Biblioescuela rodante

Meraki, una familia educadora recorriendo Sudamérica

Sin lugar a dudas el Proyecto Meraki Biblioescuela Rodante nace del alma, con creatividad y amor, con la inquietud de saber cómo aprenden los niños y jóvenes, cómo lograr conectar con ellos y cómo conseguir que encuentren y desarrollen sus propias inteligencias. El objetivo es recorrer 18 mil kilómetros de rutas sudamericanas conociendo escuelas y pueblos. Ya en Río Gallegos, sus propulsores contaron la experiencia a TiempoSur .

  • 09/04/2018 • 07:53
Imagen de su paso por el Complejo Cultural. (J.C.C)
Imagen de su paso por el Complejo Cultural. (J.C.C)

El viaje desde Sevilla (España) comenzó el 10 de julio de 2017, aunque la planificación del sueño mucho antes en enero de 2016. Meraki partió con destino a nuestro continente con el principal objetivo de recorrer sus rutas visitando escuelas y pueblos de distintas latitudes y características, conscientes de la importancia de la educación y la cultura “para el desarrollo y prosperidad de los pueblos”, como vía para “conseguir alcanzar la igualdad y los derechos fundamentales”, explican desde la coordinación del proyecto, quienes intenta acercar a nuestros jóvenes y docentes su biblioescuela rodante, sus estrategias y experiencias con la única intención de “disfrutar, vivir y sentir, crear vínculos, recuerdos y simplemente compartir”.

Angel y Aurora son docentes con la inquietud de saber cómo aprenden los alumnos en la actualidad y en distintos rincones del mundo y, desde que son padres de Miguel, Daniel y Valentina, esa inquietud ha ido en aumento, por lo que este nuevo propósito de vida no es más que la continuidad de su tarea. Por este motivo el viaje inició con la intención de “compartir vivencias y experimentar nuevas e ilusionantes maneras de educar, aprender de otros maestros y niños, y aportar nuestra práctica docente a otras escuelas”, explican los viajeros a TiempoSur.

En cuanto a la experiencia transitada, Angel remarcó: “Desde que empezamos a marchar ha sido muy positiva. Llegamos a Argentina hace ya mucho tiempo y mientras que estuvimos armando y destrabando el contenedor con los libros y demás fue toda la burocracia muy compleja, pero en el momento que empezamos a rodar no hay un lugar que no hayamos recibido un calor humano, una invitación, un cariño, un gesto de buena onda y una colaboración, y realmente esta experiencia de vida se nutre fundamentalmente de compartir”.

En cuanto a lo que han podido observar del sistema educativo nacional, el docente viajero manifestó: “Nosotros vamos conociendo personas que tienen muchas inquietudes. Hacer un análisis es muy complicado porque conocemos pinceladas y aquello que nos cuentan, pero por la respuesta la sensación es que se necesita un impulso en la educación”, y continuó: “En este viaje, no sólo compartimos lectura, sino experiencia docente y conocer muchos lugares de educación transformadora, porque los dos estamos muy convencidos de que la educación necesita una transformación y todo pasa por hacer las cosas distintas a lo que se lleva haciendo desde hace mucho tiempo, pero para romper los esquemas hace falta impulso, mucho apoyo y visibilizar esas escuelas que están teniendo esa energía y valentía de cambiar los paradigmas”.

Por último, con relación a su paso por nuestra capital, Angel explicó: “Hemos conocido a personas que nos han propiciado estar acá en el Complejo Cultural y nos vamos enfocando en continuar con un poco de prisa”, dijo aunque no descartó en los próximos días realizar una serie de actividades más. El apuro en partir radica en que el Biblioescuela Móvil no cuenta con calefacción. “El frío es lo que nos impulsa a llegar lo más rápido posible al final y zafar de la temperatura”, comentó.

El viaje continúa hacia la Isla de Tierra del Fuego para luego regresar y comenzar el retorno por la hermosa Ruta 40, pasar a Chile, cruzar Argentina hasta Brasil y comenzar a subir hacia Colombia, donde finalizará seguramente Meraki.

 

Iniciativas dentro del proyecto

Además de compartir experiencias, los integrantes del proyecto Meraki Biblioescuela se han puesto en la tarea de dejar una marca en cada ciudad que visiten. En este sentido los “nidos de libros” ocuparán un espacio importante, donde intentan construir y decorar cada una de las escuelas y comunidades visitadas. “Cada casita será muy especial”, explican, ya que “estará  diseñada por varios de los ilustradores de nuestras editoriales amigas”. Vale la pena remarcar que el proyecto cuenta con editoriales que acompañan y apoyan el viaje desde el primer momento, lo que les permite dejar en cada espacio varios ejemplares de cuentos ilustrados, otra de las iniciativas interesantes de Meraki.

Por último, una de las más lindas tareas está enmarcada en el “Diccionario Viajero”, el cual va creciendo con todas las palabras y expresiones de cada lugar.  “Disfrutaremos con los juegos, músicas y tradiciones, aprendiendo otras formas de danzar y escuchando y compartiendo sueños, pudiendo dejar reflejo de todo ello en nuestra web”, resaltaron los viajeros.

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