Deporte local

La pista de atletismo y el misterio del tartán

Se trata de la pista ubicada dentro del campus de la UNPA, enmarcada en una obra que comenzó en la gestión de Daniel Peralta y nunca terminó. En el medio se extravió el tartán que estuvo varada en Aduana y nunca apareció.

  • 13/04/2020 • 11:34
La pista quedó a medias desde la gestión Peralta.
La pista quedó a medias desde la gestión Peralta.

Está claro que no es una prioridad en los tiempos que vivimos. Pero, una vez pasada la cuarentena y el problema generado por el avance del coronavirus, uno de los objetivos del nuevo secretario de Deportes, Martín López, será investigar qué pasó con la obra para la pista de atletismo que está ubicada dentro del campus de la UNPA, pero que nunca fue terminada.
Se presupuestó a un precio más que considerable durante la gestión de Daniel Peralta y debía estar terminada para fines de 2013, año en que en Santa Cruz se disputaban los Juegos de la Araucanía, pero eso nunca ocurrió.
Y con el paso de los años la pista quedó a la deriva (hoy administrada por la UNPA) y sin finalizar.
En el comienzo de una serie de notas que apuntan a un repaso por el “debe” y el “haber” en la política deportiva de Santa Cruz, bien vale comenzar por la histórica deuda con el atletismo, una de las disciplinas con más deportistas en la provincia.
El reclamo siempre tuvo que ver con lo elemental, pero inexistente. Una pista atlética como herramienta básica e indispensable para deportistas cansados de correr sobre la tierra, en las calles de la ciudad o sobre la ruta.
Desde el 2005, el Gobierno tomó nota del reclamo. Pero, resultó ser el más claro ejemplo de aquella frase que indica que “del dicho al hecho, hay un largo trecho”.
¿Por qué? Porque ese mismo año el Gobierno provincial, por aquel entonces de Sergio Acevedo, presupuestó por primera vez la tan anhelada pista atlética para Río Gallegos y la provincia.
Sin embargo, los fondos ese año nunca llegarían a destino y la obra ni siquiera comenzaría.
Más de uno pensó que la misma se concretaría el año siguiente y el comienzo del 2006 trajo la esperanza para todos, al ser nuevamente presupuestada. Pero la historia no avanzó y pasó otro año completo sin que la obra siquiera comenzara. Acevedo renunció en marzo de ese 2006 y un corto período del Gobierno provincial en manos de Carlos Sancho nada cambiaría hasta su renuncia en mayo de 2007.

Tarde pero seguro
A mediados de ese 2007 asumió como gobernador Daniel Peralta, quien también se encargaría de presupuestar la pista al menos los dos años posteriores, incluso realizando declaraciones públicas en campaña electoral, asegurándole al presidente de la Asociación de Atletas Mayores, Luis Palma, que le cumpliría el sueño de la pista.
Pero los años pasaron y desde el 2007 hasta el 2013 no hubo ninguna novedad de la famosa pista que pasó a ser la gran promesa incumplida del Gobierno provincial.

 

Primer paso
Ante la inactividad del Gobierno provincial, el primer paso del dicho al hecho finalmente llegó de la mano de Mauricio Gómez Bull, quien se reunió con la Asociación de Atletismo y gestionó el inicio de una obra, de menor magnitud, pero obra al fin para una pista de atletismo en la zona de canteras, camino al autódromo en Río Gallegos.
Sin embargo, luego la obra quedaría a mitad de camino y en aquel tiempo el presidente de la Asociación de Atletas Veteranos, Luis Fernando Palma (hoy fallecido) regresaría a la redacción de TiempoSur para solicitar ayuda al Gobierno nacional y municipal para, al menos, cercar la pista de cemento que se construyó e instalar un par de baños. Algo que nunca logró.

La otra
El Gobierno provincial recién puso manos a la obra en 2013, pero la obra para la pista nunca finalizó. Quedó a mitad de camino.
Por aquel entonces, años 2013 y 2014, el secretario de Deportes era Adolfo Cader, quien indicó que tuvieron que superar varios escollos y que las temperaturas invernales no les permitieron llegar a instalar el tartán, material necesario para finalizar la obra.
El proyecto de obra incluía la pista de una superficie total de unos 8600 metros cuadrados, aprobada por la Asociación Internacional de Atletismo, reuniendo las características técnicas para competencias internacionales, pero nunca se inauguró y se utiliza como quedó: a medias.
La pista, además serviría para las disciplinas de salto en largo, salto en alto, lanzamiento de jabalina y de bala, y aunque parezca mentira el plazo de obra era de 60 días.

Nunca se terminó
A fines de 2013, Adolfo Cader indicaba a TiempoSur que “es lamentable que no se pueda tener” y que se dio “por razones ajenas al Gobierno provincial, ya que el tartán quedó varado en la Aduana”.
Antes, había indicado que tenían confirmada para los primeros días de octubre (de 2013) la llegada del tartán, que sería la parte final de la obra, ya que luego se dispondría su instalación, “lo que lleva unos 28 o 30 días”. Eso tampoco pasó nunca.
Lo último que se supo del tartán fue en 2014, cuando Cader informó que finalmente se despachaba hacia Santa Cruz el tan esperado “tartán” con el que finalizaría la obra para la pista atlética, en el predio del campus de la UNPA, en Río Gallegos.
La información se la confirmó en 2014 a TiempoSur el secretario de Deportes, Adolfo Cader, quien por aquel entonces indicó que la empresa Cruz del Sur aseguró que estaba lista para retirar por la empresa Forbex, que se encargaría de instalar el tartán en la pista “en un plazo de entre 30 y 45 días”. Eso tampoco pasó nunca.
Según afirmó Cader en esa misma época, la empresa enviaría a Río Gallegos “tres profesionales, quienes recibirán la colaboración de 14 operarios que los esperarán en nuestra ciudad para concretar la instalación”.
Acerca de la última etapa de la obra, Cader contó ese mismo día: “Sólo falta colocar el tartán con los carriles marcados con líneas blancas y la instalación de los cajones de salto en largo. Además, quedarán incrustados para la colocación los cajones de lanzamiento de disco y bala”.
Cabe recordar que hasta ahora sólo se realizó con éxito el movimiento de suelo, el asfaltado de la pista y los muros de contención, con el correspondiente sistema de drenaje pluvial.