“Hay miedo y angustia de no saber qué nos espera como pueblo”

*Enviados especiales a Río Turbio

A metros de Mina 5, dos mujeres ofrecen café y pan todos los que llegan a la vigilia. Es el preludio de algo más grande. En un galpón cerrado con puerta de madera, pero más alejando del centro de la protesta, por lo menos media docena de mujeres, pero también hombres y hasta niños colaboran con  la cocina.

Se trata de alimentar a cientos de mineros que se van agolpando en el reclamo y que se turnan para marcar presencia.

“Estamos encargados de la cocina, del almuerzo y cena; sobretodo de la gente de la vigilia para la familia y el pueblo en general que nos está acompañando”, sostuvo Betina, una de las cocineras.

El grupo de cocineras se conformó el sábado por la mañana, aunque desde antes se sumaron más mujeres que organizaron hasta una venta de locro. Al costado de las ollas gigantes reposa mercadería que fue donada por la comunidad.

“Hay miedo y angustia de no saber que nos espera como pueblo sobretodo”, dijo Betina.

No es para menos, su tío, primo, hermanos  trabajan en YCRT. A su pareja le llegó el telegrama  por el “retiro voluntario”. “Los que vivimos acá tenemos algún conocido que esta trabajando en la mina”, advirtió.

“Queremos que los reincorporen porque consideramos que  los despidos son ilegales, y que las cosas se están manejando muy mal”, precisó.