Violencia

Denunció a su abuelo por abuso pero la Justicia no le creyó

El acusado es un ex funcionario provincial, al que el Tribunal absolvió con el beneficio de la duda. Su nieta lo acusa de reiterados abusos durante su infancia. En un fallo mayoritario, dos jueces pusieron en sospecha a la víctima, con argumentos como ¿y por qué no denunció antes? A tal punto que otra jueza les reclamó votar “con perspectiva de género”. La Cámara Gesell y los peritos que declararon, aseguraron que los abusos existieron. La apelación fue presentada y el caso llegaría a la Corte.

  • 25/11/2017 • 10:21

L tiene 18 años. Los cumplió días antes de que se llevase a cabo el juicio contra su abuelo, al que acusa de haberla violado en reiteradas ocasiones, entre los 5 y los 10 años. Cinco años después de que cesaran los abusos, hecho que coincidió con que sus padres se separaron y entonces el contacto con su abuelo paterno se cortó, L rompió el silencio con el que los abusadores son expertos en cercar a sus víctimas, y le reveló a su mamá lo que habría sufrido. La confesión se dio en 2015, en el Hospital Regional, a donde L entró intoxicada, después de ingerir varias pastillas para matarse.

Tras la denuncia de su madre, Claudia, el abuelo E. C.- que entonces había sido designado con un cargo Director Provincial pero que antes ocupó varios cargos públicos- fue procesado y detenido por la jueza Valeria López Lestón, por el delito de “corrupción de menores agravada por la edad de la víctima y por ser el autor ascendente de la víctima”.

Este año, finalmente la Cámara Criminal hizo el juicio y con dos votos a favor y uno absolutamente en contra, absolvió al abuelo de L por el “beneficio de la duda”.  Ella no estuvo, sino que en su lugar se pasó el video de la Cámara Gesell. Cuando se enteró del fallo “no pude dormir en toda la noche, lloré, me enojé, sentí muchísimo odio” dice.

En el escrito al que tuvo acceso TiempoSur, el juez Joaquín Cabral -con el apoyo de Rosa Núñez- hizo una serie de consideraciones tales como que la casa del acusado era muy chica, y por lo tanto no pudieron darse las violaciones a la nena. Aun cuando ella dijo en Cámara Gesell que fueron en un altillo.

La víctima también contó que muchas veces su abuelo la violaba en otra casa de la familia, un tanto más grande. Pero ahí, el Juez dice que tampoco pudo haber pasado nada de eso, porque siempre había gente, y por lo tanto “la oportunidad para cometer un hecho delictivo de índole sexual del tenor de un abuso con acceso carnal es prácticamente inexistente”.

También desbarató los dichos de la menor, cuando afirmó que no queda claro cómo es que el abuelo la sedujo ni qué hizo “para procurar el silencio de la víctima…”. Y va más allá: “Porque cualquier llanto, dolor o expresión de rechazo o auxilio podría haber sido escuchado…”.

Uno de los abusos que L recuerda, sucedió en una camioneta Hilux gris que su abuelo tuvo. Pero los jueces también sospecharon de ella cuando dijeron que “…convengamos que no es común que a esa edad, luego de una supuesta situación traumática, una niña pueda especificar detalladamente cuál era el modelo del vehículo utilizado”. Sin embargo, las demás juezas y la defensa aseguraron que la nena jamás dijo la marca de la camioneta.

Durante el juicio, los psicólogos declararon que L fue víctima de abuso sexual y padecía hoy las consecuencias emocionales de aquel trauma. A eso se suma que la Cámara Gesell dio positiva. De todas formas, Cabral y Núñez dijeron que la prueba reunida no alcanzaba para determinar la inocencia ni la culpabilidad del abuelo y que por eso, debían aplicar el principio “estar a favor del reo en caso de duda”.

Sin embargo, hubo una jueza que voto en contra de sus colegas y a favor de no descalificar a la víctima. La jueza María Candela García no sólo dijo que los abusos quedaron probados en el juicio, sino que denunció que no hubo una mirada de género durante el debate.

“…Quiero dejar planteada la perspectiva de género con la que deben valorarse los hechos…”, sostuvo en clara relación a la falta de aplicación de la Ley de Protección Integral a las Mujeres, las convenciones y tratados a los que la República Argentina adhiere, como la convención de Belem Do Pará, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

Luego del fallo, que fue tildado de “estigmatizante” por parte de la defensora oficial, Romina Saúl, se presentó la apelación pidiendo su nulidad, y advirtiendo que irán a la Corte Suprema por arbitrariedad de sentencia.

Mientras tanto, L dice que todavía hay noches en las que le cuesta dormir. Y aunque pasa la mayor parte del tiempo en Córdoba, donde estudia Psicología, la idea de cruzarse a su abuelo, o a su papá, que jamás le creyó, le causa temor.

“Todavía no lo supero. Es un tema que siempre vuelve. Fueron muchísimos años que yo me callé, y muchas veces me arrepentí de haber hablado porque no se hizo justicia. Fui un caso más y no quiero que sea así. Yo siempre me preguntaba ¿por qué a mí? hasta que mi abuela me hizo entender que ¿por qué no a mí?, si las peores batallas son para los mejores guerreros”, dice.

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