Dr. Héctor Tejada

Tres generaciones pasando por el consultorio del querido pediatra

Es miembro vitalicio de la Sociedad Argentina de Pediatría, presidente de la Fundación del Centro de Medicina Nuclear, atendió a tres generaciones de pacientes y ahora continúa su labor como colaborador en la Secretaría de Salud Pública del Municipio, desde donde se acerca a la comunidad para sacar dudas, derribar mitos y contener. 

  • 07/12/2022 • 22:17
Dr. Hèctor Tejada
Dr. Hèctor Tejada

Se trata del pediatra Héctor Tejada, quien en 1977 llegó a ejercer su profesión a Río Turbio y después, en 1983, se trasladó a Río Gallegos, donde se instaló y hasta el día de hoy se encuentra trabajando con la misma vocación. Tanto en el ámbito privado como en el hospital público, atendió a tres generaciones: a sus primeros pacientes, a los hijos de esos niños y a los hijos de los hijos de esos niños. Lo cuenta con orgullo y emoción en Cambalache que se emite por Tiempo FM 97.5.

 

 

“No puedo calcular a cuántos chicos he atendido, pero al cruzármelos en la ciudad, me hacen acordar que los atendí, y a sus hijos y a sus nietos”, rememoró.

“Soy médico y pediatra sin haberlo pensado. No sabría hacer otra cosa”, dijo y destacó la necesidad de encarar este trabajo con vocación y profesionalismo. “Es una profesión muy profunda y compleja, porque si bien el chico es el motivo de la consulta, detrás de él hay toda una familia. Cuando empezás a escarbar, te encontrás con ansiedades, miedos de los padres que debemos atender de la misma manera”.

Siguiendo con sus convicciones, hoy colabora desde su experiencia con el Municipio, interactuando con el plantel de jóvenes médicos que integran el área y bajando al territorio para ayudar a familias con charlas que permiten ese cara a cara necesario más allá de una consulta.

En este contexto, ha dado charlas en los centros comunitarios en el marco de programa denominado “Pediatras para todos”. Al respecto, contó que “trato de allanarme y que sea un diálogo con las familias. Hablamos con un lenguaje simple y coloquial para que la gente entienda y pueda expresarse. Con estas acciones queremos sacar miedos y mitos respecto a muchas cosas que preocupan a los padres. Además, ofrecemos información para que entiendan que está pasando y  no llenen las guardias innecesariamente o hagan cosas erróneas”, dijo.   

 

Por ejemplo, explicó que “en esta época de infecciones respiratorias, el común denominador es la fiebre. Este síntoma lleva a que los padres llenen las guardias o hagan muchas cosas por desesperación o el miedo que provoca.  Es error es medicarlo y mezclar drogas. Un chico que tiene 39 grados, meterlo en agua fría es una tortura. El baño que se aconseja es el agua tibia pero para darle confort no para bajar la fiebre. Hay que calmar los padres y enseñarles”.

Con este tipo de propuestas, consideró que “conversamos, no de síntomas y signos, sino enseñando sin alarmar a la gente. Hace educar sobre salud, en medicina y más en pediatría”.

El pediatra fue consultado sobre la creciente demanda que existe en los, cada más escasos, pediatras de la ciudad. “Resolver la necesidad de profesionales en la ciudad es complejo. En la parte académica, profesional o científica, las nuevas generaciones de médicos no quieren hacer residencias. Ignoro como se van a formar y entrenar, pero son necesarios esos tres o cuatro años donde se aprende el ABC de la medicina y que continúa con un largo camino por recorrer. Esas vacantes no se cubren porque están mal pagos y eso es histórico.  Mientras que los funcionarios no mejoren las ofertas, otras ciudades se los llevan. Nadie quiere venir por ese motivo”, concluyó.