalecen ciertas tradiciones. Hemos trabajado bastante y hay aspectos que se complementaron en nuestras colectividades como las asociaciones civiles en donde tratamos de interceder para que no tengan este tipo de discriminación y xenofobia que lastima la hermandad.

 

-¿Qué tipo de roces?

Es natural que cuando existe crisis, salen los verdaderos sentimientos a la luz, pero esto pasa en cualquier parte del mundo. Ahora está pasando una crisis y van a salir los verdaderos sentimientos que lastiman, que es natural del ser humano. Pasa en Argentina, pasa en China. Entendemos la situación que pasa Argentina.

 

-¿Este “roce”, es comprable con la ola de migrantes de la década del 90?

Bolivia estaba saliendo de una situación congestionada y es por eso que fue la hora de migración de los 90 hasta el 2.000 en Argentina, que nos abrió las puertas.

En épocas de crisis parece normal echarle la culpa el extranjero. Al boliviano por trabajar por menos de lo que cobraría un argentino, y ese “reclamo” al de afuera  fue muy marcado en la década del 90.

Al trabajar tiene que tener la documentación al día. Nosotros hacemos un trabajo bastante sacrificado porque viajamos punta a punta como por ejemplo Santa Cruz, Puerto Madryn, y luego iremos a Tierra del Fuego para esto. Son trabajos con la autoridad de migración y tenemos que completar los trámites como corresponde, como lo dice la Ley Migratoria y ellos al estar en blanco y trabajar con documentación al día, no tiene por qué estar regalando su trabajo, al contrario, existe la competitividad de trabajar a la par de cualquier hermano argentino.

 

-¿Existe un relevamiento para saber cuántos bolivianos viven en Santa Cruz?

No hemos tenido un proceso de empadronamiento oficial. Podríamos hablar de números como en Caleta Olivia con 10.000 compatriotas, en Puerto Santa Cruz, Piedra Buena, San Julián, Río Gallegos y El Calafate que sumarian cerca de 6 mil compatriotas más, que serían entre 15.000 y 18.000 en toda la provincia, que es casi lo mismo que en Chubut, en donde hay ya de primera generación, segunda con hijos argentinos de padres bolivianos, y terceras generaciones.

 

-¿Por qué Argentina?

Si bien los compatriotas vinieron en un principio para mantener a sus familiares y el dinero ganado lo despachaban, ahora es distinto tienen sus vehículos, casas, una vida como corresponde, y trabajar,  aportan al Estado a la AFIP, al movimiento económico. Algunos son empresarios de constructoras. En Ushuaia tienen taxis, y muchos remiseros en El Calafate. La mano de obra cambio de figura y no es la de antes. Antes quien venía, vendía verduras e incluso llegaban de forma clandestina porque no había una política para el migrante, pero ahora sí las hay, y de esta forma nos ayuda a vivir de forma más armoniosa y contribuimos al movimiento económico de la Argentina.