Basquet

Ciappina: “Todavía siento las manos en mi espalda”

Una gregorense por adopción, Ana Paula Ciappina, viajó hace unos días a Estados Unidos y cumplió su sueño de estar con Emanuel Ginóbili. El ídolo bahiense le firmó un par de camisetas y hasta se sacó una foto con ella. La entrenadora de la Escuela Municipal de Básquet no pudo controlar su emoción y lloró todo ese corto tiempo que estuvo junto al ahora conocido como Pibe de los 40. Esa imagen recorrió el mundo. La protagonista de esta tremenda historia habló con TiempoSur.

  • 01/04/2018 • 12:39
Ana Paula, su ídolo y la emoción a lágrimas de ojos.
Ana Paula, su ídolo y la emoción a lágrimas de ojos.

Hace algunos días, Emanuel Ginóbili batió un record en su equipo, San Antonio Spurs. El bahiense se convirtió en el líder absoluto en robos, recupero del balón, de la franquicia. Pero el Pibe de los 40, como le dicen ahora, ya ostentaba otros números en el equipo texano dignos de todo destaque y elogio. Es también el número uno en triples convertidos, el tercer jugador con mayor cantidad de partidos disputados, cuarto en asistencias y libres encestados, quinto en puntos, rebotes y tiros de campo anotados y décimo en bloqueos. Estos números, como muchos otros que hay en su laureada carrera, tanto en Estados Unidos como en Europa o también vistiendo la casaca nacional, lo llevaron a la categoría de ídolo. Ginóbili es el mejor basquetbolista de la historia de nuestro país. Algunos hasta lo candidatean como el mejor deportista de Argentina. No del momento sino de siempre. Lo hacen también no sólo en base a lo que consiguió para el básquet nuestro, lo que hizo en su carrera deportiva profesional sino también en los valores que transmite. Queriéndolo o no, con sus actos y dichos.
Es importante saber esto como para poder conocer otras cuestiones que giran en torno a éste. El que pueda ser el 2018 su último año en la NBA y tal vez en el básquet, al menos como jugador, volvió locos a todos. A sus fanáticos más. Cada semana cientos, y hasta miles, de fieles deciden viajar a Estados Unidos para seguir de cerca los pasos del ídolo. La franquicia también tuvo que adaptarse a este boom “ginobilista”. Tanto es así que cada partido que se juega en el AT&T Center, está todo preparado como para recibir a los hinchas argentinos en general y a los fanáticos del bahiense en particular. Les reservan un momento de la práctica, el mismo día del partido, para que el bahiense pueda tomar contacto con sus seguidores. Este, fiel a su estilo, se acerca, firma, posa y habla con cada uno. Hace no mucho, en una previa de una serie de cinco partidos que los Spurs jugaron en su casa, el bahiense hizo lo de siempre. Rutina para él quizás, momento único para los demás. Entrenó y la finalizar se acercó a la tribuna. Entre los fanáticos estaba ella, Ana Paula Ciappina. Esta de Buenos Aires por nacimiento y adoptada por Gobernador Gregores desde hace un tiempo. Vale la pena recordar que allí, en el centro de nuestra provincia trabaja con la Escuela de Básquet Municipal. 
Ciappina buscó el encuentro y, por suerte o destino, lo tuvo. Y ese “tet a tet” con el bahiense recorrió el mundo. Aunque ella no lo supo hasta algunas horas después. 
Con el sueño cumplido, y más famosa, está ya de nuevo en Santa Cruz. Ni bien puso los pies en esta tierra, Ciappina habló con TiempoSur y contó todo acerca de lo que vivió. Fueron segundos para él, la eternidad para ella. 

-¿Cómo y cuándo empezaste con esta idea de viajar a ver a Ginóbili?
Todo fue al final de la temporada pasada cuando no se sabía muy bien si él iba seguir jugando o no. En ese momento me juré que sí decidía continuar en la NBA, lo iba a ir a ver. Cuando “Manu” confirmó que no se retiraba, entonces empecé a buscar paquetes para poder viajar. Un profesor mío que tuve en la época que estudiaba en Olavarría me recomendó una empresa que se dedicaba exclusivamente a llevar hinchas argentinos a los partidos de Ginóbili. Hablé con los que manejaban la agencia y me cerró el viaje por todos lados. Desde lo que ofrecían hasta lo económico y entonces no lo dudé.

-¿Cuántos días estuviste?
Fui por seis días. En ese tiempo tuve la posibilidad no sólo de ver dos partidos de los Spurs sino también de recorrer la ciudad y conocer muchos lugares.

-¿Cómo fue ese momento del encuentro?
Fui a ver el primer partido de los dos que tenía programado y ese día me fue imposible acercarme a él. Entonces, la situación me superó y me puse a llorar. La había pasado muy bien en el juego, me gustó todo, pero era como que quería algo más. Quería llevarme la camiseta de Argentina firmada por él. Casi que por eso que es fui. Cuando fui ya para el segundo partido, algunos que me habían visto mal el día anterior y me habían consolado, me regalaron un pase para la zona en donde entran y salen los jugadores a la cancha.     
No entendía nada pero igual fui al lugar. Antes de cruzarme con “Manu” pude sacarme fotos y llevarme autógrafos de otros jugadores de los Spurs. Cuando se acercó, me paralicé. Solo atiné a darle la camiseta. Estaba tan shockeada que me preguntó de dónde era y le respondí ‘de Bahía Blanca’ (nació en Lamadrid, Buenos Aires). Me dijo que me tranquilizara porque sino iba a salir mal en la foto. El abrazo ese fue increíble. Todavía siento las manos en mi espalda”.

-Ese momento, fue retratado por varias cámaras y filmado por distintos canales. Muchos medios lo replicaron a nivel mundial, ¿qué sentiste cuándo te enteraste de lo que se había generado?
Todavía no me había acercado a él y ya estaba llorando. Imaginate cuando tuve ese encuentro frente a frente. No tenía Wi Fi ni nada. Estaba media incomunicada por lo que me enteré tarde de todo. Cuando llegué al hotel después del partido tenía más de 200 WhatsApp y muchas notificaciones en Twitter, Facebook e Instagram. No lo podía creer. Fue más de lo que me esperaba. 

-La emoción te sacó de libreto dijiste. ¿Qué cosa hubieses querido decirle?
Estaba sin reacción. Alcancé a decirle gracias nada más. Me hubiera gustado explicarle por qué el agradecimiento. Por lo que es como deportista y por sus valores. Me gustaría que pueda volver al país para ayudar a las nuevas generaciones de basquetbolistas.