Asociación Ambiente Sur

CARTAS ORGÁNICAS: Construyendo diariamente

“El Municipio promueve y garantiza la participación política y social de los vecinos, respeta su capacidad para aportar ideas y propuestas que contribuyan al mejoramiento de la política local, y crea los institutos y organizaciones necesarios que posibiliten el ejercicio de este derecho”. (2) Por Alejandro Rojo Vivot (1)

  • 10/08/2021 • 09:45
La Carta Orgánica de la ciudad de Río Tercero (Córdoba) promueve y garantiza la participación política y social de los vecinos.
La Carta Orgánica de la ciudad de Río Tercero (Córdoba) promueve y garantiza la participación política y social de los vecinos.

Carta Orgánica de Río Tercero (2007)

 

Las cartas orgánicas también son magníficas herramientas democráticas, innovadoras y eficaces, por lo que es necesario conocerlas, difundirlas y ejercerlas.

Es probable que sea más fácil convertirse en un apéndice de quien ejerce un poder público, por lo menos en lo que se refiere a la obtención de recursos, que ejercer libre e independientemente los mandatos institucionales de, por ejemplo, una asociación o a título individual. Esto último no implica desechar algún trabajo intersectorial en común, dialogar sobre aspectos específicos, emplear fondos y oportunidades públicos, etcétera; pero siempre manteniendo la independencia.

Por otro lado, debemos reflexionar acabadamente cuando un dirigente de la sociedad civil ingresa a la actividad partidaria o, por caso, accede a un cargo de responsabilidad política; el debate está abierto.

A veces, el ser coherente con algún principio presenta serias dificultades pues, por lo general, los cambios buscados provocan resistencias. Si no fuera así muchas de las entidades comunitarias no existirían y viviríamos en un mundo feliz.

Entonces, aunque el camino elegido por las organizaciones sociales sea el más largo y, en algunas oportunidades dificultoso, si es el que favorece la coherencia e independencia, sin duda será la ruta más conveniente; y de eso se trata.

 

AMPLIANDO LA PERSPECTIVA

Desde luego que en todos los ámbitos podemos encontrar luces y sombras, pero nunca, nunca, si deseamos edificar a la democracia teniendo como valor a la diversidad, podemos optar por los sistemas que tiendan a la hegemonía o a denostar a los otros en una suerte de infantil concepción de suponer que los que coinciden con nosotros son todos o, por lo menos, todos los que importan, ya que así seguramente estaremos en el inicio del abismo empujados por el pensamiento único.

La lógica excluyente de amigo enemigo en la vida cotidiana socaba el entramado comunitario y, entre otras, desalienta la construcción de la democracia de calidad.

De la misma manera que cada persona es única e irrepetible, compartiendo en igualdad la condición humana, las comunidades son diversas siendo esta cualidad una característica positivamente sobresaliente.

 

AQUÍ Y AHORA

Ya transitando en el Siglo XXI, gran parte del territorio mundial está poblado por seres humanos; dejamos el resto del universo para otro análisis.

Una parte importante de los que deberían ser los reyes de la creación, sufren aberrantes situaciones a causa del hambre, hacinamiento, desempleo, violencia armada, corrupción, nepotismo, negación al acceso a la información pública, degradación ambiental, etcétera. Pero, por otro lado, hemos comprendido cabalmente que la organización democrática de calidad es la que contribuirá a solucionar esos problemas.

En este sentido el peruano Baltazar Caravedo, en 2004, acabadamente escribió sobre su propio país aunque bien podemos trasladarlo, por lo menos, al resto de la Región: “Nos consideramos una sociedad integrada en la que todos somos iguales y en donde los mejores efectivamente destacan porque se lo merece (primer nivel). No obstante, al mismo tiempo, sentimos que el éxito de uno se debe al fracaso de otro, o que la riqueza de algunos se debe a la pobreza de otros (segundo nivel). Ambas ideas cohabitan en todos los sectores, y en cada uno de los individuos que los integran. Dado que el discurso subyacente, todos somos enemigos; no tenemos un interés común que nos agrupe. La fragmentación social resulta entonces de la imposibilidad de construir una visión compartida desde nuestra interioridad más profunda.

Nos percibimos como una sociedad solidaria, en la que somos hermanos y nos debemos ayuda mutua. Las colectas públicas a favor de grupos necesitados nos brindan la posibilidad de dar dinero, ropa o equipos. Simultáneamente, desconocemos el derecho del otro, lo ignoramos. Cuando circulamos por la vía pública manejando algún vehículo y nos pasamos la luz roja o ingresamos contra el tráfico en una calle, desconocemos el reclamo del conductor que tiene razón y, más aún, lo insultamos por eso. Somos piadosos cuando asistimos a nuestro servicio religioso, pero en la empresa o en el centro de trabajo maltratamos sin contemplación a nuestros colaboradores”. (3)

Nos percibimos como una sociedad solidaria, pero a menudo transgredimos las normas ignorando los derechos de los otros, como ocurre con el tránsito.

PARTICIPACIÓN PROACTIVA

Una cuestión principal con respecto a ser parte es estar interesado y orgulloso al respecto. El involucramiento activo acrecienta el entusiasmo por la pertenencia a un grupo, comunidad, ciudad, etcétera, determinado.

También puede significar la base para otras cuestiones como las que se pueden generar por la interrelación en la diversidad ciudadana; es bien distinto a cuando únicamente se está relacionado a grupos homogéneos, limitados, etcétera.

El desinterés conlleva a la pasividad o al limitarse a criticar mediante susurros casi como se comentan chismes, estereotipos, frases hechas, etcétera.

El concepto de proactividad nos remite a la iniciativa tan diferente al que aguarda pasivamente a ser convocado.

Participar es estar dentro a diferencia del que sitúa afuera en forma neutra o ¿en qué puedo ayudar?

En los procesos participativos quienes los integran además van empoderándose, sobre todo cuando visualizan algunos impactos positivos, luego de haberse desarrollado con perseverancia y tesón.

El derecho al acceso a la información pública, de ser necesario ejercerlo, contribuirá de sobre manera a la eficiencia de la intervención de los habitantes, en tiempo y forma.

La inteligencia puesta en acción significa procurar edificar, con sólidas bases, comunidades con visión integral donde los habitantes estén orgullosos de participar plena y responsablemente; eso es posible y vale la pena buscarlo perseverantemente.

 

NOTAS Y REFERENCIAS

1) Asesor Externo de la Asociación Ambiente Sur.

2) Convención Constituyente. Carta Orgánica, Artículo 21°. Río Tercero, Provincia de Córdoba, Argentina. 18 de octubre de 2007.

3) Caravedo, Baltazar. La transformación de la sociedad peruana. AVINA. Páginas 19, 20 y 21. Lima, Perú. Junio 2004.

 

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