Estafada

Compró una casa a una mujer, pero en realidad era la usurpadora

Mariana está desesperada. Dos días después de mudarse a su nuevo hogar, la policía le avisó que tenía que desalojarla y desde Niñez la amenazan con sacarle a los chicos.

  • 01/06/2018 • 11:11

Por Sara Delgado

Cuando el móvil del diario llega a la casa de calle Germán Abdalá, en el barrio Vial, Mariana Rodríguez Muñoz aparece detrás de una puerta de rejas de hierro y abre un candado. Adentro están sus chiquitos, una nena de dos años y un varón de siete que toman mate. También está su suegra y el papá de sus hijos. Las ventanas y la puerta del fondo están tapadas con unas frazadas de estopa.

Su historia es insólita. Mariana cuenta que se enteró de que esa casa estaba a la venta por el comentario de una amiga, y que cuando fue a ver cuánto pedía la dueña, se encontró con una joven de alrededor de 30 años desesperada por vender.

“El 13 de mayo yo me vine a verla, ella estaba acá con tres nenes viviendo. Me dijo que se tenía que ir de viaje a cuidar a su mamá que estaba muy enferma. Me pidió $200.000 pero yo le dije que para mí era imposible juntar esa plata y le di la mitad” cuenta Mariana.

La transacción se habría hecho el 15 de mayo, cuando la supuesta dueña de casa le hizo firmar un boleto de compra-venta, a todas luces trucho, con birome azul, en una fotocopia arrugada.

“Ella me dijo que le diera los 100 mil y que iba a volver en un mes para hacerme un plan de pago del resto y que recién cuando le cancele todo íbamos a hacer los papeles por un escribano”.

Mariana es empleada municipal, del sector de limpieza urbana. Para ahorrar, pasó privaciones. “Yo quería dejar de pagar alquiler porque ya no me alcanzaba para la comida, pagarle a alguien que cuide a los chicos. Mirame las zapatillas, los agujeros que tengo” muestra.

Ella reconoce que no se asesoró con nadie antes de entregar todos sus ahorros y que el 19 de mayo, dos días después de que se mudara a esa casa, la policía le tocó la puerta para decirle que se tenía que ir.

“La policía me dijo que yo estaba usurpando y les explique que yo había comprado la casa a J.D. Entonces ellos me dijeron que ella había estado usurpando la casa durante dos años, que no era la dueña. Me quise morir”.

Con semejante problema encima, Mariana se fue a la Seccional Sexta, donde denunció la estafa de la que fue víctima.

“Me pidieron la llave y el Oficial me dijo que me tenía que ir porque si no iba a quedar presa, y me iban a sacar a los chicos”, cuenta Mariana, que rompe en llanto, mientras el papá de sus hijos también se seca las lágrimas con una toalla de mano que saca de la mesada.

Esta mamá de dos tiene 27 años, de los cuales 16 los pasó en Río Gallegos, pero “nunca usurpé, ni le pedí nada a nadie. Yo vivo de mi trabajo y de mi sueldo de $15.000”.

Días después aparecieron finalmente funcionarios de la Secretaría Municipal de Niñez que en vez de darle algún tipo de asesoramiento o contención, “dijeron que me van a sacar a los nenes. Justo estaba mi suegra y le dijeron eso. Yo ahora vivo con candado porque pienso que van a entrar y se los van a llevar” se lamenta y sigue llorando.

Niñez volvió ayer a la casa, y el planteo fue el mismo. “Le pido a la verdadera dueña de la casa que venga así yo le explico lo que me pasó, yo seguiré con mi denuncia a ver si me devuelven mi plata, pero por favor que no me saquen a mis hijos”, insiste aterrorizada.

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