El colectivo trans sigue esperando su ley de cupo laboral

Por Sara Delgado

La comunidad trans trabaja en la idea de una nueva ley nacional de cupo laboral. Al colectivo LGBT santacruceño, el Día del Trabajador lo encontró con la única iniciativa parlamentaria que hablaba del tema, en archivo. 

“Ojalá el año entrante, en el marco de esta fecha alguien pueda decirme/decirle a varias compañeras ‘Feliz 1 de Mayo’ real. Como muchos saben, ejerzo la prostitución para subsistir, por la falta de igualdad de oportunidades y no lo veo como un trabajo: Ser prostituta no es fácil, aunque mucha gente mediocre lo considere de tal manera”.

El párrafo es un posteo que le pertenece a Paola Cárdenas, una chica trans que tiempo atrás fue despedida del municipio y que desde entonces, retomó la prostitución como forma de subsistir, alternando entre la elaboración de budines y flanes caseros para vender. 

Y es que en un sistema cuesta arriba para todo aquel que no es un varón heterosexual, la del mercado laboral es una pelea que se da a diario.

Cuando se le pregunta a Paola cómo es que ejerce la prostitución y no la considera un trabajo, cuenta que “no es lindo estar al pendiente del teléfono todo el día”, que sufre cada vez que le abre la puerta a un desconocido “y no sé si trae un arma consigo y me puede matar”. Que alquilar el cuerpo para poder comer no es un trabajo pero sí “la única manera que tenemos para subsistir en este sistema excluyente”.

Roxana Rodríguez es la subsecretaria de la Diversidad de Santa Cruz, un espacio creado en el ámbito de la Secretaría de DDHH de la provincia. Para ella, que además integra el colectivo como lesbiana, también están quienes eligen la prostitución como forma de vida y la reivindican.

“Tenemos compañeras trans que eligen la prostitución y lo eligen abiertamente porque para ellas es un trabajo. Una me dijo hace poco que lo que yo gano en un mes, ella lo gana en una noche, y que no querría nunca un trabajo como el mío dentro de la Administración Pública” sostuvo Roxana, que pidió “no hacer juicio de valor” y reconoció que “necesitamos una ley laboral trans que hable de la integralidad, de personas que no tienen estudio y no pueden colocarse en lugares para los cuales no están capacitadas”.

No es para menos, para muchas personas trans que se visibilizaron antes de la Ley de Identidad de Género, la primera expulsión se dio en el colegio.

En este sentido, hay que decir que hace poco perdió estado parlamentario un proyecto que presentó la diputada peronista, Gabriela Peralta y que solicitaba el cupo laboral para personas trans. Si bien había serias críticas respecto de los fundamentos de la idea, lo cierto es que nunca fue tratada en ninguna comisión.

Por otro lado, la Ley de cupo laboral trans, surge hoy del debate que reúne a todas las organizaciones del colectivo LGBT del país.

“La ley que estamos trabajando es federal y habla de capacitar para que las personas trans dejen de ser un adorno y no haya una inclusión demagógica en la que se  pierda la dignidad del otro” aclaró la titular del área de la Diversidad, que garantizó que “la voluntad política está”.

Finalmente, hay que decir que en provincias como Buenos Aires, se sancionó la “Ley Diana Sacayán”, en homenaje a la referente trans asesinada hace tres años. La ley dice que el uno por ciento del personal de los municipios debe ser transexual o travesti, aunque la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex denuncian que no se cumple y por eso piden una ley federal.

No existen datos duros acerca de cuántas chicas y varones trans hay en Santa Cruz, como para tener una estadística de que porcentaje de inclusión laboral existe en la provincia. Lo que hay son historias de vida, que dan fotos de un mapa incompleto, como por ejemplo la de Carla Rodríguez, trabajadora jerárquica de YCRT, que entró como varón y por eso es hoy la única mujer con permiso de ingreso a los túneles, o la de Delfina Brizuela, una docente de primaria que fue la primera en la Patagonia, y la segunda a nivel país, que dio clases, gracias a la Ley de Identidad de Género, 

Pero la falta de datos no es sólo un asunto santacruceño, tampoco los hay a nivel país. En 2017, el informe "Situación de los derechos humanos de las travestis y trans en la Argentina", hecho por un grupo de organizaciones como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el Colectivo para la Diversidad (COPADI), Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL), entre otras, dijo que 6 de cada 10 mujeres y 7 de cada 10 hombres trans, habían abandonado la escuela en el nivel secundario a causa de la discriminación. Que 6 de cada 10 de las mujeres trans/travestis están vinculadas al trabajo sexual y que sólo el 18% de las entrevistadas tiene un trabajo formal.