Una ola para arrasar la movida antiderechos

Por Sara Delgado

La Ola de Mujeres está creciendo en Puerto San Julián, una comunidad de la costa santacruceña que quiere que la interrupción voluntaria del embarazo sea ley. Empezaron el 13 de junio, y sumaron tantas adhesiones como para lograr que la Universidad pública (UNPASJ) les diera un espacio para debatir sobre el proyecto que se dirime en Senadores.

“Somos cincuenta mujeres, algunas viven en Buenos Aires y otras en Córdoba porque son estudiantes, pero todas somos sanjulianenses” cuentan ellas, que activaron después de que las autoridades del hospital del pueblo salieran a anunciar que no permitirían que ahí se hicieran abortos.

El #NoCuentenConNosotros salió de la mismísima Directora del Hospital, que luego convocó a una marcha, que en realidad terminó siendo una reunión adentro del nosocomio, donde hicieron circular una planilla para que los profesionales de la salud pública firmaran su rechazo al proyecto de ley.

“Empezó a salir la idea de que todo el hospital está a favor ‘de las dos vidas’ y por eso nos empezamos a mover, porque no podía quedar así” cuentan, acerca de una maniobra a la que echan mano los grupos que están a favor de que la práctica siga siendo clandestina, y que no quieren aceptar que las personas puede ser objetoras de consciencia, pero no las instituciones, y menos de la salud pública.

Más aun, esta posición no quiere aceptar que la Corte ya dirimió el asunto con el fallo FAL, cuando dijo que los médicos pueden excusarse de cumplir con una obligación legal por razones religiosas o morales, pero que el abuso de la objeción de consciencia no puede convertirse en un obstáculo para que la mujer interrumpa su embarazo por causales. Es falso que el proyecto de ley que se debate actualmente, obligue a los profesionales a hacer abortos si no quieren, pero sí a los establecimientos a resolver la atención con otro médico o a derivar para que se garantice la práctica.

La actitud de la dirección del hospital hizo que “La Ola de Mujeres” decidiera enviarle una nota formal a la ministra de Salud y Ambiente de Santa Cruz, Rocío García, de quien van a esperar una posición sobre el asunto. 

Frente a este escenario que plantea la directora del hospital público sanjulianense, “las mujeres tuvimos la necesidad de encontrarnos y de pelear por nuestros derechos. De ahí la Ola comenzó a crecer y crecer” dicen, y cuentan además que el nombre del grupo surgió con la imagen en sus cabezas de una marea de esas que ven en sus costas, “tapando toda la movida antiderechos”.

De la Ola de Mujeres surgió el debate que se va a hacer el 4 de agosto en  la Unidad Académica San Julián, en donde también van a estar los grupos identificados como “salvemos las dos vidas” y otro en el que están bajo la misma postura, algunos profesionales de la salud. A ese intercambio sin demasiados precedentes en el país, se va a poder ingresar con los pañuelos de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, y el celeste, pero además va a haber micrófono abierto para las preguntas.

Las Mujeres de la Ola saben que hay médicos que están a favor de que las mujeres y los cuerpos gestantes puedan decidir sobre el propio cuerpo, pero también conocen -por la dinámica del pueblo chico- que no son pocos los que no se animan a decirlo. Menos aun cuando circula una planilla de adhesiones por aborto clandestino que incluso se exhibe en la farmacia.

“Que los profesionales sean objetores de conciencia todo bien, pero que el hospital plantee esa postura y "persiga" al que piensa distinto nos parece nefasto. Obviamente hay profesionales de la salud que no están de acuerdo y es su postura, pero pasaron consultorio por consultorio pidiéndoles la firma” insistieron.