Artista y creadora de vida
Sandra Jamieson O’Byrne venció los prejuicios de la vida de la mujer en el campo. Es reconocida por su trabajo de inseminación artificial de ovejas y confiesa que le gusta el aire libre antes que estar recluida en su casa. También se destaca como escultora.
Sandra Jamieson O’Byrne nació en Río Gallegos. Desde muy niña supo lo que es la vida en el campo santacruceño con grandes extensiones de nieve o con largos días de viento. En la estancia Moy Aike Chico -en la que dio sus primeros pasos para aprender a caminar- también inició algunos años después su trabajo de inseminación artificial de ovejas. Hoy es una de las más reconocidas en la región dedicada a mejorar la raza Corriedale en un mundo que hasta hace poco parecía sólo de hombres. Pero además es artista plástica, madre de tres hijos, esposa y abuela de dos nietos.
¿Cómo inició con esta práctica y de dónde viene su inquietud?
-Los primeros años me crié en el campo. El primer grado y el jardín lo hice en mi casa. Ya en segundo grado me vine a Río Gallegos. Siempre estuve ligada a las ovejas, siempre me gustó. Después de muchos años me enteré que había un curso, pregunté si no siendo veterinaria lo podía hacer, y me anoté. Hice el curso, me encantó. En el campo yo siempre estaba involucrada, mirando, tratando de aprender. La inseminación la empecé a hacer en casa, después un amigo me pidió si lo podía hacer en otro campo, en Laguna Colorada, y de ahí salieron otros. Este año tengo tres (estancias): Cazador, Laguna Colorada y Moy Aike Chico. Ya hace 14 años que lo hago. El año pasado inseminé 5200 animales.
Se tiende a pensar que la tarea en el campo está sólo destinada a los hombres. ¿Se van derrumbando esos mitos?
-Seguro. A mí -por ejemplo- no es lo único que me gusta hacer, en todo lo que puedo participar lo hago. Pero además me ocupo del jardín de la casa en un proyecto con mi madre, y el invernáculo con mi papá. Ellos se dedicaron siempre al campo, tengo dos ejemplos maravillosos y los dos me han enseñado un montón de cosas, y seguimos haciendo proyectos juntos.
¿Se ven más mujeres trabajando en el campo o sigue siendo preponderantemente de hombres?
-Siguen prevaleciendo los hombres. Pasa además que por el hecho de ser mujer, algunos no te tienen tanta fe o piensan que no podés hacer ciertas cosas. Pero la verdad que yo he tenido mucha suerte en todas las cosas que he emprendido en el campo; aprendieron a respetarme. Hay un prejuicio, machismo, eso de que las mujeres se tienen que dedicar a la casa a las ollas y los chicos; a mí me gusta más estar afuera, participar de rodeos, señaladas, esquilas… También me gusta cocinar, pero cuando yo elijo, no por obligación (risas).
Sandra Jamieson O’Byrne se dedica además a las artes plásticas. ¿Es su otra pasión despunta el vicio haciendo esculturas?
-Sí. Trabajo en cerámica y he hecho varias exposiciones en Río Gallegos. Hago cerámica con arcilla de la zona que mezclo con la zona de San Julián y básicamente todos los esmaltes que uso están hechos con materiales locales. Arranqué de chiquita jugando en el campo, después me apasionó, estudié y ahora tengo mi taller en mi casa. Cuando no estoy en el jardín o en el campo, o haciendo de mamá y esposa, hago esculturas.