Lejos de la calma

Los cruzados cayeron por 2 a 1 con Sol de América. Mismo resultado se terminó imponiendo en el duelo entre el Auriazul y José Honorio Ortega, que le dio a los del Soldado la posibilidad de, también, ganar la serie de Promoción. Pero este último partido también fue noticia por otros motivos menos agradables. De violencia más precisamente. La cosa empezó cuando se estaban jugando los últimos minutos de adición. Fue en ese momento que Ortega consiguió marcar y ponerse adelante en el marcador. Evita se fue en puros reclamos contra el árbitro. Lo verbal le dio lugar a lo físico. Hubo agarrones primero y empujones y golpes después. Las agresiones, por parte de algunos jugadores, dirigentes e hinchas fueron denunciadas y no sólo ante la A.I.F.B.. Informe mediante, era el Tribunal de Disciplina el que tenía que tenía que tomar cartas en el asunto. Buscar culpables y sancionar. Lo hizo rápido y el último martes, en la reunión semanal de la categoría, se lo informó a todas las afiliadas. Menos al club Barrio Evita, que no pudo participar de este encuentro debido a que su delegado se encontraba suspendido. De todas maneras, el delegado fue a la reunión buscando ser notificado, algo que generó más violencia todavía. Al parecer el hombre en cuestión fue increpado y sacado de malas maneras de la sede de la A.I.F.B..

Lo que resolvió el Tribunal de Disciplina fue expulsar de la liga a un dirigente y un jugador. De por vida, ambos. También apercibir al club y quitarle en honor a esto 12 puntos para el próximo torneo. Certamen que deberá disputar en la categoría B. Además, el Auriazul recibió varias multas económicas y otras tantas suspensiones por tres fechas.

La cosa, seguramente, no terminará ahí. Es probable que continúe por algún tiempo más. Con, por ejemplo, la apelación por parte de la gente de Evita.

Ojalá que, de seguir el tema, sea ya en otros términos. Con el diálogo y la paz toda como banderas.