Historia Celeste

Bonus Track

Toda lista, todo ranking, genera polémicas. Opiniones, consensos, disensos, puntos de vista, debate. La nota Hispano de la A a la Z generó un poco de todo eso, mechado con la emoción y el recuerdo en épocas complicadas para la práctica del deporte. Por eso, y escuchando las apreciaciones de hinchas, ex jugadores históricos de la institución como Daniel Hure y Nico Paletta, y en riguroso honor a la verdad y respetando el aporte de los que vamos a nombrar a continuación, es que llega este Bonus Track de fundamentales, de indispensables de la historia ‘’Celeste’’ en el concierto de las grandes citas basquetbolísticas.

  • 04/06/2021 • 08:30
Bonus Track: Gustavo Blanco.
Bonus Track: Gustavo Blanco.

Gustavo Bianco: Un maestro a la hora de contar chistes malos cordobeses en las sobremesas de la historia de la Liga Nacional. ORIGINARIO DE LAS FRUCTÍFERAS INFERIORES DE ATENAS, la rompía en San Isidro de San Francisco, en un equipo que jugaba a presionar y correr toda la cancha, su especialidad.  Zurdo, 1.94 en puntas de pie, con una capacidad atlética envidiable, pero por sobre todo, una facilidad pasmosa para hacer puntos: directamente se le caían de los bolsillos los dobles. Jugando mal, 20 tantos y 10 rebotes. Pasó poco por Peñarol, donde rindió a excelente nivel, pero prefirió ser  cabeza de playa en equipos que peleaban por subir escalones desde la B y el TNA. Logros con Regatas de Corrientes y en el celeste de nuestra ciudad, a través de ascensos. Apareció por la Patagonia allá en 2006, de la mano del inclasificable Diego Riboldi para ganar la Liga Patagónica de ese año. Con el Tucu González y Monono Aguilar de laderos, dos que al igual que él cruzaron la Roca con destino a Calle Alberdi en el futuro, dos que también mutaron del verde al celeste. Se quedó con las ganas en su primer año bajo la dirección de Bernardo Murphy, el TNA se resistía para la plaza basquetbolística más austral del mundo. Se sentía cómodo en la ciudad, en un departamento particular, buen sueldo y comiendo en el BRITISH junto a su amigo López Cerdán. Hoy labura en la venta de seguros, se encuentra retirado y está a punto de ser papá. Hace un alto en las tareas y atiende a TiempoSur, siempre hay lugar en su agenda para el recuerdo a un club muy querido a sus afectos.

’Hispano me cumplió siempre. Cobrábamos al día, viajábamos como un equipo de Liga NACIONAL. La cara de felicidad de la gente no me la voy a olvidar más, fue el primer ascenso de un equipo de la ciudad a nivel nacional. Se buscó mucho y es inolvidable quedar en la historia. El segundo año fue un equipo más largo, más completo, y sentíamos que no se podía escapar. La vida en Gallegos, me costó adoptarme al viento pero después ni cuenta me daba. Nos llevaba la dirigencia hasta el yogurt y las frutas a nuestros domicilios, nos sentíamos mimados. Después de los partidos nos juntábamos en la casa de Mario Sepúlveda, y ese grupo humano tan fuerte y compacto fue el que pudo conseguir las alegrías’’.

Pablo Fernández: En el devenir, en el transcurso de recorrido, en el plan de vuelo logístico, en la hoja de ruta ganadora, Hispano hizo algo muy bien, de lo cual no se habla mucho, y el cronista,  ex jugador, lo trae a modo de falsa primicia. La dirigencia supo ir a buscar, seducir, convencer, traer a Gallegos, a jugadores acostumbrados a jugar para salir campeón; tipos que dejaban de lado sus números, que sabían tirar del carro, convencer a sus compañeros, mantener el equilibrio en la mala, y acelerar y poner la quinta a fondo cuando comenzaba la hora de la verdad, los playoffs. Pablo Fernández atiende a TiempoSur, con la misma tranquilidad de siempre, y con el respeto de un señorito inglés detiene su auto en inmediaciones del Parque Independencia, de Rosario, y cuenta su inolvidable experiencia en la capital santacruceña. ‘’Nunca voy a olvidarme de lo que fue aquel paso por el Sur. Coincidimos entre todas las patas de la mesa en que se tenía que dar el objetivo. Hicimos todo para que así sea’’.

Junto a Sepúlveda, en mi humilde opinión, los dos plenos de acierto dirigencial a la hora de buscar líderes positivos.

Alero, 38 años y de 1.97, polivalente, juega de espaldas al aro conociendo cada milímetro de los fundamentos de pies, tirador fiable, siempre vigente, hasta el día de hoy. Y con una particularidad, muy especial, cuando la pelota quemaba y había que tomar decisiones, sabías que podías contar con él. Con la casaca celeste jugó 49 partidos, tuvo 32,3 minutos en cancha y un promedio de 12,6 puntos, 3,2 rebotes, 2,0 asistencias y 1,1 robos. Hoy tiene el récord de presencias en la segunda categoría del básquetbol argentino, superando a Facundo Brizuela. Está a nada de llegar a los 600 partidos en la misma.

Diego Koch: Entendió, absorvió cosas de cada técnico, de cada jugador que pasó por la institución.

Una buena persona, para además lograr que los que venían a la provincia le dedicaran su tiempo, en un ambiente caracterizado muchas veces por el ego, el desinterés y la mirada al ombligo propio. Terminó siendo goleador de la Liga de Desarrollo. Interesante jugador y amenaza de tiro a pie firme desde línea de tres puntos, armó su bolso y fue a probar suerte en el norte del país. ¿Seguirá? ¿Tendrá más minutos? Muy pero muy querido en la Institución, hacedor y formador de grupos, como le dijo a este mismo diario su compañero Lucas Gargallo, caracterizándolo como el más divertido. Está repleto de gestos humanos, como un dálmata lo está de manchas. Terminada la Liga 20-21, le tocó la puerta para regalarle la camiseta del club a uno de sus formadores, José Luis García. Con su metro 87 centímetros, cada paso que da en la actividad profesional le cuesta un Perú. Pero es un ejemplo de que se puede. No logró asentarse en Sportivo América de Rosario, y volvió al calor de su casa.

Larry O’Bannon: ’’Uno de los dos mejores jugadores que tuvo Hispano, sólo detrás de ‘’Stambi’’. Espléndido saliendo de las cortinas, estético, un maestro tirando al aro, de los niveles más altos que vieron nuestros ojos en el club’’ (José Luis García).

Ofensivamente al nivel de Barlow, que solamente lo supera en la fortaleza defensiva. Un monstruo, nos dio muchísimo, además un señor (Pancho Anglesio).

De 1.93 y nacido en Louisville, en el mismo vecindario que Muhammad Alí, paseó su básquetbol en Italia, Israel, Serbia, Venezuela, Argentina. Figura en Lanús y Boca, llegó al Sur en sus últimos años de carrera. Rindió en un nivel excepcional.

 

Esteban Gatti: ‘’Súper importante como asistente tres años, y el cual, con su conocimiento en las categorías inferiores del país, el primer año me trajo a mí, a Pato Tabárez y a Podestá (hoy, los tres consolidados en la LNB). Apostó por nosotros y fue quien ayudó mucho a Richotti dentro de la cancha cuando tuvo que operarse. (Nicolás Paletta, referente de la Institución).

Joven, pero experimentado, oriundo de Bragado, provincia de Buenos Aires, registra también un paso importante en Salta Básket. “Soy un entrenador apasionado de lo que hago, me gusta mi profesión, la disfruto y cada día intento aprender algo más. Nada de lo que hago es porque sí, trato de estudiar cada paso y tener un porqué para cada situación a resolver, aunque está claro que en los partidos se toman algunas decisiones ´por instinto´”, expresó acerca de su forma de sentir y vivir la profesión.

En diversas clínicas reválidas para entrenadores locales, paseó con mucha generosidad su amplio conocimiento de mecánica de pies y salidas de tiradores. Le cambió la técnica al Pato Tabárez, mejoró su lanzamiento, y hoy cobra tres veces más. El Pato, porque Esteban, lo hizo de onda.

Luis Mendoza: Un pasional. Jefe de equipo, prensa, utilero, ayuda en lo que hay que ayudar, lo que haga falta. De los que discuten con los de la tribuna, se enojan con el árbitro, se llevan alguna técnica, de esos que vibran con el alma cada partido, cada posesión.

Así lo describían los que lo conocieron. Y que abrazan con el alma a su familia. A tres años de su partida, pequeño y sincero homenaje hispanista.