Complicada situación económica y social

Las "barriadas" en localidades de Santa Cruz con "gente que la está pasando mal"

El Obispo dijo, además, que le preocupa la inflación y "el año muy difícil que se viene". Su opinión favorable al pedido de vacunación en las escuelas.  El consumo de alcohol "con una tolerancia social muy fuerte" y secuelas de la pandemia con "mucha angustia, tristeza y soledad".

  • 17/02/2022 • 07:45
Obispo Jorge García Cuerva
Obispo Jorge García Cuerva

El Obispo volvió a manifestar su preocupación por la situación económica y social del país y la provincia, el consumo de drogas ilegales, como la cocaína, y las legales, como el alcohol.

Jorge García Cuerva opinó también sobre la coyuntura: se manifestó a favor del pedido de vacunación de niños para tener clases presenciales.  

"Tengo la misma opinión: en cuestión de salud, que hablen los médicos y si el personal de salud, los médicos, consideran que debemos estar vacunados, está bien", sostuvo.

"De hecho- agregó- hay otras vacunas que sí son obligatorias para asistir a clases y nadie se queja. Así que hay un Plan de Vacunación contra el COVID-19 que me parece que es bueno, queda esperanza, y además sabemos que quiénes se han vacunado transitaron la enfermedad de manera amas leve", remarcó.

"No me parece mal esta exigencia", de vacunar a los chicos para asistir a clases, y recalcó: "Como siempre dije, el personal de salud sabe si las vacunas son buenas, y además hay pruebas de esto por eso hay que vacunar a nuestros chicos. El Papa -recordó- que vacunar es un acto de amor porque se piensa en el otro y no sólo en mí, y con este principio, es importante que todos estemos vacunados".

 

Barriadas

La inflación, volvió a señalar, es "el impuesto de los pobres". "Me preocupa porque se viene un año muy difícil para todos", con una mayor inflación y con "mucha gente viviendo una situación de pobreza" para lo que "habrá que buscar consenso para salir juntos adelante".

“En nuestra Patria se presenta una vez más el desafío de atender la deuda pública, sin dejar de atender las deudas sociales”, señaló el mensaje de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPAS) de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) difundido la semana pasada.

La Conferencia advirtió que se debe solucionar la deuda externa, pero sin descuidar deudas sociales internas.

"Ese mensaje es contundente porque tenemos una deuda social muy grande", aseveró el Obispo.

Esto es notorio en Santa Cruz, que integra personas de diversas provincias y hasta de otros países, expuso, y describió que "es muy propicio recorrer las barriadas de las ciudades de la provincia, en los lugares menos céntricos que muestra que hay gente que la está pasando mal".

La deuda social, consideró, está ligada a la falta de trabajo o trabajo precario con la inflación, que se suma a las secuelas de la pandemia que todavía están vigentes. "Hay mucha angustia, tristeza y soledad. En Puerto Deseado estuve conversando y uno nota que mucha gente pone su fe en Dios, que están muy quebrados psicológica y anímicamente".

 

“Toda la cocaína es veneno y mata”

El prelado cuestionó cómo fue el tratamiento de las más de 20 muertes causada por la cocaína adulterada. Indicó que es un tema "fuera de agenda" y que "hipócritamente se decía que era droga envenenada, como si hubiese cocaína que no fuese veneno". "Fue noticia porque murieron más de 20 personas, pero es muy preocupante que se distinga cocaína de cocaína envenenada, porque habrá de menor calidad, pero toda la cocaína es veneno y mata, pero sólo nos preocupamos por las 20 personas que murieron en poco tiempo, lo que demuestra que la droga esta despenalizada en los hechos", reclamó.

A lo anterior incluyó el consumo de alcohol, que "creció exponencialmente", del cual "hay una tolerancia social muy fuerte". "Casi es normal una rifa que sortean una caja loca con un montón de bebidas; o basta con entrar a un comercio un viernes o sábado por la noche y ver la cantidad de alcohol que se consume, como si la única diversión fuera esta tomado", apuntó.

García Cuerva precisó que, si bien no ve que se ataque el problema, aclaro que "no es un problema de nadie en particular, sino que es responsabilidad de todos que miramos para el costado, por tener esa tolerancia muy grande".

 

Las deudas

“La deuda externa y las deudas sociales”, es el título del mensaje de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina que se refirió al momento que atraviesa el país y exhortó al compromiso de la dirigencia con una ética de la solidaridad, de la educación y el diálogo social.

Entre diversos planteos, destacaron la necesidad de “corregir los modelos de crecimiento que son incapaces de garantizar el respeto del medio ambiente, la acogida de la vida, el cuidado de la familia, la equidad social, la dignidad de los trabajadores, los derechos de las generaciones futuras”.

“En nuestra Patria se presenta una vez más el desafío de atender la deuda pública, sin dejar de atender las deudas sociales”, enfatizaron. Y añadieron: “La Iglesia en su solicitud pastoral no ha ignorado este problema, ya que afecta a la vida de muchas personas, señalando en varias oportunidades que las obligaciones emergentes de situaciones creadas por la deuda externa no pueden y no deben soslayar la mirada ética respecto de los compromisos con la deuda social que nacen, precisamente, de un orden económico que ha privilegiado la especulación financiera por encima de la producción y el trabajo digno”.

En la misma línea, señalaron: “No es un tema nuevo. Ya en el año 2000, en medio de la mayor crisis de la historia reciente de nuestro país, San Juan Pablo II sostenía que ‘la situación social hoy es crítica y la carga del endeudamiento hace que el margen de acción del Estado se vea fuertemente limitado por las obligaciones que deberán pagarse en los próximos años’”. Advertía entonces que “los países pobres se encuentran aún en un círculo vicioso: las rentas bajas y el crecimiento lento limitan el ahorro y, a su vez, las reducidas inversiones y el uso ineficaz del ahorro no favorecen el crecimiento”.

“Nos toca, 20 años después, volver sobre el hecho consumado de otra deuda extraordinaria que nos condiciona y que plantea graves desafíos; ¿cómo evitar que su reconocimiento no condene al hambre y la miseria a millones de compatriotas?; ¿cómo hacerlo sin sacrificar el crecimiento económico, la inversión pública y la atención de los más necesitados?”, plantearon.

Por todo ello, instaron a que “se profundicen acciones con el compromiso de toda la dirigencia política y social, que se sustenten en la ética de la solidaridad, de la educación y el diálogo social, anteponiendo el encuentro sectorial, el trabajo argentino, la dignidad de las familias y el crecimiento económico. Un modelo basado en la producción y en la economía social, como condiciones imprescindibles para una economía con rostro humano que, a partir de saldar la deuda social, pueda honrar sus compromisos con la deuda externa privilegiando la protección de los más vulnerables”