Justicia

Amenazaron de muerte a la hermana de Marcela Chocobar

Un amigo de los asesinos de la joven trans fue denunciado ayer por las hermanas Chocobar. Se cruzaron en la calle y él se pasó el dedo por el cuello. En 2015, Marcela fue decapitada.

  • 23/08/2018 • 07:44
Las hermanas Chocobar, a la salida de la Comisaría Primera (Foto Cristian González)
Las hermanas Chocobar, a la salida de la Comisaría Primera (Foto Cristian González)

Por Sara Delgado

El próximo 6 de septiembre van a cumplirse tres años del crimen de Marcela Chocobar, la joven trans de 26 años asesinada a la salida de un boliche.

Sus hermanas, incansables buscadoras de justicia por su travesticidio tratan de conseguir una fecha de juicio pero además que se ordene la búsqueda de su cuerpo, del cual sólo tienen un cráneo decapitado, terminaron ayer en la Seccional Primera después de que una de ellas recibiera una amenaza de muerte.

Gabriela sostiene que ayer por la tarde se cruzó con Adrián F. mientras esperaba el colectivo en Maipú y Tucumán, oportunidad en la que el pasó con su vehículo. “La miró y le hizo un gesto con el dedo que se lo pasó por el cuello como que se lo iba a cortar. Ella le gritó y anotó la patente pero después se descompuso” contó Laura, la otra hermana.

Minutos después las tres hermanas fueron a la Seccional Primera a denunciar una amenaza de muerte, contra el hombre que originalmente había sido detenido por la jueza Rosana Suárez.

Adrián F. era el dueño del auto en el que se subió Marcela la madrugada en que fue asesinada. Y aunque después se supo que en realidad le había vendido el coche a Oscar Biott, uno de los detenidos, declaró que él sabía que Marcela había sido asesinada aún cuando todavía estaba desaparecida y aún así no avisó a la policía.

Adrián F. había contratado a Biott para que hiciera unos arreglos en su casa, al menos eso fue lo que declaró. Sin embargo en las escuchas que se realizaron durante la investigación, quedó claro que el formaba parte del grupo de amistades de Biott y de Ángel Azolinni, con quien compartían el secreto de ese crimen de odio.

Las Chocobar siempre reclamaron porque siguiera detenido, algo que la Jueza entendió que no debía ser porque, entre otras cosas, no probó que Adrián F. hubiera estado la madrugada del crimen junto con Biott y Azollini.

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