"No sobran trabajadores" dijo ATE

La Iglesia preocupada por los recortes en Agricultura Familiar

Ante el anuncio de los despidos masivos en la SAF y el posterior cierre de delegaciones provinciales, la Conferencia Episcopal Argentina indicó que el ajuste afecta no solo al empleado, sino además a las poblaciones más vulnerables. Los trabajadores fueron recibidos por diputados en el Congreso.

  • 21/08/2018 • 08:37
El ajuste en la SAF generará que las familias tengan menos cooperación técnica y económica, afirmaron.
El ajuste en la SAF generará que las familias tengan menos cooperación técnica y económica, afirmaron.

La semana pasada este medio dio cuenta de la angustiante situación que atraviesan los trabajadores de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF) de todo el país, dado que les comunicaron que se avanzará con el despido de más de 500 personas y además se cerrarán delegaciones; la santacruceña presuntamente antes que culmine este 2018.

Ante esta situación la semana pasada los trabajadores de la SAF delegación Santa Cruz mantuvieron una reunión con sus delegados sindicales para analizar los pasos a seguir ante esta situación que los dejaría sin empleo.

Ante esto desde ATE afirmó: "En Agricultura Familiar no sobran trabajadores, faltan políticas públicas", sosteniendo que los empleados de este ente nacional dependiente del Ministerio de Aqroindustria, organismo encargado de los sectores productivos familiares, están preocupados ante la nueva amenaza de despidos de técnicos en todo el país. Asimismo, remarcaron que el achique se comenzó a notar tras el sistemático desmantelamiento y desfinanciamiento que la SAF viene recibiendo. "El ajuste viene a borrar del mapa la red de técnicos territoriales que asisten a pequeños productores en las provincias y en Santa Cruz". Desde la entidad gremial afirman que si se concreta la intención de despedir al 95% de los técnicos, será inminente el cierre y desaparición de la delegación provincial "quedando de esta forma no solo los técnicos y sus familias sin una fuente laboral, sino las cientos de familias de agricultores familiares sin respuesta a sus demandas y sin acompañamiento a su labor diaria".

Por esta razón es que los trabajadores de la SAF se declararon en alerta y movilización, exigiendo la reincorporación de los despedidos. Para esto piden además el acompañamiento de los productores familiares y gremios que luchan para enfrentar este ajuste nacional y provincial.

 

Superar injusticias

En este marco de incertidumbre, otro actor que también se sumó a repudiar este avance de ajuste en la SAF fue la Conferencia Episcopal Argentina mediante su Comisión Nacional de Justicia y Paz. A través de un comunicado de prensa indicaron que desde hace años están en contacto con organizaciones de la agricultura familiar campesina e indígena de todo el país, con agentes de pastoral que trabajan con familias campesinas, con miembros de instituciones de promoción y con las mismas familias. Así aprendieron -añadieron- a valorar los inestimables aportes de la agricultura familiar en la producción de alimentos, el arraigo poblacional en los territorios, el cuidado y la preservación de los bienes naturales que son patrimonio de todos. También constataron los problemas que las aquejan y, dentro de sus limitadas posibilidades, procuraron aportar a su superación. Es así que colaboraron con la Mesa de Diálogo de la Agricultura Familiar mientras funcionó, en el ámbito del Ministerio de Agroindustria. Durante la misma manifestaron ideas y sugerencias a las autoridades, y promovieron encuentros entre distintos actores. Asimismo, en los últimos meses mantuvieron varias reuniones con funcionarios de la Secretaría de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial y del Ministerio de Agroindustria de la Nación, y con la impresión que se llevaron fue que las políticas de promoción y desarrollo de la agricultura familiar estaban asegurados y se trabajaba por su mejoramiento. No obstante, ahora ven con preocupación que los equipos técnicos al servicio de las familias de pequeños productores –que son esenciales para el trabajo de desarrollo y crecimiento con estas familias-, sea en los territorios o en reparticiones ligadas al sector, estén siendo reducidos en forma drástica y se haya reducido el financiamiento de varios programas, puntualizaron.

Entienden que la consecuencia es que las familias tendrán aún menos cooperación técnica y económica o quedarán totalmente desguarnecidas. Añadieron que también les preocupa que los canales institucionales de diálogo se hayan debilitado, que la reglamentación de la Ley 27118 de agricultura familiar, que podría aportar algunas soluciones, esté tan demorada.

"Como lo hemos mantenido siempre, en aquellas coyunturas que exijan restricciones, los costos económicos y sociales no deben recaer sobre los débiles. Por el contrario, en momentos de dificultades, son quienes necesitan mayor protección y apoyo", solicitaron.

Finalmente desde la Conferencia Episcopal Argentina dijeron que hacen pública esta preocupación "que ya manifestamos en privado a las autoridades, esperando que se arbitren alternativas de soluciones concretas para el desarrollo integral de la agricultura familiar".

 

Trabajadores, al Congreso

Cabe mencionar que la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados convocó a los representantes de los trabajadores de la SAF con el objetivo de hacer público su reclamo y exponer la situación institucional y laboral de este organismo que cuenta con mil cien empleados diseminados en todo el país. Es así que una delegación de trabajadores provenientes de distintas provincias expusieron la situación del organismo ante los recortes presupuestarios, entre los que resaltan la eliminación del Monotributo Social Agropecuario, la disminución del presupuesto para funcionamiento y los anunciados despidos, que podrían alcanzar al 50% de la planta de personal.

Los legisladores nacionales le pedirán al Ministro de Agroindustria y sus funcionarios que indiquen en el Congreso los motivos de la reducción de personal y el achicamiento presupuestario.