Los derechos laborales más olvidados por los santacruceños según profesionales

El 28 de abril cumplió 100 años la Organización Internacional del Trabajo, se trabaja para mejorar la seguridad y salud en el trabajo en materia de derechos y considerando los cambios sociales y ámbitos tecnológicos, demográficos y cambio climático. El refrán que reza que el trabajo es salud sólo se aplica de acuerdo a las condiciones en las que se desarrolle y el entramado espaciotemporal en el que se encuentra Santa Cruz es un escenario digno de evaluar. En particular Río Gallegos, según INDEC, alcanzó el mayor índice de desocupación en el último trimestre de 2018 con un 9%. A días de un 30 de abril que convoca a un paro nacional de trabajadores y un 1 de Mayo que conmemora a nivel mundial los logros de movimiento obrero.

Además de las condiciones estructurales y edilicias, Lorena Galeano, psicóloga social, destaca la necesidad de dinamizar los roles laborales e invita a la reflexión en la percepción histórica del trabajo. “El problema es que nuestra sociedad está organizada por intercambios dilemáticos y las problemáticas que nos atraviesan no son blanco o negro, tenemos matices por suerte” explicó dándole la importancia a cada persona que integra el grupo humano de trabajo. Desde su perspectiva la salud y seguridad de los trabajadores se pone en riesgo en pos del “sobrevalorado sacrificio de cumplir hasta la muerte con el patrón”. Explicó que muchos rememoran el pasado como un tiempo en el que se trabajaba más y “ahora son todos vagos” evaluando el costo de las ausencias familiares, estrés e inestabilidad emocional.

Aquí, ahora y hace varios años la vulneración de derechos laborales como el pago en tiempo y forma del sueldo y aguinaldo, una cobertura social efectiva y aportes jubilatorios han llevado a los santacruceños a las calles. Galeano percibe estas manifestaciones como necesarias y efectivas, pero considera que la salud y seguridad deben estar más presentes en los reclamos de los trabajadores. “Deberíamos preguntarnos siempre quiénes se supone que son generadores de puestos de trabajo y si son conscientes de las necesidades que atravesamos los seres humanos, no se piensa en comunidad sino en técnica piramidal como en época de los reinados monárquicos” explicó. Por su parte Mariela Gamboa como profesional del trabajo social,  también percibe que los trabajadores de la región reclaman mayormente cuestiones salariales y de infraestructura. “Sabemos que esto (en referencia a la salud y seguridad) es un punto flojo de nuestras prácticas y que sería re importante tenerlo”, relató. Explicó que por ejemplo, los profesionales de la salud que ayudan a mantener el equilibrio biopsicosocial de la población además de la ausencia de enfermedad, que quieren seguir formándose, deben costearse sus capacitaciones. Esto aquí está naturalizado siendo que en otras provincias quienes contratan, proyectan el mejoramiento de sus empleados.

Gamboa describió como síntomas de una sociedad descompuesta hechos sumamente violentos que desprenden de un contexto convulsionado e insalubre. “Socialmente uno se monta en una eclosión y se indigna” relató. Galeano en este sentido piensa no sólo en lo que conlleva trabajar en malas condiciones sino también la violencia dentro del mismo que muchas veces se sostiene por la necesidad de pagar las cuentas. “El caso de la policía que fue abusada hace poco me lleva a pensar cuántas vienen padeciendo situaciones familiares y no hablan para no perder el laburo” comentó. Las profesionales de la salud coincidieron en que la seguridad muchas veces se resume a la integridad física y esta esfera tiene numerosas aristas que reconocer y defender en fechas como la de hoy y todos los días.