Coronavirus

“¿A qué mundo te estaba trayendo?”: Carta de una madre a su hijo nacido en pandemia

Esta es la historia de una carta de una madre a su bebé, nacido en la pandemia. Es una reflexión sobre miedos, sueños y nuevos comienzos porque aunque el mundo haya cambiado, la vida sigue venciendo a la muerte. La voz de una madre emocionada, la voz de la escritora y periodista puertorriqueña Ana Teresa Toron, en diálogo con el doctor Elmer Huerta, prestigioso oncólogo peruano, médico y comunicador. 

  • 30/09/2020 • 09:12

Hay personajes y voces que en estos tiempos de coronavirus nos han emocionado, dado aliento y, más importante, nos han recordado que en momentos de incertidumbre siempre hay lugar para la esperanza.

Esta es la historia de la carta de una madre a su hijo recién nacido, la voz de una madre emocionada, la voz de la escritora y periodista puertorriqueña Ana Teresa Toron. La carta de Ana Teresa es una reflexión sobre lo que para ella significó tener a su hijo Nicanor durante la pandemia de COVID-19.

El embarazo es a menudo un momento de incertidumbres, miedos y momentos desconocidos. La pandemia no ha hecho más que acentuar esas sensaciones y sentimientos. Nicanor nació el pasado 23 de marzo en un hospital de San Juan, en Puerto Rico. Esa isla bonita sacudida en los últimos años por una crisis de deuda, fenómenos naturales y escándalos de corrupción pero que no consiguieron doblegar a su gente. Después llegaría el COVID-19 y lo cambiaría todo.

“No es ciencia ni evidencia, son emociones. Esta historia trata sobre el aspecto humano de la pandemia, sobre los sentimientos que despertó en los seres humanos”, sostuvo el doctor Elmer Huerta, prestigioso oncólogo peruano, médico y comunicador radicado en Estados Unidos, en un podcast especial de la CNN, Coronavirus: Realidad vs. ficción.

Nicanor nació en un mundo muy distinto al mundo durante fue concebido. Y en ello pensaba Ana Teresa durante los últimos meses de su embarazo. “Me preguntaba dónde estaba mi hijo más seguro, si adentro de mi barriga o afuera. Pensaba en qué podría hacer para protegernos. Al final, tuvimos que entregarnos al proceso y rendirnos a él. Nadie sabía qué efecto podría tener el virus en los bebés o en una mujer embarazada. Si hubiera tenido fiebre no hubiera podido ver a mi bebé en las primeras semanas de vida. A lo mejor no hubiese podido lactar o mi esposo no hubiese podido estar conmigo, no se sabía mucho”, aseguró la periodista.

Toron teme que cuando llegue el momento que pueda presentarle a su bebé a sus amigos y a su familia, él haya crecido demasiado. “He tenido que aceptar eso con mucho dolor -reconoció-. No se si algún día me de más rabia que dolor pero ahora el sentimiento es de tristeza. Sueño con cosas cada vez más sencillas para Nicanor; que pueda interactuar con otros niños, que el mundo le permita tener una niñez, y que él y todos los niños como él puedan tener salud y seguridad. Deseo que puedan crecer con algunas pequeñas y muy sencillas certezas”.

Carta a Nicanor, el bebé nacido en medio de la pandemia

Naciste en medio de la pandemia del coronavirus, Nicanor; el momento en que el mundo se convierte en algo distinto a lo que conocíamos, tiempos de los que nacerá una nueva normalidad porque la que teníamos ya no le funcionaba a nadie.

Esta plaga ha trastocado lo que sabíamos y el valor de la experiencia. ¿Cómo voy a enseñarte las cosas del mundo si el mundo como lo conozco ya no existe ni existirá? Nunca imaginé que el pasado pudiera volverse, en un instante, tan inútil.

En enero empezaba el tercer trimestre del embarazo y la isla temblaba. Una serie de terremotos nos hizo recordar lo que habíamos vivido apenas un par de años atrás cuando nos arrasó el huracán María. ¿Sabes? En las Antillas conocemos muy bien el vocabulario del viento y del agua, pero el de la tierra cuando tiembla nos era muy ajeno. Enero fue un mes cruel y cuando acabó creíamos haber cubierto nuestra cuota de calamidad y festejamos cual fin de año.

Mientras, tú pateabas mis entrañas cada día con más fuerza. Sentía tu energía intensa, masculina y fuerte ahí adentro. La barriga se expandía cuando comenzaron a llegar noticias de un peligroso virus que había surgido en China.

Marzo comenzó con evidencia aterradora del desplazamiento del virus alrededor del mundo. En semanas, pasó de epidemia a pandemia y comenzamos a escuchar las crónicas de alguna especie de fin del mundo. Nos consolaba tocar la barriga -enorme, contundente- y la certeza de que todo nuestro mundo estaba ahí adentro.

Las calles estaban desiertas cuando salí a la última cita médica. Unos pocos las atravesaban usando mascarillas y el protocolo para entrar y salir de cualquier lugar te hacía sentir sucia, sospechosa. Nacerías en el hospital en el que se atendió el primer caso registrado de la COVID-19 en Puerto Rico. Tuve miedo. ¿A qué mundo te estaba trayendo? ¿Cómo iba a poder protegerte? ¿Estabas más seguro ahí adentro o acá afuera?

Pero sucede que fuiste tú quien nos trajo al mundo, quien nos recordó con tu llegada que la vida es terca y misteriosa y responde a la muerte con más vida. Por eso, mi niño, sé que llegaste a la hora precisa para vivir y marcar el inicio de un nuevo tiempo. Por eso, Nicanor, hace un mes nacimos juntos a este valiente nuevo mundo.

“Hay tantas cosas que hubiese querido hacer con mi bebé estos primeros meses y que no he podido porque el mundo es otro. Pero a su vez, una vida nueva lo que hace es recordarte que la vida es terca, que resiste y que te recarga de esperanza”, finalizó Toron conmovida.

Fuente Infobae.