Marcela Chocobar

Fue un travesticidio, fue por odio

A Marcela Chocobar la mataron con odio, a Diana Sacayán también, de Marcela se burlaron sus asesinos, de Diana también. Los asesinos de Diana cometieron un homicidio agravado por odio de género y violencia de género, los de Marcela, torturada y descuartizada, cometieron homicidio simple.

  • 28/06/2018 • 10:44
Diana Sacayán y Marcela Chocobar, dos chicas trans asesinadas con odio.
Diana Sacayán y Marcela Chocobar, dos chicas trans asesinadas con odio.

Por Sara Delgado

Cuando el colectivo LGBTIQ salga a las calles hoy por la marcha del Orgullo, lo va a hacer pensando en Marcela Chocobar, en que todavía no tiene justicia y en que pese a que se pasaron dos años reclamando que la carátula se modifique, todavía no lo logran.

La jueza Rosana Suárez caratuló el caso como homicidio simple para Oscar Biott y Ángel Azzolini, al que además lo acusó de encubrimiento agravado. Desde el travesticidio de Marcela, el 6 de agosto de 2015, distintos organismos como la Secretaría de DDHH, el plenario de trabajadoras del MST, Las Rojas, el Colectivo de Géneros de la UARG y hasta el Consejo Nacional de las Mujeres pidió porque la carátula se revea, aunque todavía no tuvieron éxito.

La histórica sentencia que se conoció la semana pasada por el travesticidio de Diana Sacayán, mostró una conquista política de la disidencia, porque logró que la Justicia usara los términos “crimen de odio” y “violencia de género”  en un mismo fallo.

Diana era miembro del Programa de Diversidad Sexual de INADI, presidía la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA) y era dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL). Como luchadora por los derechos de las personas trans, había logrado impulsar una ley de cupo laboral en Buenos Aires, pero también con esa impronta apabullante tuvo un papel clave en la consagración de la Ley de Identidad de Género.

Cuando el Tribunal Oral en lo Criminal 4 condenó a perpetua a Gabriel Marino, tuvo en cuenta el inciso 11 del artículo 80 del Código Penal, el “femicidio”, pero entendiendo que el termino mujer incluye a travestis, trans y transgénero, porque todos se autoperciben de manera femenina.

Marcela era una travesti que se sentía mujer, vivía como una mujer, vestía como una mujer, hablaba como una.

A Diana la mataron con odio, le dieron 27 puñaladas y se ensañaron con su cuerpo.

Con Marcela la escalada de violencia fue aún mayor. El peritaje del cráneo que encontraron en un baldío del San Benito dijo que le habían cortado la cabeza en la unión de la segunda y tercera vértebra y el reporte psicológico sostiene que el ataque tuvo que ver con “concebir a Marcela Chocobar como un objeto, antes y después de su muerte…”.

De Diana, su travesticida mostró que tenía "prejuicios hacia las personas travestis y homosexuales".

De Marcela, sabemos que Biott y Azzolini se burlaban de ella en conversaciones por WhatsApp, cuando todavía la familia la buscaba con vida. Se referían a ella como “el perro desaparecido” y “el puto”.

Diana era una dirigente social y Marcela era víctima de un travesticidio social signado por el abandono que el Estado hace de los cuerpos disidentes. Marcela terminó muerta después de subirse a un auto con quienes le pidieron un pase. Ejercía la prostitución como medio de vida, al igual que muchas otras chicas trans que no tienen cabida en el mundo del trabajo formal.

La condena por el crimen de odio contra Diana  incluyó por primera vez la palabra travesticidio y habilitó un precedente que hay que mirar con ojos puestos en DDHH. El crimen de Marcela todavía está entrampado en un Código Penal que se interpreta con letra fría.

De ella van a acordarse hoy quienes integran la Agrupación LGBTI 1969 Santa Cruz, que se suman a la marcha del Orgullo este mediodía, para exigirle a la Justicia una mirada de género sobre lo que le hicieron a Marcela, y para decirle a los diputados que no se puede hablar de inclusión sin cupo laboral trans.

 

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