Denunciaron a docente que tuvo sexo con una alumna de 13

Por Sara Delgado

La denuncia fue presentada en las últimas horas por los padres de la adolescente en el Juzgado de Instrucción de Pico Truncado, a cargo de Gabriela Zapata, después de que la víctima le revelara a una tutora que mantuvo relaciones sexuales con un profesor.

La charla con la tutora sucedió el jueves por la noche y a primera hora del viernes la docente lo comunicó a los directivos del establecimiento, que de manera preventiva separaron al profesor de su cargo y le iniciaron un sumario.

La misma suerte corrió, por decisión de la Supervisión de Escuelas de Zona Norte, en una escuela de Koluel Kaike donde también daba clases.

Según trascendió, la reacción del varón de 40 años fue decir que entre ellos hay una relación amorosa y es por eso que el Juzgado deberá determinar si acaso no está frente a la figura de estupro, un delito para quien mantiene relaciones sexuales consentidas con una adolescente.

Sin embargo, no es un tema menor porque el “estupro” es eje de un debate, sobre todo desde el ámbito psicológico, que entiende que si bien la edad de iniciación sexual es cada vez más temprana, a los 13 años la identidad todavía no está conformada.

Hasta 1999 nuestro Código Penal decía que cometía estupro aquel que tenía sexo con menores de entre 12 y 15 años, aunque éstos accedieran. Pero con la Ley de Delitos Contra la Integridad Sexual (25.087) eso cambió y la Justicia tiene que probar que el adulto no se haya aprovechado de la inmadurez sexual de una menor de entre 13 y 16 años.

Las fuentes consultadas en el entorno de la adolescente truncadense advierten que ella contó que era víctima de un abuso y que el profesor la tenía amenazada. Sin embargo, desde la investigación aseguran que las relaciones se dieron con consentimiento, algo que no exime al docente de la responsabilidad penal.

El Código dice que será “reprimido con prisión o reclusión de tres a seis años” aquel que abusara de “una persona menor de dieciséis años, aprovechándose de su inmadurez sexual, en razón de la mayoría de edad del autor, su relación de preeminencia respecto de la víctima, u otra circunstancia equivalente, siempre que no resultare un delito más severamente penado” pero seguidamente, eleva la pena a diez años si el acusado fuese “encargado de la educación o de la guarda”.

Lo cierto es que si bien puede estar en duda si acaso el sexo fue consentido o violento, hablamos de un delito que pudo haber comenzado con abuso de poder, engaños, con violencia psicológica o tal vez alguna promesa por parte de un varón 27 años mayor que ella.