Antártida

Advierten sobre las consecuencias de la industria pesquera

Un crustáceo de no más de 5 centímetros es el principal sustento de la red alimentaria del Océano Antártico. El cambio climático y el crecimiento de la explotación pesquera de empresas de Chile, Noruega, China, Corea del Sur y Ucrania amenazan al krill y ponen en peligro a la Antártida.  

  • 13/03/2018 • 16:13

Un nuevo informe de Greenpeace expone los riesgos ambientales de la industria pesquera sobre la Antártida y cómo en los últimos cinco años la pesca intensiva del krill se acerca más a las costas, poniendo en peligro a todas las especies de la zona.  
“La explotación pesquera le arrebata a las especies de la Antártida, como pingüinos y ballenas, su principal fuente de alimento y pone en riesgo a la biodiversidad del lugar, de ocurrir encallamiento, derrames de petróleo e  incendios.” señaló Hernán Nadal, director de comunicaciones de Greenpeace Andino.


El krill es un crustáceo que alimenta a casi toda la red alimentaria en la Antártida. Su pesca tiene como objetivo la venta del aceite en Omega 3, principalmente a las industrias farmacéuticas, acuicultura y alimento de mascotas.
Su  valor comercial está por encima de los 200 millones de dólares y en 2021 se espera duplique. Cinco  países cuentan con buques pesqueros en el continente blanco, Chile, Noruega, China, Corea del Sur y Ucrania, específicamente en un área propuesta como santuario para proteger el ecosistema marino frente a los impactos del cambio climático y la sobrepesca, se indicó en un comunicado de prensa.


Luego de una expedición de tres meses, Greenpeace reveló que la capacidad pesquera en el Océano Antártico está ocurriendo a 30 km alrededor de la costa, cerca de los epicentros de biodiversidad, que incluye a las colonias de pingüinos y las zonas de alimentación de ballenas. Según las pruebas recolectadas, durante cinco años se mostró un patrón de pesca cada vez más cercano a la costa.
Asimismo, el panorama se agravia por el factor del cambio climático. Nadal explicó que “dentro de este contexto se suma el impacto del cambio climático sobre la zona, que enfrenta a las especies, incluido el krill, a un futuro incierto ya que su supervivencia depende del hielo. En los últimos 50 años la temperatura en la Península Antártica experimentó un aumento de temperatura de aproximadamente 3°C.”


Greenpeace está pidiendo colaboración internacional entre los gobiernos de los países que integran la Comisión del Océano Antártico para la creación de un santuario en este océano de más de 1,8 millones de km2, que se convertirá en el área protegida más grande del mundo. Además, está apoyando propuestas para la protección de la Península Antártica y otros lugares, con parte de una campaña para crear una red de santuarios marinos que abarque al menos un 30% de los océanos del mundo para el 2030.

 

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