Huelgas del 20 y 21

Mujeres en tiempo de lucha

La invisibilización sufrida por la mujer a través del tiempo, el no reconociendo de la historia acerca de su actuación en las sociedades, también es deuda en los relatos de las huelgas obreras de principio del siglo XX. Mujeres en “un mundo de hombres” como lo era Santa Cruz.

  • 15/11/2021 • 11:21
Las pupilas de La Catalana.
Las pupilas de La Catalana.

Desde inicio de siglo un equipo interdisciplinario de investigadores de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral - Unidas Académica Caleta Olivia, ha comenzado a estudiar el mundo rural del noroeste de Santa Cruz, donde aflora, como no podía ser de otra manera, el conflicto de las huelgas de 1920 – 1921, la cuestión de la perspectiva de género y junto con ella, la invisibilización sufrida por la mujer a través del tiempo, el no reconociendo de la historia acerca de la actuación femenina en la sociedad, y como se da como por descontado que haya estado presente en esos hechos trascendentes de la historia. “Una total invisibilización que los investigadores estamos tratando de dejar atrás”, asegura a TiempoSur, Patricia Sampaoli, docente investigadora.

Para entender la posición de la mujer en la época, vale la pena mencionar que la demografía del territorio nacional de Santa Cruz hacia comienzos de la década de 1920, estaba compuesta principalmente por hombres de origen europeo y de edades entre los 20 y 40 años de edad. Luego del virtual aniquilamiento, encierro y arrinconamiento de las poblaciones originarias del territorio a fines del siglo XIX, Santa Cruz comenzó a ser colonizado por inmigrantes y argentinos, constituyendo una sociedad en rápido crecimiento, con aportes poblacionales provenientes de distintos lugares, entre los que se destacan europeos, chilenos y criollos. En cuanto a la sociedad, como producto a la inmigración y alta demanda de mano de obra masculina, existían pocas familias, esto si bien la mitad de los hombres adultos estaban casados. Según los datos recabados por el equipo de investigadores, “si uno mira los censos desde 1895 al 1920, hay una leve disminución en el índice de masculinidad, lo que quiere decir que iban llegando mujeres”, y explican que la función femenina, en un mundo poblado de hombres en tiempo de huelgas, mayormente estaba asociada al rol de ama de casa, en algunos casos colaborando en faenas vinculadas con la producción lanar, mientras que en los centros urbanos se desempeñaban en compañías telegráficas, como lavanderas y educadoras. Las mujeres de las familias de elite relacionadas con las beneficencias. Otro de los espacios relevantes para la mujer en la época, hasta los años 30, es la labor femenina en casas de tolerancia.

Respecto a la visión de la mujer sobre la huelga, la investigadora resaltó que en los registros documentales “la mayoría de las mujeres entrevistadas eran esposas, hijas o nietas de hacendados, lo que implicaba, en principio, un posicionamiento político y social en relación a la huelga similar al de ellos, tanto en el estar de acuerdo o no con la misma”, y continuó: “En un mundo de hombres, como lo era Santa Cruz, la imagen que surge de acuerdo a la información documental disponible, es que las mujeres no tuvieron un rol significativo”, aunque resalta que “prácticamente la totalidad de estos documentos fueron realizados por actores directos de los sucesos. Todos hombres y con las mujeres invisibilizadas”.

 

Dos mujeres, dos miradas

Elisa Minuchi de 19 años. Hermana del jefe de la Estación Tehuelche, sitio donde se produjo el único combate entre el Ejército Argentino y los huelguistas en diciembre de 1921. Elisa ayuda a Varela y sus soldados. Días antes del enfrentamiento mencionado habían sido cortadas las líneas telegráficas por orden de José Font (Facón Grande), pero ella se sube al techo de la estación y restablece el servicio enviando un telegrama a Varela para informar sobre la presencia de los huelguistas en el lugar. Acude el Ejército Argentino, sucede el combate y el desenlace que conocemos después. Su rol en los sucesos fue altamente resaltado por los medios de la elite de la época.

Maud Foster de 31 años. Inglesa con 10 años de residencia en el territorio de Santa Cruz. Soltera de una familia según rezan los documentos. El 17 de febrero de 1922, después de la matanza de los soldados, como pupila del prostíbulo “La Catalana”, junto a Consuelo García, Ángela Fortunato, Amalia Rodríguez y María Juliache, se niegan a atender a los soldados con la consecuencia que eso traería. Sin dudas mujeres que marcaron la historia de los sucesos.

(Consuelo García y Maud Foster).