Río Gallegos

Condenan a 18 meses de cárcel a joven acusado de violencia de género

Le provocó lesiones leves a su pareja en una vivienda del barrio San Benito en diciembre pasado. Los jueces rechazaron las acusaciones por amenazas para él y de falso testimonio para ella. Podría recuperar la libertad en las próximas semanas, ya que cumplió más de la mitad de la pena.

  • 04/11/2017 • 08:25
El fallo se conoció ayer en la sala de juicios de la Cámara en lo Criminal.
El fallo se conoció ayer en la sala de juicios de la Cámara en lo Criminal.

La Cámara en lo Criminal de la Primera Circunscripción Judicial condenó a un joven a 1 año y seis meses de prisión de cumplimiento efectivo en una causa de violencia de género.

En el mediodía de ayer, Damián Ferreyra (27) llegó custodiado por dos policías al tribunal desde la Comisaría Sexta del barrio Evita de Río Gallegos, para conocer el fallo luego del juicio al que fue sometido por violencia intrafamiliar.

Los jueces lo sentenciaron a un año y medio de cárcel al hallarlo autor penalmente responsable del delito de “Lesiones leves calificadas por el vínculo y por violencia de género en concurso real con daño”.

No obstante, los jueces Joaquín Cabral, Rosa Núñez y María Alejandra Vila decidieron absolverlo de la acusación de “amenazas” que le había imputado el fiscal Iván Saldivia, quien estuvo ausente en la lectura del fallo, al igual que el defensor particular Jorge Trevotich.

El tribunal además resolvió mantener su detención, hasta que se le practique los exámenes requeridos por la ley 24660 (Ley 27.375. Ejecución de las penas privativas de la libertad) para la concesión del beneficio de libertad condicional que se podría concretar en las próximas semanas, ya que lleva con prisión preventiva más de 10 meses, y cumplió más de la mitad del tiempo de la pena que se le impuso, indicaron las fuentes judiciales.

Por otro lado, se rechazó el pedido de falso testimonio de Agustina Belén Sierra pretendido por Trevotich y que una copia del fallo sea remitida al juez del Juzgado de Familia que intervino en la causa.

 

Violenta relación  

Según se indicó en la sentencia, en la noche del 16 de diciembre pasado, Ferreyra (nacido en Río Gallegos), se encontraba junto a su esposa (Sierra) en un domicilio del barrio San Benito. Hubo una discusión luego de la cena, y el joven la tomó en forma violenta de los cabellos y la golpeó en el rostro, y ella lo mordió en un brazo para luego retirarse de la vivienda. La pelea se desató porque el muchacho quería ir a la casa de su amigo Julio y ella se oponía a que lo visitara. 

Durante el juicio, prestaron testimonio la víctima, una vecina, los padres del acusado, hermana, amigo, testigo y profesionales médicos.

El fiscal había solicitado una pena de 3 años y seis meses de prisión. En tanto que el defensor pidió la absolución y aseguró en los alegatos que las lesiones que presentaba Sierra fueron producto de una legítima defensa desplegada por Ferreyra cuando la joven lo estaba mordiendo en un brazo. Además que no había pruebas que lo vinculen con el hecho de daño. Para el abogado todo fue armado por la muchacha, incluso el incendio de un vehículo, por lo que había solicitado que se le inicie una causa por falso testimonio, petición que luego fue rechazada por los magistrados.  

 

Derramó alcohol

El presidente del tribunal, el juez Cabral, dejó asentado que quedó probada “una agresión recíproca entre ambos cónyuges de la que no resultaron lesionados de consideración ninguno de los dos”. 

También destacó que la víctima salió de su domicilio luego del incidente, para ir a buscar a su hijo y al retornar se fue a dormir con el niño y no fue a la policía a denunciar la agresión por parte de su pareja. “Lógico sería que de haber sufrido un ataque significativo y resultado lesionada, pudiendo incluso salir sin inconvenientes de la casa, se dirigiera directamente a la policía a realizar la respectiva denuncia y certificar sus daños corporales, cosa que no hizo”, se remarcó en el fallo al que tuvo acceso TiempoSur.

No obstante, se hace hincapié que “claro que este acontecimiento no es menor si se tiene en cuenta que las peleas conyugales eran reiteradas y frecuentes, porque Ferreyra salía por las noches e ingería alcohol y no se regresaba a dormir en su domicilio sino que iba al de sus padres”. 

Al parecer, el joven regresó al otro día a la vivienda, se encontraba ebrio, quiso ingresar, la víctima se lo impidió, rompió un cristal de una ventana y entró. Al observar que sus prendas de vestir estaban en una bolsa, se enfureció y volvió a atacar violentamente a su pareja.

Después –según el relato de la joven – exigió su celular, y como no se lo entregaban, roció con alcohol una habitación, baño y un pasillo. La mujer le indicó que el teléfono estaba en el automóvil, y cuando se dirigió a buscarlo, ella aprovechó y junto a su hijo fueron a refugiarse a la casa de una vecina y a solicitar auxilio a la policía.