Mes rosa

Guerreras que la siguen remando  

Un grupo de mujeres que padecieron cáncer de mama se juntan tres veces a la semana para practicar una disciplina innovadora, recreativa y terapéutica: el Bote-Dragón. La historia del grupo en la palabra de una sobreviviente que encontró compañeras para seguir remando juntas.   

  • 02/10/2021 • 10:00
Las Guerreras Rosa del Viento en plena práctica de remo. (Fotos C. González)
Las Guerreras Rosa del Viento en plena práctica de remo. (Fotos C. González)

Las Guerreras Rosa del Viento se juntaron hace dos meses en el Rotary Club, lideradas por la profesora Irma Montiel, quien tiene experiencia en diferentes propuestas deportivas y les dio a conocer la disciplina de Bote-Dragón, la que se viene trabajando hace muchos años en diferentes países y ya tiene grupos conformados en La Plata, Neuquén y Córdoba.

Todas ellas han padecido y lograron superar el cáncer de mama, pero tiempo después, se encontraron para desarrollar una actividad que les permita mejorar su salud y abordarla de manera terapéutica, para contar con contención y poner las energías para remar contra el viento.

Guerreras Rosa del Viento

El nombre surgió de la profesora, al reconocer en ellas la fortaleza y las ganas de luchar, ponerle empeño a la actividad para mejorar su vida y acompañar en el proceso a otras que padecieron y saben lo que es el cáncer.    

Pilar Carbone es integrante del grupo que ya lleva dos meses, se juntaron en el CePARD pero hoy se encuentran trabajando en el Rotary Club Río Gallegos.   

Según lo explicó a TiempoSur, “remar tiene beneficios en la rehabilitación para mujeres que tuvieron cáncer de mama” ante las secuelas que produjeron las cirugías como inflamación de los brazos y donde advierten que remar tiene beneficios terapéuticos.  

“Se empezó a hacer esta disciplina en todas partes del mundo, donde las mujeres reman en este Bote Dragón y lo hacen tanto para pasar un buen momento, hacer una actividad más allá del diagnóstico y se hacen competencias”, expuso Pilar, quien resaltó que se generó un vínculo entre todas las que desarrollan la disciplina y “cada vez se van sumando más personas”.  

Para Pilar “la disciplina es algo novedoso” y remarcó que “antes de la enfermedad jamás se me hubiera cruzado por la cabeza remar”. “Vamos al agua y no nos da miedo ni nada, la pasamos muy bien y trabajamos en equipo”, resaltó.

Pero, al mismo tiempo, para ellas “tiene un significado más simbólico” ya que son mujeres que transitaron y padecieron lo mismo. “Sabemos lo duro de la enfermedad pero, a la vez, nos alejamos de ese diagnóstico para pensar otra cosa que nos una”, sostuvo Pilar, haciendo hincapié en los “momentos compartidos para escucharnos, contenernos y sostenernos entre todas”.

En este sentido, dio cuenta que “esto recién se está gestando y esperamos que las personas que lo transitan sepan que no están solas y se acerquen a pasar un buen momento y a aprender la disciplina”.  

Los miércoles trabajan en la técnica como el agarre de remo, fortalecer el brazo y la columna. Los viernes hacen un poco de baile para terminar la semana distendidas. Aunque también se reúnen los  sábados, en la costa de la ría local, acompañadas por la División de Bomberos para trabajar la técnica de remo en un gomón, tanto en la tierra como en el agua.

“Es una disciplina que requiere conocimiento y cuidado del cuerpo”, destacó Pilar, quien advirtió que “por ahora la competencia es con nosotras mismas, superarnos día a día y aplicar la técnica en el agua”, pensando en tener encuentros con otras provincias que desarrollan la disciplina para intercambiar experiencias.  

Octubre rosa

Como parte de este mes, donde se generan actividades de concientización, las Guerreras han sido invitadas para el 23 de octubre a Puerto San Julián, donde las convocaron para realizar una charla y dar a conocer la disciplina.  

El Rotary está gestionando la compra de un gomón con un locro solidario organizado para hoy, mientras las mujeres comenzaron a realizar actividades para recaudar fondos destinados a la compra de elementos y los gastos para el viaje a San Julián.  

“De a poquito hacemos actividades para solventar gastos”, indicó Pilar.

Las Guerreras Rosa del Viento se relacionan con el clima, sumado a atravesar la enfermedad y el color que identifica al cáncer de mama.

“No me considero guerrera porque cada uno le hace frente a lo que le toca vivir como puede, en la guerra unos ganan y otros pierden, pero en el cáncer nadie pierde, porque la muerte no es perder”, reflexionó.

Sin embargo, precisó que “guerreras” es un término que se usa colectivamente, siendo que “todas pasamos por esta enfermedad y le pusimos el pecho”, como una forma de reconocerse en ese tramo de su vida donde lucharon para vivir.  

El Bote Dragón es una técnica específica de remo que se remonta a más de 2 mil años.

Hoy es un tipo de actividad física reglamentada, de muy bajo impacto físico; esta característica permite que las mujeres sobrevivientes de cáncer puedan participar y mejorar sus condiciones físicas. El tipo de remo que se emplea ayuda a mejorar los niveles de ansiedad a la par que mejoran los síntomas derivados del tratamiento de la enfermedad, linfedema.

 

Este deporte se remonta a una época de hace más de 2000 años, si bien esta práctica en botes surgió para transportar a los soldados chinos en tiempos de guerra, para rituales religiosos y en los festivales se comenzó a usar como competencia.

En la actualidad, hay equipos formados por mujeres con historias de cáncer de mama en 30 países, entre ellos Argentina, Canadá, Brasil, China, Estados Unidos, Nueva Zelanda, entre otros, y en total suman 240 grupos. Cada cuatro años se realiza el festival internacional en el que participan estos equipos de mujeres. El último fue en Florencia, Italia, en 2018, al cual asistieron 4 mil mujeres de todo el mundo, incluida una delegación de argentinas. El próximo será en 2022 en Nueva Zelanda.