Perpetua en la primera condena por un travesticidio

Hubo gritos, llantos contagiosos y abrazos eternos en la primera condena por un "travesticidio". La Justicia sentenció a un hombre a prisión perpetua por el crimen de la dirigente trans Diana Sacayán, considerando como agravantes la violencia de género y el odio a la identidad de género de la víctima.

Tras 11 audiencias, este lunes por la mañana se leyó la sentencia. Los pasillos del Palacio de Tribunales se llenaron de miembros de organizaciones sociales. "Diana corazón, acá vienen las travas para la liberación", coreaban, aplaudían. Acompañaron así a los familiares de Diana -unas 20 personas- en la entrada y salida del Tribunal Oral en lo Criminal N° 4, integrado por los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez.

Pasadas las 10 entró a la sala el acusado, Gabriel David Marino (25), con su abogado defensor, Ramiro Rúa. Tras una breve sesión de réplicas y dúplicas, y tras un cuarto intermedio que amplió la expectativa, el veredicto llegó recién al mediodía. Mientras esperaba, el condenado no hacía ningún gesto, ninguna mueca, y apenas pestañeaba. La tensión solo era visible en su pie izquierdo, que no paraba de temblar.

En primera fila escuchaba Sasha Sacayán, hermano de la víctima. Fue una de las caras más visibles de la lucha y, también, uno de los más emocionados ante el resultado. "Se hizo justicia, es lo que Diana se merecía. Pudimos lograr que, por primera vez, el poder judicial se pronuncie sobre lo que sucede con la muerte de nuestras compañeras. Estamos orgullosos", dijo a Clarín al salir de la sala. Recuerda a su hermana "con todo el amor y con todo el cariño" y la define como una persona "inmensa, desopilante, coherente, cariñosa, y muy fuerte".

La causa es considerada "histórica" por tres motivos. "Primero, porque estamos hablando de una referente de derechos humanos a nivel mundial", dice Clarín la abogada querellante, Luciana Sánchez. "También porque, lamentablemente, nunca había llegado a juicio un asesinato de una travesti con una calificación que reconociera que el odio a la víctima por su identidad de género es uno de los motivos del asesinato. Y la otra razón es que son pocos los casos de asesinatos de travestis que llegan a juicio. Solo cuatro han tenido condena y, en general, fueron bajas en relación al tipo de crimen".

Con el caso de Diana, el término "travesticidio" empezó a ser usado en forma oficial. Según Sánchez, la Corte Suprema de Justicia de la Nación lo utiliza en su registro, el Observatorio de Políticas de Género del Consejo de la Magistratura porteña también lo emplea, mientras que el Ministerio Público Fiscal de la Nación lo sumó hace un mes a su protocolo especializado.

"Es la primera condena por odio a una persona travesti", subrayó Micaela Saban Orsini, abogada del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), que fue querellante. Respecto a la figura de "odio" como agravante, señala que se incorporó al Código Penal en la misma modificación en que el femicidio, a través de la Ley 26.791, publicada en diciembre del 2012.

Los agravantes considerados en la sentencia son los del inciso 4 del artículo 80 del Código Penal (violencia por identidad de género o sus expresiones) y el inciso 11, que se utiliza cuando la víctima es una mujer y el hecho es perpetrado por un hombre y media violencia de género.

La audiencia se transmitió por pantalla fuera de la sala, mientras que en la Plaza Lavalle se realizaba una radio abierta y una transmisión en vivo para recordar a la víctima, impulsora de las leyes de Identidad de Género y de cupo laboral para las personas trans.

Diana Sacayán fue asesinada de 13 puñaladas en su departamento del barrio porteño de Flores, en octubre de 2015. Su cuerpo estaba atado de manos y pies. En el lugar hallaron un cuchillo de cocina, un martillo y una tijera, y un faltante de $ 20.000 que le robaron, aunque la sentencia absolvió a Marino de ese delito.

Diana tenía una relación ocasional con Marino, quien declaró que sólo tuvieron algunos encuentros sexuales. Se veían desde 15 días antes del crimen. Dos cámaras de seguridad cercanas al domicilio probaron que el condenado estuvo en el lugar del crimen. Una lo identifica cuando entró al edificio, el 10 a la noche, y otra alrededor de las 4 del 11. En este último registro, se lo observa junto a otro hombre al que no se le ve la cara y aún no fue identificado.

En la última audiencia, el defensor oficial de Marino, Lucas Tassara, había pedido la absolución, al cuestionar esas pruebas y su presencia en el departamento al momento del crimen. Pero la solicitud no prosperó y Marino pasará más de 30 años en la cárcel.

Frente a Tribunales, el fallo trajo desahogo y euforia. "Es muy fuerte sentir que las instituciones pueden leer el odio de identidad de género. Es sentir que estamos dentro de la ola, por primera vez, porque las travas siempre estamos afuera de todo", dijo la artista Susy Shock.

"No se hizo justicia, escribimos nosotras la justicia. Otra vez el colectivo travesti le mostró a la sociedad que escribe historia. Ser travesti es sinónimo de dignidad", opinó la activista Lara María Bertolini. "Con el veredicto sentí libertad. Ahora los travesticidas se van a tener que cuidar. Todo violento se va a tener que cuidar", agregó.

También estaba en la plaza Flavia Flores, con una felicidad que traspasaba sus gafas negras. "Queremos dejar de ser invisibilizadas. A nosotras nos matan y nos tiran a un zanjón", dijo. Y continuó: "Este es un fallo histórico. Y todavía hay muchas chicas en la morgue esperando para tener justicia. Vamos a seguir peleando para eso". (Clarín)