Elecciones

Ecuador se prepara para votar en medio de una crisis sanitaria, económica y política

Según los últimos sondeos, publicados antes de empezar a regir la restricción electoral el 29 de enero, el favorito era Arauz, con una media de 35,4% de los votos, seguido por Lasso, con un promedio de 26,3%, y tercero figura Yaku Pérez.

  • 07/02/2021 • 08:41

Más de 13 millones de ecuatorianos están convocados a votar este domigno en unas elecciones marcadas por un nuevo rebrote de la pandemia, una profunda crisis económica, la salida de un Gobierno altamente impopular y la posibilidad de que la fuerza del expresidente Rafael Correa vuelva al poder.

En medio de este complejo escenario, los ecuatorianos elegirán este domingo a su próximo presidente, pero también a 137 miembros de la Asamblea Legislativa y cinco representantes del Parlamento Andino en los 4.276 recintos habilitados en el país y otros 101 dispuestos en el exterior.

Si bien 15 hombres y una mujer se postularon como aspirantes a dirigir el país -un récord en la historia de la democracia ecuatoriana-, solo dos parecen perfilarse para una probable segunda vuelta el 11 de abril: el banquero Guillermo Lasso y el protegido de Correa, el economista Andrés Arauz.



Según los últimos sondeos, publicados antes de empezar a regir la restricción electoral el 29 de enero, el favorito era Arauz, con una media de 35,4% de los votos, seguido por Lasso, con un promedio de 26,3%, y tercero figuraba Yaku Pérez, candidato del partido Pachakutik, brazo político del movimiento indígena, con una media de 16,2%.

Ningún aspirante obtendría entonces la mayoría absoluta de votos válidos ni el 40% de los sufragios, con una diferencia de 10% sobre la segunda fuerza, necesarios para alzarse con el triunfo en primera vuelta.

En tanto, la indecisión se elevaba a un promedio de 14% y los votos blancos y nulos alrededor de 17%.

Los comicios suponen el principio del fin del Gobierno de Lenín Moreno, quien termina su mandato sumido en un ocaso político, en plena crisis económica y sanitaria, con un criticado manejo de la pandemia, socialmente deslegitimado y tildado de "traidor" por el movimiento correísta que lo llevó al poder hace cuatro años.

Poco después de su asunción en 2017, el mandatario rompió con su predecesor, a quien acusó de corrupción y endeudamiento irresponsable, e inició un cambio radical en materia económica.

Buscó nuevos acuerdos comerciales, alianzas con el sector privado y una apertura de la minería a nivel industrial, pero la economía nunca despegó y se ahondaron las tensiones sociales, por lo que terminó engrosando la deuda pública al acudir a organismos de crédito como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Uno de los momentos más críticos fue en octubre de 2019, cuando las protestas más multitudinarias en décadas, convocadas principalmente por el movimiento indígena, pusieron en jaque al Gobierno y lograron la suspensión de la eliminación de subsidios a los combustibles, una victoria que solo duró unos meses hasta que Moreno consiguió imponerla.

La maltrecha economía ecuatoriana se vio además golpeada por la pandemia de coronavirus, que impactó de lleno en el país, donde se espera una caída del 8,9% del PBI en 2020, según las proyecciones oficiales, mientras que para el Banco Mundial sería de 9,5% y para el FMI de 11%.

En medio de uno de los peores brotes de la región, Moreno lanzó una ley de flexibilización laboral y un recorte masivo del gasto público, en consonancia con el último acuerdo firmado en agosto pasado con el organismo monetario.

Fuente Télam.