Violencia en escalada

Más de 200 personas acudieron a la OVD en el lapso de dos meses

Según los datos que aportó la Oficina de Violencia Doméstica de Río Gallegos durante marzo y mayo se recibieron 262 denuncias, que registraron 215 afectados, en su mayoría mujeres. Las denuncias hacia las exparejas siguen siendo el vínculo que predomina la conflictividad.

  • 20/06/2018 • 12:20
La OVD trabaja con el propósito de facilitar el acceso a justicia de las personas que se ven afectadas por hechos de violencia doméstica.
La OVD trabaja con el propósito de facilitar el acceso a justicia de las personas que se ven afectadas por hechos de violencia doméstica.

La Oficina de Violencia Doméstica Río Gallegos, órgano dependiente del Poder Judicial de Santa Cruz que acciona de manera directa contra la violencia, emitió un nuevo informe estadístico sobre su intervención y asistencia durante el periodo comprendido entre el 1º de marzo y 31 de mayo de 2018. Durante este periodo se registraron 262 denuncias, dato que arrojó 215 afectadas por violencia de género. Asimismo, se atendieron 234 casos y se respondieron 108 consultas informativas. Estos datos son alarmantes si se toma en cuenta que del 1º de diciembre de 2017 al 28 de febrero de 2018 acudieron a la OVD de la localidad de Río Gallegos 227 personas afectadas por hechos de violencia.

 

Valores que no bajan

Según precisaron desde la OVD de los 215 casos, las mujeres continúan siendo las principales afectadas por violencia doméstica: 176 mujeres (81,86%), y 39 hombres (18,1%).

Los más denunciados fueron hombres de entre 30 y 39 años en 66 de los casos (25,19%); seguido por los de 22 a 29 años con 55 de los casos (20,99%); y luego los varones de entre 40 a 49 años con 30 casos (11,45%). Por detrás siguen los hombres de 50 a 59 años; los jóvenes de 18 a 21 años; los mayores de 60 a 74 años. Un dato no menor es que se registró una denuncia contra un menor: adolescentes entre 15 y 17 años; esta franja etaria registró una denuncia.

Por el lado de las mujeres se trató de jóvenes de entre 22 a 29 años por 20 casos (7,63%); seguido por las de 30 a 39 años; y muy por detrás las adultas de 40 a 49 años; las de 50 a 59 años; jóvenes de 18 a 21 años, y finalmente mayores de 60 a 74 años: aquí se registraron tres denuncias en su contra.

 

 

80,77% Adultas mayores de 18 años; y un 1,48% de jóvenes y niñas menores de 17 años. Los hombres, por su parte, representaron el 17,75% de los afectados durante este periodo; los jóvenes y niños afectados alcanzaron un 0,49% de los casos, y varones adultos el 17,64%.

El segmento que aparece como en mayor situación de vulnerabilidad corresponde a mujeres adultas de entre 22 y 39 años con 109 casos que representa el 50,70% de los casos; mientras que los restantes grupos etarios arrojan los siguientes porcentajes: 40 a 49 años el 11,16 % (24 casos), 18 a 21 años el 9,3 % (20 casos), 60 a 74 años el 1,86%, 50 a 59 años el 5,12%, mayores de 60 a 74 años el 1,86%, y mayores de 74 años un caso. Por su parte, entre 15 y 17 años se registró 2 casos, que representó el 2,33%. Asimismo, hubo dos casos de menores de entre 11 a 14 años.

En cuanto a los hombres, los afectados en su gran mayoría fueron adultos entre 22 a 29 años en el 5,58% de los casos.

Los equipos interdisciplinarios de la Oficina de Violencia Doméstica evaluaron las derivaciones de dichas denuncias a la justicia civil en el 88,21% de los casos y a la justicia penal en el 11,38% de los mismos. Solo un caso del total finalizó en un fuero no judicial.

 

Vínculos

Respecto a la relación entre afectado-denunciado, el vínculo que mayor conflictividad presenta en este período de tiempo lo constituyeron las ex parejas con el 60,47% de los casos (130 casos), siendo los ejes motivadores: los divorcios no resueltos, cuotas alimentarias, regímenes de comunicación no acordados respecto de los hijos en común y la negativa de una de las partes a dar fin a la relación de pareja. Asimismo, la relación filial en un 9,77% y los cónyuges y novios en un 6,51% y un 2,33% de los casos respectivamente.

Sostienen que queda así en evidencia que los vínculos más conflictivos tienen lugar, en mayor medida, en aquellas situaciones en que ya se ha dado por finalizada la relación.

 

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