Calidad registrada por manos celestes

Los chicos tuvieron la posibilidad de ser protagonistas de una actividad que llegó de la mano de jóvenes y excelentes profesores de corazón hispanista: Nicolás Gómez, Hernán Troncoso y Elías Corsini.

“Consideramos que este Campus fue muchísimo mejor que el año pasado”, destacó el profesor Nicolás Gómez: “Primero por la cantidad de gente que concurrió, estábamos en diciembre y ya se habían anotado una cantidad impresionante de chicos; empezamos el 26 de diciembre y terminamos el viernes 16 de febrero, con el plus de la prueba que tuvimos el fin de semana en la cual vinieron del club River Plate a realizar pruebas para detectar talentos futbolísticos; estamos contentos porque entre los tres profes lo dimos todo y no nos guardamos nada y eso es lo más importante porque los chicos lo disfrutaron y lo que más nos llena era cuando culminábamos el día los padres nos aplaudían, eso es lo más lindo y lo que queríamos lograr”.

PUEDEN CONTAR SIEMPRE CON NOSOTROS…

Es el final del Campus pero no así de los vínculos que se pudieron lograr entre los mismos chicos, entre los niños y sus profes y de los profes con cada familia: “Los padres saben que con nosotros pueden contar siempre, tienen nuestros números de teléfonos y nos pueden llamar cuando quieran; les propusimos que si tienen la posibilidad de ir a Buenos Aires, que nos vengan a ver, con el profe Elías, vamos a trabajar juntos en Nueva Chicago, así que vamos a tener la posibilidad de proyectar juntos para el próximo año con la idea de siempre ir mejorando”.

NO TODO FUE FÚTBOL…
Lo que hizo distinto este Campus, además de la pasión generada por los profesores en idear, armar, trabajar, estar en cada detalle, fue salir un poco del fútbol y generar otras actividades para experimentar otras cosas: “Con los profes le pusimos mucha energía a todo lo que hacíamos, tratamos de ponernos en el lugar de los chicos, organizamos lo de la lona de agua que fue algo fantástico, los chicos lo disfrutaron mucho y en la mañana del último día hicimos una guerra de bombitas, ellos no se la esperaban, hicimos como ochocientas, terminaron felices y mojados; además vale destacar el comportamiento de los chicos. Además de la diversión necesitamos que ellos hayan aprendido valores, parte física, técnica era nuestro objetivo y creo que lo hemos logrado”.