Insólito

Despiden a un robot por falta de eficiencia pese a ser “simpático”

El robot demostró su incompetencia, pero se ganó el corazón de sus compañeros de trabajo.

  • 30/01/2018 • 11:06

El robot Fabio trabajaba en el supermercado Margiotta Food & Wine de Edimburgo (Escocia). Fabio fue un autómata construido la universidad de Heriot-Watt. Todo parecía ir bien. El robot era encantador, sin embargo, pronto vieron que las cosas no eran como esperaban. Fabio empezó a confundir e irritar a los clientes.
El robot modelo Pepper, estaba programado para ser muy amable con la clientela y ayudarlos a encontrar los productos que necesitaban, y durante sus dos primeros días de chamba atrajo la atención de los clientes, que quedaban encantados con sus abrazos y sus saludos (“hola, hermosa”, les decía a las mujeres) pero con el paso de los días demostró ser muy incompetente en su trabajo.
Así, las respuestas de Fabio eran demasiado vagas porque los clientes, cuando le preguntaban en qué pasillo podían encontrar la cerveza respondía “en la sección del alcohol”.
También, por el ruido del ambiente del supermercado, Fabio no entendía bien lo que los clientes le preguntaban ni tampoco las indicaciones suyas para decir en qué pasillos estaban los productos. Tras una semana de trabajo, Fabio fue despedido, por muy “simpático” que fuera.
A pesar de que su jefe fue comprensivo, e intentó que Fabio encajara en la tienda, e incluso lo cambió de función, al ponerlo a repartir muestras de jamón, demostró ser un inútil cuando, en lugar de lograr que los clientes compraran el jamón que promocionaba, se echaban a correr por ser tan insistente y siniestro.
“Desafortunadamente, Fabio no funcionó tan bien como esperábamos. La gente parecía estar evitándolo”, dijo Elena Margiotta, co-directora de la tienda.
Aunque era evidente que Fabio no era eficiente en su trabajo, el gerente estuvo al borde del llanto cuando le anunció a Franco que no renovaría su contrato luego de tan sólo una semana de trabajo. El motivo de las lágrimas del jefe del robot se debían a que, con su voz de androide, después de recibir la mala noticia Fabio le dijo ‘¿Estás enojado conmigo?’
La experiencia sorprendió a los desarrolladores del robot, que más allá de observar que todavía les falta perfeccionar al armatoste antes de volverlo a lanzar a una aventura similar, observaron que los directivos y compañeros de trabajo de Fabio se encariñaron mucho con él: “Una de las cosas que no esperábamos era que la gente que trabajaba en la tienda se encariñaría mucho con él. Fue bueno de alguna manera, porque pensamos que ocurriría todo lo contrario, que se sentirían amenazados porque competía por su trabajo”, agregó el Doctor Oliver Lemon, principal responsable de Fabio.
La triste historia de Fabio es la prueba de que, por lo menos en el corto plazo, los robots todavía no están preparados para algunos trabajos.