Lo que humaniza es el deseo

Psicóloga rebatió los argumentos que usó Tapia para votar contra el aborto legal

Durante su exposición de este miércoles, la senadora por Cambiemos, María Belén Tapia, argumentó que existe un instinto materno inconsciente y consecuencias como el intento de suicidio, la drogadicción y el daño a los hijos, para aquellas que abortan.  La Licenciada en  Psicología María Guadalupe Torres, desbarató estas teorías, entre otras cosas, porque no hay pruebas.

  • 10/08/2018 • 07:44
María Belén Tapia (Cambiemos) durante su exposición en el Senado
María Belén Tapia (Cambiemos) durante su exposición en el Senado

Por Sara Delgado

María Guadalupe Torres es psicóloga recibida en la UBA, pero también feminista y una de las voces por el aborto legal en Puerto San Julián. Luego de analizar el discurso de la senadora por Cambiemos, María Belén Tapia, llegó a la conclusión de que gran parte de su exposición no tiene sustento científico.

El miércoles luego de su alocución, la Senadora fue fuertemente cuestionada en redes y hasta el juez de la Cámara Civil, Enrique Arenillas, calificó sus dichos como “esotéricos” e “irracionales”.

“Quiero enfocarme en un aspecto abordado en las exposiciones en el cual radica el motivo de mi negativa. El psicológico y para eso voy a citar a licenciados en psicología y psiquiatras” comenzó Tapia, que terminó de hablar sin mencionar a ningúnx.

Según la senadora de Pico Truncado, “para cuando la madre se entera que está embarazada pasaron 15 días, ese vínculo existe independientemente del deseo de la mujer o de la situación en la que fue concebido y actúa como una barrera natural que protege a ese niño de cualquier daño que pudiera sufrir por parte de su madre”.

También habló del síndrome post aborto como el causante de “depresión, apatía, cansancio, desgano, insomnio, ganas de llorar, dolores físicos, culpa, atento contra un individuo de su propia especie, pueden aparecer… consumo de drogas, alcohol, nuevos abortos, intento de suicidio, incapacidad de relacionarse con otros y con otros hijos, la ira, enojo que se descarga en episodios de rabia hacia personas que nada tienen que ver…”, entre otros, además de “daños mentales” en los hijos que pudiera tener.

Para la licenciada Torres, esto no es cierto porque lo que humaniza al embrión es el deseo materno. “Si se habla de un aborto voluntario podemos decir que el embarazo no se maternizó, ya que no hay deseo materno. Por lo tanto no hay vínculo subjetivo entre el embrión y la persona gestante. Puede existir un daño psíquico porque el aborto es ilegal, es decir, el daño psíquico lo deja la clandestinidad que hay alrededor de este hecho, porque la persona gestante va a estar obligada a realizar un acto que es delito, penado por la ley, lo va a tener que hacer en condiciones de riesgo, no lo va a poder contar, poner en palabras, ni historizar en su historia subjetiva”.

Otro de los puntos que mencionó la Senadora santacruceña fue la cuestión del instinto materno, sin embargo “desde la psicología no hablamos de instintos sino que hablamos de pulsiones y además hablamos del deseo de la madre. El deseo va a estar siempre ligado a cuestiones inconscientes y reprimidas. Tapia iguala lo reprimido y lo inconsciente con el instinto, y esto desde el psicoanálisis no es así. El deseo es lo que va a poner en marcha el advenimiento del aparato psíquico. Sin el deseo de la madre estos embarazos no se pueden libidinizar jamás. Cómo plantea Alicia Stolkiner, la implantación del óvulo en el útero no va a configurar una  madre subjetivamente hablando” dijo Torres, para quien además configurar la idea de una madre y un hijo, significaría “que esa persona gestante se imagine a ese hijo, lo piense, lo nombre, le dé un lugar en su deseo”.

Por el contrario, si tiene que vivir la experiencia de un embarazo, un parto y una crianza sin  haberlo deseado y sin poder enfrentarlo “va a llevar a catástrofes subjetivas, porque ella no se puede subjetivar como madre sino que quiere terminar con ese embarazo”.

La psicóloga sostiene entonces que “la madre y el hijo no están ahí donde está la gestación. El hijo está ahí si la madre le pone las representaciones maternas que lo anticipan, sino no hay hijo”.

Pero, sin dudas, el asunto más polémico planteado por Tapia tiene que ver con la estigmatización de aquellas personas que decidieron transitar el aborto.

Según la Asociación Americana de Psicología (APA) y los diversos estudios que hizo en busca del síndrome post aborto, no hay evidencia científica de que exista. No está en el DSM-5, que es el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mental ni tampoco aparece en el CIE 10 para el diagnóstico de padecimientos mentales según la Organización Mundial de la Salud.

“En ninguno de estos manuales está el síndrome post aborto como diagnóstico clínico. Podemos decir que hay personas que luego de practicarse un aborto tienen consecuencias psíquicas, que se sienten tristes, con sentimientos de culpa, pero hay que pensar en el contexto que se dio ese aborto. Si fue voluntario fue porque no tiene el acompañamiento familiar o porque se tuvo que dar en una situación compleja de clandestinidad, entonces la persona empieza a sentir que eso que hizo es delito y entonces está mal, se la penaliza y estigmatiza por haber hecho lo que hizo”.

Por el contrario, si el aborto fue involuntario, “claramente va a tener sentimientos de depresión, culpa, un monto de cuestiones arraigadas a su pérdida del embarazo, que nada tienen que ver con lo que estamos tratando en la interrupción voluntaria del embarazo” y por eso “mezclar esas cosas no tiene sentido y la senadora Tapia las mezcla”, lamentó Torres.

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