Tapia votará para que el aborto siga siendo clandestino

Por Sara Delgado

Estar a favor o en contra del aborto nunca fue la discusión; el asunto es si va a seguir siendo clandestino empujando a las mujeres con menos recursos a las fauces de prácticas inseguras o de un negocio fenomenal, o si se reconoce que la interrupción voluntaria del embarazo es un tema de salud pública.

Es que, si por caso la ley no sale el #8A, las mujeres seguirán abortando en Santa Cruz, donde los últimos datos oficiales del Ministerio de Salud de la Nación muestran que durante 2016, 715 mujeres egresaron de los hospitales de la provincia luego de haber sido socorridas por prácticas clandestinas que se complicaron.

Es también el Ministerio de Salud -lo dijo el propio Adolfo Rubinstein- el que sostiene, al igual que organismos vinculados a los estudios sociales y los derechos humanos, que por cada mujer que ingresó a un hospital por un aborto inseguro, hubo otras siete que también abortaron aunque en condiciones seguras porque pudieron pagarlo o consiguieron el Misorpostol en las primeras semanas de la gestación. Así, si se suman las cifras oficiales con los números negros, el total de mujeres que abortó en un año en Santa Cruz ascendería a las cinco mil.

Otro dato alarmante sobre Santa Cruz es que si bien los números del embarazo entre menores de edad es del 13,6%, levemente por debajo de la media nacional (15%), la gran mayoría de las chicas, el  70,8% tuvo una maternidad forzada.

Ayer la senadora María Belén Tapia dijo que no va a apoyar el proyecto para reconocer que el aborto existe y algo hay que hacer, entonces se encolumnó en un listado breve de senadores que también están en contra, entre los que suscribe Carlos Menem, el ex presidente de la Nación a quien su ex esposa, Zulema, acusó de haberla obligado a abortar.

“No veo el aborto como un derecho para la mujer, porque mi derecho termina donde comienza el derecho de otro, y a las 48 horas de haberse implantado ese embrión en el útero ya es un ser que está latiendo”, sostuvo Tapia, que en un comunicado dijo haber seguido con atención el desarrollo del debate en Diputados y las exposiciones, plagadas de fundamentos jurídicos y evidencia científica que respaldan el reclamo de un movimiento de mujeres que ganó la calle, instaló la discusión y que logró la despenalización social del aborto.

La Senadora que generó un revuelo cuando en plena campaña se conocieron sus fotos posando sobre un puma muerto, dice que “todavía nos falta crecer mucho como sociedad” y que todavía el Estado no cumple “con todas las leyes que ya están sancionadas con respecto a la educación de la población y la prevención”.

A modo de ejemplo, sostuvo que pensar en la despenalización del aborto sería difícil “en las zonas rurales de Santa Cruz donde hay hospitales que tienen apenas un enfermero”, pero más tarde, asegura que la ley sería inconstitucional porque “vulnera al más desamparado, al que no tiene voz, a quien será el futuro de la sociedad”.

La frase es rimbombante porque se refiere a un feto de hasta 14 semanas como a un “niño” pero también porque los niños de la Patagonia acaban de sufrir un brutal golpe a su calidad de vida, dispuesto mediante un decreto presidencial que le recortó las asignaciones a la mitad, y en muchos casos los dejó sin ese sustento, si acaso un padre o madre tienen en blanco menos de $2800.

Ya en la víspera el senador Eduardo Costa había dicho en Tiempo FM, que podría apoyar el proyecto, deslizó un positivo aunque si hay modificaciones, lo que resulta una maniobra dilatoria frente a las presiones de grupos conservadores vinculados  a la Iglesia y al negocio del aborto en el ámbito privado, porque entre otras cosas exige la objeción de consciencia institucional.

Las mujeres organizadas en el Colectivo de Géneros de la UNPA UARG, de la Ola en Puerto San Julián, el Frente de Mujeres Juana Azurduy, de las Rojas, las Mujeres Autoconvocadas de Puerto Santa Cruz, entre otras, vienen dando una pelea que ganaron en territorio y capacidad de convocatoria en una provincia donde ningún legislador garantizó una voz santacruceña en el Congreso a favor de un reclamo histórico.

Justamente ayer, en el Complejo Cultural Santa Cruz, se reunió casi un centenar de jóvenes para definir acciones de cara a la sesión del mes que viene.

Ahí estuvieron las que, organizadas en partidos antagónicos como el PO y La Cámpora, Kolina y el MST pensaron estrategias para movilizar en una agenda plural de cara al #8ª, cuando se haga un pañuelazo, convocado con sororidad y vigilia incluida.

Las mujeres y los cuerpos gestantes redoblan la apuesta, piensan en bandas que toquen el día de la votación, y hoy a las cinco de la tarde van a hacer una intervención artística sobre el “Cuento de la Criada”, la novela de Margaret Atwood que narra la historia de una sociedad en la que las mujeres tienen un único fin: parir.

También van a pedirle a los sindicatos santacruceños que llamen a un paro para el día de la votación, con la idea de que las mujeres puedan participar de las actividades de esa jornada.