Ordenaron medidas de protección para Talita
La joven había denunciado que los hechos de violencia de género que vivió con su ex no figuraban en el expediente por el cual lo condenaron a 10 meses de cárcel. Él quedó en libertad el jueves pero no podrá acercarse a ella.
Esta semana, TiempoSur publicó el caso de Talita Buchhorst, una joven de 21 años víctima de violencia de género que acudió a la Cámara Criminal para que no liberasen a su ex pareja.
El 26 de enero de este año, el joven del que se había separado hacía seis meses la atacó en una vivienda, luego de encerrarla y torturarla por tres horas que terminaron en un intento de homicidio, luego de que él la tomara del cuello con un cuchillo frente a testigos.
Su caso generó conmoción y malestar en el movimiento de mujeres que reclamó una justicia con perspectiva de género.
“Me roció con benzina y me amenazó con un encendedor”
La respuesta del Tribunal fue que el expediente de Talita había condenado a Fernando Galcerán a la pena de diez meses de prisión efectiva por el delito de lesiones leves agravadas por la relación de pareja y que como ya había cumplido la condena, no podían retenerlo. Sin embargo, lo curioso del caso fue que el juez Joaquín Cabral, que recibió a Talita en una audiencia improvisada a comienzos de semana, aseguró que había una serie de delitos que aparecían en el relato de la joven pero que no figuraban en el expediente.
Debido a esta situación, el Tribunal ordenó que el expediente fuese girado a Fiscalía para que se investiguen las acusaciones que no constaban, entre ellas haber rociado a Talita con benzina, haberla violado y amenazado de muerte con un cuchillo.
Tal como lo informó este diario, pese a las protestas en contra, Galcerán fue liberado este jueves, aunque desde el Juzgado de Familia se tomaron medidas al respecto, aunque de oficio con una recopilación de lo que fue apareciendo en los medios sobre el caso y por decisión del juez Antonio Andrade, que el martes la recibirá en audiencia.
Según contó al propia Talita, desde esos estrados salió una orden de restricción para que Galcerán no pueda acercarse a 200 metros de ella y de su vivienda. Según contó, “no fue porque le tocaba hacer eso sino porque me vieron por la tele y se apiadaron de mí”.