Básquet

Apto para Santos

En San Miguel terminaron el 2019 como lo empezaron. Jugando. El equipo capitalino fue uno de los primeros en arrancar con la competencia en el último año. Lo hizo allá por febrero, en lo que fue el Torneo Aniversario del club Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia. Ahora cerró la pasada temporada con un torneo interno. Fue la segunda edición de este certamen que ya se transformó en un clásico de fin de año. Con los jugadores actuales y los del pasado, se vivieron dos fines de semana de mucho básquet, reencuentros y recuerdos.

  • 02/01/2020 • 15:02
Los finalistas se han unido.
Los finalistas se han unido.

Los chicos crecen y se van. Por esas cosas que tiene la vida. Pero también, por casi la misma razón, vuelven. Sino todos, la gran mayoría al menos. Cada vez que esto sucede, quienes regresan se reencuentran con sus afectos. Y suelen, además, visitar aquellos lugares que los marcaron. Que les dejaron cosas y en donde fueron felices también. Para los que pasaron alguna vez por San Miguel, el volver al club parece ser una cita impostergable en cada visita a la ciudad. A mitad de año o fin de temporada da igual. Lo importante es mantener el vínculo. La cercanía. El seguir sintiéndose parte. Tanto como poner en práctica la memoria. No sólo la intelectual sino también la física. Es que muchos de los que vuelven a San Miguel, ya están alejados de la práctica deportiva y quieren, de todos modos, darle de comer al bichito del básquet que llevan adentro.

El ponerse una vez más la camiseta del club, compartir una práctica, o un juego, con sus ex compañeros y también con las nuevas camadas lo es todo para un Santo.

Entendiendo esto, los dirigentes de la entidad riogalleguense fue que actuaron. Lo hicieron en el 2018 cuando se les ocurrió cerrar la temporada con un torneo interno del cual formaron parte tanto los jugadores del presente como así también los del pasado. La experiencia fue tan gratificante que en el 2019 decidieron repetirla. Ocho equipos formaron parte del juego del último año. En cada uno de estos se unieron los ex con los actuales. Y más también. Las chicas con los chicos. El básquet fue la excusa para reencontrarse con la pelota, los lugares y la gente del club. Como desde el día uno.

El juego

A más de 90 jugadores reunió el torneo que terminó hace unos días nomás. El mismo se jugó en dos fines de semana. Fueron casi cuatro días de mucha acción. Pero más fueron las emociones. Esta vez, el torneo fue organizado por los propios ex jugadores, encabezados éstos por Genaro Fuentes. Los partidos se jugaron en el gimnasio del CePARD y también en el Polideportivo del Boxing Club. No sólo chicos hubo en la cancha. También se vieron entrenadores, dirigentes y hasta algunos padres en la contienda.

En la primera fase del torneo, los equipos estuvieron divididos en dos zonas de cuatro cada una. Durante esta parte, hubo juegos de todos contra todos a una ronda. Los mejores dos de cada grupo clasificaron a las Semis. De ahí salieron los quintetos para luchar por el tercer puesto, los perdedores del playoff, y también los finalistas, los ganadores del mismo. Para los que no pasaron el corte clasificatorio hubo igual continuidad. Estos jugaron del quinto al octavo puesto.

El campeón fue Denver Guenza, equipo en el que, entre otros, jugaron Daniel Torres, Diego García, Joaquín Chalub, Catriel Aredes, Elías y Ezequiel Juárez, Joaquín Prada, Gastón Mansilla y Jesús Giménez. Los otros dos elencos que hicieron podio fueron El Rejunte, segundo, y Real Sociedad, tercero. Algunos de los que se colgaron la medalla de Plata fueron Walter Fernández, Gianluca Musitano, Mateo Bacci, Julián Zuliani, Franco Segovia y Matías Leguizamón. Por último, los nombres destacados de Real Suciedad fueron Julián Tudanca, Germán Díaz, Lautaro Chalub, Martín Dávila, Lautaro Abbot, Thiago Ruíz, Joaquín García, Gianella Fabregat y Florencia Morales. El evento terminó con un emotivo y sencillo acto de clausura en el que, entre otras cosas, se entregaron algunos presentes.

En primera persona

Matías Leguizamón dejó el club hace un par de años. Lo hizo para continuar sus estudios en Córdoba. Ahora está a punto de recibirse de Profesor de Educación Física. Arrancó en San Miguel de grande pero esos años en los que estuvo jugando para el Bordó lo marcaron tanto que siempre está volviendo. Como esta vez. “Disfruté mucho en los años en que fui jugador. Ahora, también lo hago pero ya desde otro lado. Sigo, cuando puedo, los partidos vía streaming y trato de estar informado de lo que pasa en el club. Me gusta volver y poder entrenar o jugar otra vez con esta camiseta. Es un sentir difícil de explicar cada vez que eso ocurre”, dijo Matías.

Mariano Rodas es otro de los que estuvo jugando por estos días. También está radicado en Córdoba, en donde es universitario y está a punto de convertirse en Licenciado en Psicología. “El tener la posibilidad de reencontrarme con los chicos que compartí tantas cosas durante mi infancia es muy gratificante. También el vivenciar cosas con las nuevas camadas es único. Veo en estas muchas similitudes con la nuestra y eso me transporta a aquellos felices años. De ahí el deseo de siempre volver”, manifestó “Pollo”, como lo conocen en San Miguel.