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Conmoción por la muerte de Lobito: querido perro comunitario de Río Gallegos

Lobito, Cabezón, Chino y Goliath eran algunos nombres con el que era llamado este reconocido can que se ganó el cariño de muchos. Acompañó en innumerables marchas a los vecinos y también hasta el hogar a quienes le daban comida, causando revuelo en redes sociales tras su muerte.

13/04/2021 • 11:30

“Lo conocí en 2015 cuando apareció en la puerta de mi departamento, le di comida y lo publiqué para ver si tenía dueños o estaba perdido”, indicó Lali Magni, vecina que constantemente ayuda a animales abandonados y que sentía mucho apego hacia Goliath, como apodó en ese entonces, a quien siempre le dio comida e intentaba resguardar en su casa, pero sin éxito debido a que éste se escapaba y volvía a la calle, tal y como pasó con muchos otros vecinos que intentaron adoptarlo.

 

Su historia

Mariángeles Cárdenas, rescatista voluntaria y una de las que acompañó a Lobito en sus últimos momentos, contó un extracto de su vida: “No siempre vivió en la calle, de cachorro tuvo una familia. Cuando tenía un año por razones que desconozco lo dejaron en la calle”, indicó. “Tenía unos 7 años al momento de morir, pero claro, una vida en la calle es dura y era natural que se vea más viejo que un perro casero que tiene todos los cuidados, alimentación adecuada y atenciones correspondientes”, agregó.

Además, destacó que al vivir mayormente en la zona centro conseguía comida en locales que suelen alimentar perritos de la zona, y que debido a su carácter “se hizo a conocer y amar por como era”, razón por la cual vecinos le confeccionaron ropa y le cocinaban en días fríos. El pasado viernes fue publicado en redes sociales por lucir enfermo. Fue llevado al veterinario por proteccionistas voluntarios y diagnosticado con insuficiencia renal y arritmias, y por indicación del especialista, sacrificado.

“Es un buen momento para recordar que Lobitos hay miles y los vemos todos los días, la indiferencia mata y no hay que ser cómplices, si hay un callejero en tu cuadra, dale de comer, prestale un techo, un lugar calentito en invierno, castrá a la perra alzada que está en tu esquina. Todos podemos ayudar a que no sufran otros Lobitos”, señaló Martina Díaz, quien también acompañó en su última visita al veterinario a este perro que no eligió la calle, pero que se tuvo que acostumbrar a ella desde que fue abandonado.

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