Relatos de vida

"Me quedo en Río Gallegos porque acá la gente es maravillosa"

Así lo aseguró a TiempoSur, Elida Leonor Rajruj, presidenta de ASPEDI, quien a sus 83 años, sigue trabajando y brindándose diariamente por los 1800 socios que tiene la Asociación y por todos aquellos enfermos de diabetes. Una historia de vida, de lucha, de trabajo y de formación hacia los suyos y hacia la comunidad en cada uno de los lugares que la vida la llevó a estar y a cumplir una función para nuestra sociedad.

  • 23/11/2017 • 08:43

En este espacio que TiempoSur le está dedicando a historias de familias, de vecinos de nuestra comunidad con los que seguramente nos encontramos en algún punto de la ciudad, y que muchas veces desconocemos el aporte que desde su lugar hacen al desarrollo y crecimiento cultural, social, político de nuestra sociedad; nos acercamos hasta la casa de Elida Leonor Rajruj, quien a sus 83 años sigue trabajando y brindándose junto a un equipo profesional y de colaboradores en una organización que hace también mucho por quienes lo necesitan como es ASPEDI - la Asociación de Pacientes con Diabetes-.

Elida Leonor Rajruj, profesora de corte, confección, lencería y labores; podóloga universitaria -Martícula 008- y retirada de la Policía Federal, nació un 29 de mayo de 1937, en Capital Federal, y vivió muchos años en Escobar, provincia de Buenos Aires.

Elida, quien cálidamente nos recibió en su hogar, nos comienza a contar la historia de su vida contándonos que es "hija de sirio y argentina, mi padre era un ser excepcional que lo perdí de muy joven, y ahí empecé a trabajar para mantener la casa y a los 19 años me casé" se trataba de su primer matrimonio de quien nació Gloria, su hija, luego de la pérdida por un accidente que tuvo cuando estaba embarazada de mellizos. Elida teniendo a su hija queda viuda, y "para mantener la casa, cosía para afuera, hacía trajes de novia, de comunión, pero tuve que salir a trabajar afuera". Así es como Elida comienza en la Sastrería Militar como costurera, pero "como no tenía cédula de identidad ya que vivía en Escobar aún, tuve que realizar ese trámite, entonces me recomiendan para que vea al secretario del Jefe de Coordinación Federal (lo que hoy es Seguridad Federal), ahí me ofrecen trabajar en la Policía Federal porque se iba a incorporar mujeres en la institución. Esto fue en el mes de diciembre, me dieron la cédula, hice los papeles y el 6 de marzo de 1961 ingresó a la Policía Federal".

 

Conoció al "Che" Guevara y a Perón

 

Aquí Elida nos precisa que "estuve en Coordinación Federal 14 años hasta que pusieron la bomba. En esa época estaba también como secretaria del Dr. Carrillo, Arturo -hermano de Ramón que fue Ministro de Salud-. Arturo Carillo había pedido seguridad, era el año 1973, me mandan a mí y estuve con él trabajando muchos años".

Aquí hace un alto en su charla, y nos cuenta que "el Dr. Carrillo atendía neurológicamente a Juan Domingo Perón, y le pedí por favor que me dejara conocerlo; lo vi dos veces, y al poco tiempo falleció".

Luego con el gobierno militar, Elida siguió trabajando en Salud Pública durante 8 años, hasta que por una cuestión económica deja el ministerio para irse a ser "Jefe de seguridad del Sanatorio Antártida, y de ahí me fui a un banco a hacer adicional. Donde más me pagaban iba" e inclusive "los sábados y los domingos iba a pelar pollos a la empresa San Sebastián, estaba cerca de Escobar. En realidad, la máquina los pela y después hay que sacarle las plumas más grandes, eso hacía yo. Me daban 300 pesos y 3 pollos; es el día de hoy que yo no como pollo", nos cuenta riéndose.

Con pena nos relata que "pusieron la bomba en Coordinación, no me dejaron entrar, yo entraba una hora más tarde. Me mataron 14 amigos y más de 60 compañeros. Es el día de hoy que voy a Capital pero no paso por Mariano Moreno 1417".

Más adelante, nos comenta que "conozco al Che Guevara. Fue la última vez que estuvo en la Argentina, cuando vino a ver a su madre que estaba enferma. El había ido a  un congreso de los socialistas en Uruguay y pasó a Argentina a ver a su mamá. Lo tuvieron preso 48 hs, estuvo en mi oficina, y charlamos muchísimo. Conservo de él, el manual del guerrillero que me lo mandó firmado con el padre. No estábamos de acuerdo en un montón de cosas, pero me contó que cuando tuvo que poner una inyección en Sierra Morena, no sabía ponerla, porque es cierto a los médicos no se les enseña poner inyecciones. Me contó montón de cosas, discrepábamos en el sistema, no se puede imponer un ideal a la fuerza, los ideales nacen y se construyen de otra manera. Con la fuerza no se logra nada".

Luego de lo que sucedió en Coordinación Federal, Elida pide el pase a Toxicomanía, "siempre en las brigadas, nunca estuve detrás de un escritorio".

"Yo me retiré en 1987, con el mayor grado -suboficial mayor- y con mis compañeros nos reunimos dos veces al año. Yo era la única mujer que trabajaba con ellos en las brigadas. Grandes compañeros, algunos se retiraron de comisarios generales, inspectores y otros hicieron carrera de suboficiales como yo".

Elida tuvo en su carrera policial dos ascensos por mérito extraordinario "uno por un tiroteo que tuvimos y otro por recomendación de la comunidad informativa".

 

Su matrimonio con Ricardo

 

Más adelante en la cálida charla que mantuvimos con Elida, mate de por medio, nos cuenta que "en el año 1983 conozco a mi marido -Ricardo-, a instancias de mis hijos (Gloria y Marcelo). Mi hijo tenía 13 años, tocaba en un conjunto el bajo eléctrico y estaban contratados en un restaurante. Además de restaurante, había show y baile. Como el menor, yo tenía que ir; la pasábamos bien, nos entreteníamos. Siempre bailé muy bien el tango, y ahí conocemos a Ricardo, que me sacaba a bailar tango, pero yo no le daba importancia más que bailar. Entonces, él comenzó a hablar con mis hijos, los convenció. La verdad que salí con él por darle el gusto a mis hijos, y fue el amor de mi vida" afirmó.

"Un gran hombre" asegura Elida al precisarnos que "en el año 87 cuando yo me retiro de la policía, a él ya le habían detectado la diabetes, entonces el médico me dice que acá (por Buenos Aires) se muere, el trajín de llevar una empresa, era todo muy estresante, entonces decidimos irnos a Mar del Plata. Pasaron los años, y mi hija me dice porque no nos veníamos a Río Gallegos, ella vivía acá. Vendimos todo, y nos vinimos" y agrega "acá vivió 10 años, porque era una persona no un número, allá sí lo era; te dicen tomá esta pastilla y listo".

 

ASPEDI

 

"Aspedi se formó en el año 1998 y nosotros vinimos en el 2000", detalla Elida y agrega que "no teníamos sede, no teníamos nada. El (por su esposo Ricardo) era secretario de la Asociación y logró que desde el gobierno, le entregaran la sede. ASPEDI tiene personería jurídica desde el 27 de abril de 1998" y hoy cuenta con 1800 socios.

"Yo entré como voluntaria" indicó Elida al señalar que a dos años del fallecimiento de su esposo es nombrada Presidenta de la Asociación.

Elida no es diabética, pero trabajó y continúa haciéndolo diariamente y en este sentido nos aseguró que "lo tomé como un legado de él".

En la Asociación atienden el Dr. Gustavo Orlandoni, Roberto Kero (Nutrición), Alejandra Carrasco (Podóloga) y Andrea Lupío (enfermera).

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