Muestra virtual

“La alegría de turquesa”

La cultura de Santa Cruz tuvo un hecho destacado en plena pandemia que tiene como protagonista a la artesana y ceramista Andrea Corbalán. Los detalles en esta nota.

  • 15/01/2021 • 07:00
La ceramista hizo gala de sus dotes.
La ceramista hizo gala de sus dotes.

El Taller de Cerámica Artesanal “Arte Rupestre” informó que este último fin de semana en la localidad de El Calafate se llevó a cabo la muestra virtual con instalación en el medio ambiente denominada “LA ALEGRIA DE TURQUESA”. Ésta es la primera obra de este 2021, la cual se venía desarrollando en su preparación hace más de un año y medio.

La idea era realizarla en el mismo medio ambiente que fue inspirada y por motivos de público conocimiento con respecto a la pandemia, no se puedo hacer antes.

Además, para apreciar los colores de la obra más los colores del Lago Argentino, los debía acompañar el clima, lo cual este último fin de semana se dio.

Desarrollar este tipo de obras, donde realzaron lo nuestro, lo que nos identifica como santacruceños, en relación a la fauna, la flora, el paisaje, el arte rupestre, la historia, es siempre el objetivo de la ceramista Verónica Andrea Corvalán, lo cual en esta obra quedó todo plasmado.

Sobre la obra

Esta obra está inspirada en el sitio arqueológico donde se descubrieron las primeras pinturas rupestres de la provincia pertenecientes al Paleolítico. Se trata de una formación geológica muy original, compuesta de roca sedimentaria y vegetación esteparia, donde se pueden apreciar aleros y cuevas naturales utilizados por el hombre prehistórico para sus manifestaciones pictóricas. En el sitio arqueológico se descubrieron las primeras pinturas rupestres de la provincia pertenecientes al Paleolítico, relevado por Francisco Pascasio Moreno en 1887.

En aleros de arenisca donde el hombre antiguo buscó abrigo hace aproximadamente 4000 años se puede apreciar Arte Rupestre. Se trata de una formación geológica muy original, compuesta de roca sedimentaria y vegetación esteparia, donde se pueden apreciar aleros y cuevas naturales utilizadas por el hombre prehistórico para sus manifestaciones pictóricas, es una retrospectiva en el tiempo, tanto por su valor arqueológico como por la belleza del paisaje y el clima de ensueño.

Una belleza
Las Cuevas del Walichu forman un lugar único en la Patagonia, enmarcadas en la estepa y a orillas del Lago Argentino (se encuentran unos 8 kilómetros de la Ciudad de El Calafate). Cuando uno va ingresando a la reserva natural, lo primero que impacta la vista según la luz del sol, las diferentes gamas del color turquesa que ofrece el Lago Argentino.

El color turquesa está relacionado con la creatividad, el amor, la calma, la intuición, la alegría y la lealtad. Además, posee propiedades curativas para la mente y el cuerpo. El turquesa es un color que representa al mar y está relacionado con la relajación.

Las técnicas y material utilizados fueron, Arcilla Blanca (en su mayoría) y roja de SANTA CRUZ, los Jarrones escultóricos fueron realizados con la técnica de chorizo, así también los Guanacos modelados a mano con la misma técnica. Utilización de los óxidos de hierro, manganeso y cobre. El color Turquesa se logró con un Esmalte artesanal llamado “antiguo egipcio”, llevados a una temperatura de 1060º y la intención de un craquelado en su técnica, las medidas de los jarrones escultóricos son aproximadamente de 60 centímetros de alto por 45 de ancho.

La inspiración de la artista, al ingresar a ese lugar, fue conjugar la naturaleza, el color turquesa, el arte rupestre, la historia, la geología y los guanacos, dueños originales de nuestra tierra patagónica que dieron desarrollo a los antiguos Pueblos Originarios.

Es mágico
Punta Walichu es un lugar mágico que inspira muchos sentimientos, se respira una paz inusual en el ambiente, uno se traslada al pasado e imagina como sus habitantes vivían ahí, se refugiaban, pero además como también debieron apreciar la belleza del lugar comparándolo con la gran estepa patagónica.

El lago Argentino da origen al río Santa Cruz que desagua en el océano Atlántico. El color especial de sus aguas se debe a un fino producto de la unión de los glaciares, llamado leche glaciaria. El pueblo Aonikenk habría denominado «Kelta» al cuerpo lacustre, aunque no hay testimonios históricos que lo refieran. Luego el lago sería denominado “Santa Cruz” por los primeros exploradores, pero finalmente sería rebautizado por el Perito Pascasio Moreno, por el nombre de lago Argentino, debido a que él quedó deslumbrado por la belleza e inmensidad de la zona, que luego bautizaría en honor a su patria con la cual comparó el lago, debido al intenso color celeste de sus aguas (similar al de la bandera argentina).

En esta oportunidad, se dio gracias a la gran generosidad de la anfitriona ADRIANA MARÍA ARIZTIZÁBAL, quien dio una reseña histórica del lugar y algunas interpretaciones que ha estudiado a lo largo del tiempo, además nos une la misma pasión del arte del FUEGO Y EL BARRO, gracias por acompañar, brindar el espacio y tiempo para disfrutar esta muestra que tuvo como autora a Verónica Andrea Corvalán, artesana y ceramista de Santa Cruz.

 

Andrea durante su presentación.