A la Iglesia con bota de goma

La intersección dl Pasaje Peña y Jofré de Loaiza desapareció. En su lugar quedó una laguna conformada por los restos de la lluvia acumulada y los fluidos cloacales.  Si bien la metáfora puede sonar fuerte, es una realidad que viven tanto los peatones como los conductores que intentan pasar por el lugar todos los días, teniendo que atravesar  ese lago creado a base de falta de mantenimiento y el mal clima.  Allí hay una capilla. El acceso por la intersección permanece tapado de líquido. Los vehículos que pasan levantan pequeño oleaje complicando a las viviendas cercanas, que tienen que tener cuidado para que el agua no ingrese.

Los vecinos del lugar también tienen su frente tapada de agua. La acumulación llega incluso hasta las playas de estacionamiento.  Y además, las temperaturas bajo cero terminaron congelando parte de la zona.   

Por otra parte,  días atrás lo vecinos que viven en inmediaciones de la Autovía y calle Corrientes sufrieron el mismo problema. Si bien hubo insistencia en comunicarse al 108 del Municipio, la ayuda se hizo esperar.