Adiós a Roquel

"Quique" también despidió a su amigo, "Pirincho"

Vecinos, amigos, familiares y funcionarios –de los distintos partidos- despidieron ayer a Héctor “Pirincho” Roquel. Quien no faltó en la capilla ardiente fue "Quique" Fernández, cuyas fotos junto al cajón comenzaron a viralizarse en Facebook. Tenían una relación particular desde hace años.

  • 01/03/2018 • 08:46
Quique junto al cajón (Fotos: Mirta Elizabeth Calafiore)
Quique junto al cajón (Fotos: Mirta Elizabeth Calafiore)
Foto 1 de 3

Ayer cientos de personas despidieron a Héctor “Pirincho” Roquel. Esperándolo en la ruta, luego en una cochería local, y en el Municipio de Río Gallegos. Familiares, militantes, ciudadanos y funcionarios del mismo tinte político, y de la vereda de en frente también. Todos le dieron el último adiós.

Quien no faltó, fue Quique Fernández. Alguien con quien “Pirincho” tenía una relación particular y con quien compartía charlas, daban vueltas en el auto de él y luego lo llevaba a la casa –como indicó Daniel Roquel-.

Las imágenes de "Quique" frente al cajón comenzaron a viralizarse a través de Facebook. Fueron registradas por Mirta Elizabeth Calafiore, quien trabajó muchos años cerca de “Pirincho”. Las subió a Facebook, junto a unas sentidas palabras que compartimos a continuación:

 

“LA ÚLTIMA CRÓNICA: SIN EL QUÉ, NI EL CUÁNDO, NI EL CÓMO, NI EL DÓNDE Y MUCHO MENOS EL POR QUÉ.

Es que hoy todas las palabras fueron usadas, la tinta corrió por las redacciones, las redes, las necrológicas. No hay mucho más por decir. No estoy trabajando pero les quería contar.

 

CARAVANA: A eso de las 18.30 cientos de autos comenzaron a ubicarse en la autovía. Otros tantos llegaron hasta Güer Aike. Hasta el centro recorrieron con banderas y bocinas para hacer saber que ya estaba acá. Primero la camioneta que lo transportó desde El Calafate. Y detrás, el auto con sus tres hijos y su esposa. Pararon en el control policial y ya la gente comenzó a saludarlos. Con los ojos reventados, por supuesto por la pérdida, pero se me ocurre que más aún por el cariñoso recibimiento que les desbordó las emociones.

 

AROMAS: Después de las 20.00 el velatorio. Desde la Plaza se sentía ese olor a flores que indicaba dónde ir. Se mezclaron saludos, condolencias, lágrimas. También ese olor a papel, expedientes, oficina. El Palacio Municipal se transformó en Capilla Ardiente para despedir a quien durante ocho años recorrió sus pasillos sin pedir permiso. Municipales transitaron toda la noche. Se reencontraron jubilados, activos y ex. Desde temprano las sillas estaban ocupadas. Hubo cola para entrar. Los vecinos pacientes esperaron.

 

CARAS: Algunos entraron por la cocina. No por la puerta principal. Y fueron fotografiados, y esperados. Entraron en grupo. Estaba Alicia K y Rocío G, también Basanta y Claudia Martínez y otros más. Vi a Ivovich, De Urquiza, Barletta, todos contemporáneos. R. Ulloa acompañado de su mujer fue a dar las condolencias. Entró y salió a paso largo escapando de las entrevistas. No me dio ganas de sacar el celular.

 

CORRELIGIONARIOS: Roberto G., Eduardo C, Roxana R., Gardonio, Santiago G. y jóvenes funcionarios. Y fue Millapel, Lozano, Saa, faltaba el Tono que ya llega. Y otros tantos que escaparon a mi limitada capacidad de reconocimiento facial. Secretarios, jefes y directores, muchos.

 

PROTOCOLO: Y se me estrujó el corazón: Estaban como tantas veces parados a su lado. Y le pongo apellido. Jorge Avilez, Javier Ayunta, Stella Escudero. Organizando su última ceremonia, acompañando a su jefe en el último Acto. Con los ojos trizados de pie, impecables, correctos y ordenados. Dolidos, conmovidos y tristes.

 

EL AMIGO

-Se murió?

-Sí, se murió, le dijo Daniel.

Y se tiró sobre el cajón, miró la foto, la agarró, la besó.

-Agua, dame agua

Y le trajeron agua. Hizo la seña de un pucho.

-No tengo, no hay.

Y Quique se sentó y allí se quedó por un rato, entendiendo todo lo que sucedía alrededor.

Y yo lo registré.

 

FALTÓ UNA BANDERA

Fue el reclamo que el Padre Sergio Soto le hizo a los familiares después de un responso. Es que el muchacho era cuervo y parece que el cura también. Y hasta acá llegué.

Mañana, va… en unas horas… será el sepelio. A las 12.00 horas en la necrópolis local.

Posteriormente, Daniel Roquel compartió el escrito y le agradeció: “Gracias Mirta de corazón y al terminar la noche lo lleve a Quique a la casa de la vieja, como lo hacía mi viejo, por supuesto que me pidió una vuelta, y por supuesto que la dimos. Gracias de corazón. La Muni era su casa, Gallegos era su lugar, donde hace muchos días quería venir, pensábamos que iba a ser de otra manera, pero ya descansa en paz, seguiremos firme tras sus huellas, siempre mi viejo me mostro el camino”.  

 

Temas