Produccion ovina

Pese a las falencias, Santa Cruz apuesta a mejorar su producción

Mientras productores de Buenos Aires se afianzan mediante un sistema intensificado rotando a base de verdeos de verano y de invierno y agregando suplementación, Santa Cruz espera históricamente la llegada de herramientas que ayuden a la extensión del tiempo productivo y consecuentemente la mejora en cuanto a la calidad de nuestras carnes y lanas, aunque ya son de excelencia. Pequeñas, grandes diferencias entre ovinos patagónicos y porteños.

  • 14/02/2018 • 12:42
Producción patagónica de exportación (C. Riganti)
Producción patagónica de exportación (C. Riganti)

El primer punto a tener en cuenta al intentar diferenciar los proyectos productivos de nuestra provincia de los emprendimientos que se acentúan en la Provincia de Buenos Aires, es fundamentalmente los factores climáticos que distan al extremo entre las zonas mencionadas. En la Patagonia durante los últimos años uno de los mayores problemas ha sido las sequías, mientras que en la provincia de Buenos Aires los excesos hídricos; pero esta última presenta condiciones “muy favorables” para la producción de ovinos, lo que acompañado de un sistema intensificado rotando a base de verdeos de verano y de invierno, agregando suplementación, logra dos servicios durante el año. Uno es en primavera y el otro, en otoño, para vender corderos todo el año. En contraposición durante muchos años los productores santacruceños han trabajado en proyectos que ayuden a sostener la producción del cordero en la Patagonia, sobre todo durante las últimas décadas donde el cambio climático ha traído sequías cada vez más prolongadas.

Con la producción de cordero del país destinada casi en su totalidad al mercado interno desde hace ya 4 años, debido a la caída de los precios internacionales y el tipo de cambio argentino, relegado con respecto a otras monedas los productores bonaerenses han abastecido la costa atlántica, “obteniendo corderos más pesados para que le rinda más al cliente”. La producción a través de este sistema de engorde ronda los 18 kilos promedio, algo imposible para nuestra zona patagónica en estas condiciones.

 

¿Por qué?

En la actualidad, en la capital del país, son alrededor de 15 productores con una capacidad de producción de entre 2 mil y 3 mil corderos por año, un número que manejan alrededor de 500 productores de nuestra provincia que se ubican hacia arriba del río Santa Cruz. Además, los bonaerenses cuentan con un potencial fenomenal en su pastizal, mientras que Santa Cruz ha atravesado años de sequía y de poca inversión preventiva para pasar “los años malos”.

En diálogo con TiempoSur, Miguel O´Byrne, referente de Sociedad Rural remarcó que “este año, después de un año muy bueno de lluvias y donde ha venido bastante bien el pastizal del 2017, los corderos que están en este momento entrando a los frigoríficos, los nacimientos de octubre y la faena de diciembre, enero, febrero y marzo, están pesando un promedio de 13 kilos y en algunos casos 14, algo que no es normal, esto es muy por encima que es de 10 o 12 kilos”. Sólo con el mejoramiento de los pastizales por ciclo natural. En condiciones normales una pastura seca como es Patagonia, permite que la oveja tenga su cordero y en más o menos 100 días de haber nacido pueda salir al mercado con un promedio de 10 u 12 kilos. “Históricamente porque eso es lo que demanda el mercado argentino y también el mercado español, italiano, griego y portugués. Se consume el mismo tipo de cordero, más bien pequeño, pero por ende es también el cordero más caro de procesar”.

El cambio en el volumen del animal que buscan los productores se debe al mercado que en la actualidad buscan abastecer, y aunque en Argentina también se busca un cordero de tamaño pequeño para la parrilla, la persona que consume cortes en supermercados o carnicerías busca rendimiento, entonces en ese caso cuanto más grande el cordero, mejor. “Lógicamente es mucho mejor que el cordero pese más, pero acá cuesta mucho naturalmente llegar a ese peso, los pastizales son una restricción y es la gran diferencia que existe con Buenos Aires donde la relación en tierra animal es mucha”, remarcó O´Byrne. En Río Gallegos, a 200 kilómetros a la redonda, se necesitan 3 hectáreas por oveja, mientras que en provincia de Buenos Aires se pueden criar hasta 15 ovejas por hectárea.

 

Su problema es el agua

En los últimos tres años tuvieron muchos excesos hídricos en otoño-primavera, coincidiendo cuando están las pariciones, lo que causó mucha mortandad de animales. Al contrario de lo sucedido en Santa Cruz donde como mencionábamos recién durante el 2017 se pudo evidenciar una mejoría en cuanto a la humedad en los pastizales.

Esta situación ha generado la mortandad de animales e incluso enfermedades sobre todo en las patas y la lana se perjudica porque está demasiado húmeda. “Requiere de manejos distintos pero totalmente posibles y conocidos. Es distinto el rendimiento y en esa zona, al ser todo más intensivo requiere más cuidado, más control. Acá la oveja es mucho más natural”. En este punto corremos con ventaja en la Patagonia, ya que si bien también exportan la lana a la Unión Europea nuestro producto es de excelencia y marca diferencia con la lana de otros puntos del país.

 

Trabajo de engorde

El manejo es lo que lo distingue a estos productores de la provincia de Buenos Aires del resto. Un sistema intensificado rotando a base de verdeos de verano y de invierno, agregando suplementación. “Cuentan con un tipo de chacra de siembra y concentran las ovejas en otro sector, y cuando no tiene pasto le va dando este grano que produjo en estos lugares y mantiene una producción constante”, remarcó el referente ganadero aunque diferenció: “Desde ya la oveja, con todas las condiciones dadas en provincia de Buenos Aires es de alto rendimiento económico, pero nada se compara con el suave y único gusto del cordero patagónico y las lanas de hiperbuena calidad”.

Continuando con el trabajo de producción ovina O´Byrne remarcó que “el impacto de un año malo se nota mucho”, sobre todo en una temporada que tiene una duración de 4 meses, lo que mejoraría notablemente con la instalación de la planta de silos proyectada hace varios años en el Puerto de Punta Quilla.

“Aumentaría mucho la productividad, uno podría, en vez de sacar el cordero con 12 kilos en 100 días, sacarlo en 16 kilos en 150 días dándole de comer”, detalló. El también presidente Federación de Instituciones Agrarias de Santa Cruz comentó: “Técnicamente se puede llegar, aumentaría la cantidad de kilos y por otro lado si uno mejora el estado de la oveja en general, mejora el índice de reproducción. Los silos van a tener que ver con mucho de eso, porque las pérdidas de los animales muchas veces se dan porque las madres no están en las condiciones adecuadas y se refleja automáticamente al feto. La alimentación suplementaria no baja la calidad de la carne, hay una mejora en la producción de la lana que es un reflejo del estado corporal del animal, si el animal está bien alimentado pasa la energía a la lana en el crecimiento de la fibra”, explicó.

Si bien desde el sector productivo suponen que por cuestiones de ciclos lógicos que se han dado a lo largo de la historia se esperan 2 o 3 años mejor de lo normal en humedad, “hay que comprometerse e interiorizarse con nuevos sistemas. Van a tener mucho que ver los silos. Nosotros pensamos que el sistema de los barcos, si están continuamente, va a bajar el costo del flete que es lo importante y representa hoy en día el 40 por ciento del componente del costo de la comida, una bolsa de maíz o balanceado”, y continuó: “Si el barco baja eso a un 20 por ciento lo va a ser mucho más competitivo, que más gente se involucre en la técnica y comienza a utilizarlos siempre, no solo un año malo, sino que en los años buenos o igual. Hay animales que necesitan corrección y el objetivo debe ser siempre  lana y corderos de muy buena calidad”.

Con relación a la llegada de la planta de silos anunciada en el año 2015, la Provincia de Santa Cruz y el Gobierno nacional firmaron el contrato en febrero del 2017 por el que se financiara la construcción de la planta en el puerto de Punta Quilla, compromiso que ratificó en su paso por Río Gallegos, el ministro de Agroindustria de la Nación Ricardo Buryaile. “Estaba aprobado por Nación, habían 15 millones de pesos de ArgenINTA que están ahí, está el compromiso de la provincia de Santa Cruz quien hizo el movimiento de suelo y estamos esperando que se consolide”, expresó O´Byrne y manifestó: “Etchevehere recién estará empapándose de los problemas que debe tener la Argentina, pero sabe del tema porque él ha estado acá como ruralista y sabe que es un tema importante, así que damos por descontado que se va a apoyar. Esto requiere que cada parte ponga un poco, hay que consolidar la línea marítima, asegurarse una fluidez mensual. Hay oportunidades pero tiene que consolidarse”.

 

Volver a ganar el mercado europeo

Con la producción de cordero del país destinada casi en su totalidad al mercado interno desde hace ya 4 años debido a la caída de los precios internacionales y el tipo de cambio argentino, relegado con respecto a otras monedas, los productores santacruceños avizoran buenos años e intentarán recuperar el mercado europeo y preparar la apertura al nuevo mercado asiático, el cual se encuentra en proceso de organización en cuanto a lo sanitario y se espera pueda concretarse en 2019.  

En este contexto, vale la pena resaltar que la carne de sello Patagonia (Santa Cruz) ha transitado históricamente, desde 1910 con la llegada de los frigoríficos, un estrecho vínculo de exportación con el mercado europeo, lo que marca otra gran diferencia con los productores de Buenos Aires.

Con relación a la exportación, O´Byrne manifestó que “hay expectativas. Este año viene bien, la gente está con más expectativas, más oxígeno, tuvo un año productivo bueno, así que empieza a tomarse revancha de dos años pésimos”, y continuó: “Este año que las ventas nacionales están estancadas por el clima económico y esperamos se exporte más, porque los frigoríficos en esta zona están trabajando casi al tope de su capacidad de almacenaje, ya que el flujo ha disminuido. Esto va a llevar a cortar más corderos que el año pasado y a forzar a restablecer  los vínculos de Europa. Hemos recuperado un poco el mercado”.

El referente de los productores santacruceños puso en valor la llegada de los acuerdos con China para la exportación. “Una cosa largamente esperada el protocolo se firmó país a país. Teníamos cero mercado directo, aunque ingresaba a través de la exportación de Hong Kong o Vietnam”. La llegada directa del producto patagónico a China y Japón se dará una vez que se definan los protocolos sanitarios.

“Este mercado es el que más carne ovina está comprando a nivel mundial, fundamentalmente cortes más baratos, por lo general cortes que en Argentina no se consumen (cuellos, asados, los laterales, los pechitos, garrones, huesos). Poco más de un 25 por ciento de un animal. Es un corte barato pero lo sacás del circuito”.

 

Núcleo de ovejas productoras de lana de color

Desde que inició la Feria del Vellón en Gobernador Gregores allá por el 2010, en donde participó un grupo de hilanderas de la región sur de la Patagonia y Red MAPA (Red Patagónica de Mercados Productivos Asociativos), surgió la inquietud que en determinadas zonas tienen dificultad para conseguir lanas de color, y por eso son las más caras y las que más rápido se venden. Es así que pequeños productores ovinos tomaron este reclamo y se fijaron como meta trabajar para subsanar este inconveniente básicamente porque detectaron un importante interés por parte de las hilanderas en la compra de vellones de color, sueltos, bien acondicionados, con largas fibras y, si era posible, finas. Se conoció que los mejores precios en la plaza de ventas se obtuvieron por vellones negros y moros, bien acondicionados y con fibras largas y finas, llegando a un valor de $500 un vellón de 4,5 kg.

A través de la gestión de la AER-Gobernador Gregores en conjunto con la Secretaría de Agricultura Familiar, visitaron en la zona de Cushamen, el paraje Tropezón y Esquel (Chubut) para tener un intercambio con productores de allí que ya armaron el núcleo ovino de la “Oveja Linca”, como así también las artesanas que demandan el vellón de este núcleo. Este intercambio sirvió como un insumo importante para la nueva iniciativa, al plantearse metas, objetivos y formular en forma conjunta un plan de actividad para este primer año.

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