Fútbol de salón

La Comisión Normalizadora de A.Fu.Sa. ya hizo los deberes

Tenía como objetivo ordenar un poco los papeles de la institución para poder cumplir con los requisitos pedidos por la Inspección General de Personas Jurídicas para poder convocar a la pospuesta asamblea. Los socios de la A.Fu.Sa. Río Gallegos tendrán que aprobar el último balance y elegir a las autoridades que conducirán la entidad por los próximos dos años. 

  • 04/07/2020 • 08:52

No fue una tarea sencilla la que le encomendaron, hace unos meses, a Juan Carlos Montoya, Alejandro Cárcamo y Franco Navarro. Éstos, no otros más que los integrantes de la Comisión Normalizadora de la Asociación de Fútbol de Salón de Río Gallegos. El triunvirato fue reconocido y aprobado por la Inspección General de Personas Jurídicas en febrero último. La misión de éste, era hacerse cargo de la institución ante el cumplimiento del mandato de Pablo Contreras, y también la de ordenar administrativamente a la misma. Esto último, con otro claro objetivo, el de poder cumplir con los requisitos pedidos por el ente gubernamental antes mencionado para así convocar a los socios a la correspondiente asamblea. Pospuesta en tiempo, primero, por la gran cantidad de actividades llevadas adelante durante el pasado año. Que incluyeron no sólo la realización de los torneos locales sino también la organización de un par de eventos de carácter nacional. Algunos de estos oficiales y otros no tanto. Entre los últimos, se puede mencionar el amistoso que jugó en el Boxing Club la Selección Argentina campeona del mundo de fútbol de salón contra un combinado de jugadores locales.

Volviendo a la Comisión Normalizadora, y a lo difícil de su tarea, entre papeles y papeles el triunvirato había pedido autorización a la IGPJ para realizar una Copa Challenger bajo su responsabilidad. Acerca de ésta, recibió la autorización correspondiente aunque la misma nunca llegó a disputarse porque tiempo después se decretó la crisis sanitaria en nuestro país y todo quedó en la nada.

Lo competitivo, al menos. Porque el trabajo de reordenamiento administrativo por parte de la Comisión Normalizadora continuó. Sin dudas que el Coronavirus y la cuarentena complicó la tarea. Y mucho. Sin embargo, Montoya, Cárcamo y Navarro se las ingeniaron para recabar toda la información y presentarla ante la parte requiriente. Lo último que hizo el triunvirato fue poner al día el padrón de socios. Con este trabajo ya finiquitado, al menos por parte de A.Fu.Sa., ya estaría todo dado para poder celebrar la asamblea. Antes, claro, habría que hacer la convocatoria respecto a las formas y plazos establecidos por la propia IGPJ.

Si la cosa se demoró más de la cuenta no fue por impericia sino más bien por el contexto. Es que con los papeles en la mano, la Comisión Normalizadora tuvo que esperar los tiempos de la pandemia. Durante la primera parte de la cuarentena la IGPJ no estuvo trabajando. Con el paso del tiempo, ésta volvió pero de manera parcial, para atender urgencias solamente. Ahora, en plena fase de distanciamiento social, la atención volvió a ser casi la misma que antes del Coronavirus. Esto le permitió a Montoya, Cárcamo y Navarro presentar finalmente toda la información que le habían pedido desde el ente estatal y que tenían en su poder.

Ahora, y después de un largo y gran trabajo, la pelota pasó a estar en los pies de la IGPJ. Es ésta la que tendrá que definir cómo poder hacer la asamblea, teniendo en cuenta siempre ahora el nuevo contexto en el que vivimos.

Se estima que cerca de mil, y más también, son los socios que estarían en condiciones de votar. Cifra alta pensando en que con la pandemia las grandes concentraciones están totalmente prohibidas.

Si lo de la Comisión Normalizadora no fue fácil, ahora lo de la IGPJ tampoco. Programar un evento para esa cantidad de gente no sólo es un desafío sino que hasta parecería un imposible. Aunque, como reza algún eslogan publicitario, nada lo es.

 

Tienen protocolo

Con una parte del trabajo finalizado, el expuesto anteriormente, los miembros de la Comisión Normalizadora siguen con el overol puesto. Es que, hasta tanto se resuelva la situación legal, son ellos los que mandan. Y sobre los que recae toda responsabilidad de la entidad.

En la tarea que están ahora Montoya, Cárcamo y Navarro es en buscar el regreso de la actividad tras más de tres meses de cuarentena. Para eso, el triunvirato armó lo que sería el protocolo para el regreso. Con este ya terminado, y antes de entregarlo a las autoridades correspondientes, la decisión fue presentárselo a los verdaderos profesionales para su corrección. El Colegio de Técnicos de Seguridad e Higiene de Santa Cruz tomó el mismo e hizo algunas correcciones, quedando ya listo para su aprobación final. Se supone ahora que esta llegará una vez que la Comisión Normalizadora concrete las reuniones que tiene pendientes tanto con los miembros del Gobierno municipal como provincial.

 

La Cuenca, primero

La semana pasada, los dirigentes de A.Fu.Sa. Cuenca Carbonífera informaron respecto de la vuelta del salón a Río Turbio y 28 de Noviembre. Desde el lunes, entonces, que algunos equipos lograron salir del aislamiento y meterse nuevamente en un gimnasio. Por ahora la cosa viene a marcha lenta. Y esto es porque muchos de los clubes de la Cuenca Carbonífera no cuentan con instalaciones propias sino que utilizan espacios estatales. Desde los gimnasios de los colegios, todavía cerrados por la pandemia, hasta los que les pertenecen a las direcciones de deportes de cada ciudad. Estos últimos espacios están empezando a habilitarse nuevamente. Será cuestión días, entonces, hasta que los que venían practicando en estos lugares puedan volver a hacerlo.

Más allá del cómo, la Cuenca Carbonífera se convirtió en el primer lugar en la provincia en permitir la vuelta del salón. Situación favorecida por la no presencia de casos en la región como así también por la presión ejercida por parte de quienes forman parte de esta actividad. De gran peso, por cierto, en ambas ciudades.