Trabajadoras domésticas

Con o sin licencia, no alcanza

TiempoSur dialogó con tres trabajadoras domésticas para conocer cómo están ejerciendo su labor en cuarentena. La actividad mayormente informal en Argentina, se encuentra con licencias, informalidades e insuficiencias en la capital de Santa Cruz.

  • 20/04/2020 • 11:46
Las domésticas que están en la informalidad son las más perjudicadas en esta cuarentena.
Las domésticas que están en la informalidad son las más perjudicadas en esta cuarentena.

Según la Encuesta Permanente de Hogares de 2019 el 65% de las empleadas de casas particulares ejercen su labor en la informalidad. Esta condición se traduce en no tener obra social, licencia por maternidad, ART, indemnizaciones, vacaciones y aguinaldo. A pesar de que desde 2013 existe la Ley 26.844 que regula los contratos de las empleadas domésticas, la realidad contrasta y la pandemia agrava la situación.

De las cinco categorías que engloban a estas trabajadoras, solo la cuarta, que alcanza a quienes se encargan de la asistencia y cuidado de personas está exceptuada de la cuarentena obligatoria, extendida hasta el 26 de abril. Cuidar a los demás es el único trabajo considerado esencial en el aislamiento social preventivo y obligatorio. Las demás trabajadoras deben percibir su salario sin concurrir a su lugar de trabajo.

No obstante, la informalidad perjudica a quienes tratan de llevar un plato de comida a su mesa. Mabel tiene 39 años, es jefa de hogar y hace dos años se dedica al trabajo doméstico. Anteriormente se desempeñaba como maestranza en distintos colegios. “Somos las más ignoradas por ser empleadas” lamentó la madre de tres niños. Antes de la cuarentena ella cuidaba niños y desde que se decretó la misma que no va a trabajar y por lo tanto, no le pagan.

“Recibí la ayuda de 10 mil pesos y gracias a eso almorzamos fideos pero yo alquilo, no estoy pagando. Es difícil porque tengo un bebé que toma leche y usa pañales y no tengo ninguna entrada” explicó la trabajadora. Beatriz tiene 28 años y también se quedó sin trabajo. “Una vez que se decretó la cuarentena me dijeron que no vaya más” relató. Ella estaba trabajando 4 horas de lunes a sábado y su sueldo no alcanzaba los $8.000.

De acuerdo a la escala salarial de marzo del 2020, Beatriz debería cobrar $ 19.500 y a partir del mes de mayo, se aplicará un aumento del 5% en los sueldos mínimos de personal doméstico, estableciendo una hora de trabajo en $155. La empleada doméstica, sin trabajo ni empleo fijo, explicó que no le alcanza para vivir. “Volví a hablar con mis patrones y me dijeron que cualquier cosa me avisaban, pero tengo que esperar que pase la cuarentena para buscar otro trabajo” relató.

La realidad es variable, Carolina tiene 37 años y 20 de trayectoria en el empleo doméstico. Al no poder sobrevivir con un solo trabajo, tiene dos. En uno está “en blanco” y en el otro no y a diferencia de muchas, está percibiendo su sueldo desde su cuarentena. En el trabajo formalizado, tiene los derechos que vienen de la mano y en el otro, pudo llegar a un acuerdo.

Patricia también es de Río Gallegos y está cobrando desde su aislamiento social. En diálogo con TiempoSur agradeció que sus empleadores consideren su diabetes insulinodependiente como factor de riesgo en esta crisis sanitaria. “En mayo voy a cumplir 59 años y a pesar que trabajé toda mi vida como empleada doméstica recién hace 6 años que estoy en blanco, sé que ese va a ser un tema para jubilarme” lamentó.

Como la mayoría de los hogares argentinos, su casa se sostiene con más de un sueldo. A pesar de que ella percibe el suyo estando en su casa, su marido trabaja de oficio en la construcción y ella hace changas habituales para llevar a fin de mes, a su casa, a su hija y a su pequeño nieto. “En este momento no me alcanza, mi sueldo no supera los $10.000” lamentó, en una provincia en la que la canasta básica supera los $40.000.

La vulneración de los derechos de un sector de la sociedad que busca ganarse el mango día a día demuestra una desigualdad estructural que, en la mayoría de los testimonios, los gobiernos no pueden reparar. El viernes 3 de abril fue el día del personal de las casas particulares, un trabajo mayormente informal y feminizado. Desde varias provincias, como Buenos Aires y Santa Fe, las distintas carteras laborales y de mujeres remarcaron la importancia de que las trabajadoras cumplan su cuarentena con goce de sueldo. En Santa Cruz, las historias de las trabajadoras hablan por sí solas.