Literatura

"Amor sonámbulo y otros breves", lo nuevo de Paulo Neo

En tiempos de cuarentena el escritor riogalleguense no solo dedica sus horas a la lectura on line, sino que también está trabajando en el lanzamiento de su nuevo libro, el cual por el momento también será de forma virtual. Neo habló con TiempoSur sobre su presente y su futuro.

  • 11/05/2020 • 07:58
Paulo Neo.
Paulo Neo.

Editado por La Pereza Ediciones (Florida, Estados Unidos), "Amor sonámbulo y otros breves" es el nuevo trabajo literario que Paulo Neo lanza desde Buenos Aires y con buenas chances de llegar a distintos puntos del mundo. “El asunto va saliendo del horno, de a poquito”, explica Neo, es que “a estos tiempos pandémicos no se les puede pedir mucho más”.

Lo cierto es que, según adelanta el propio escritor, pronto se realizará un lanzamiento virtual y luego sí, como no pude ser de otra manera, se realizará la presentación en vivo y en directo. Vale la pena mencionar que por estas horas se puede adquirir el ebook exclusivamente en México, a través de la plataforma porrua.mx. De esto, y mucho más, habló con TiempoSur.

 

¿Por dónde está pasando tu vida literaria? ¿Qué proyectos tenés?   

Siempre es bastante difícil intentar una aproximación a lo propio, mal que nos pese. A propósito, me recuerdo haber subrayado del grandísimo Bolaño: “Intento aprender, estudiar, observar, pero siempre vuelvo al punto de partida: es duro y estoy en Latinoamérica”. En consecuencia, esos me parecen los pilares fundamentales de la actividad literaria: aprender todo lo posible, estudiarlo hasta lograr develar sus mecanismos y sobre todo, observar, observar y volver a observar. Sin dejar de mencionar que toda observación compromete, desde ya, una escucha atenta. Sin la cual, nada de lo anterior es posible.

En el tren de estas observaciones y estas escuchas, y todo el hilo de sus consecuencias (acá podríamos listar los garabatos que se nos escapan de las manos), por supuesto, se nos va la vida. Y está muy bien que así sea.   

El único proyecto que tengo en estos momentos es mantenerme en el compromiso de intentar escribir lo mejor que pueda. Son tiempos raros éstos que vienen y no es poca cosa, te digo.

 

Sobre “Amor, sonámbulo y otros breves”. ¿Hace cuánto lo trabajás? ¿Por dónde pasa el libro?

El material de este librillo corresponde a una serie de cuentos breves e hiperbreves del período posterior a Microficciones Ilustradas (2015), hasta casi finales del 2018. En su mayoría, son textos que se desprenden de algunas constantes obsesiones que suelen perseguirme: el signo siempre presente de la fatalidad, el componente absurdo de toda relación, su fantasma imbuido en fragilidad y su constante fluidez, mi fascinación por ciertos lugares y ciudades, las peripecias con que la muerte nos confunde y nos exalta, en fin. Lo que me lleva a la conclusión de que todo texto es un intento de construir algo. Acerca del proceso creativo supo decir García Márquez: “Lo que siempre sirve es la búsqueda”.   

 

¿Cómo surgió publicar en Florida, Estados Unidos? ¿Y qué significa para vos esta experiencia?

Con esta editorial, que, si bien está radicada allá, es de habla hispana, tuvimos un acercamiento a través de algunos autores que sigo y admiro. Como por ejemplo los mexicanos Felipe Lomelí y Jorge Volpi o la española Rosa Montero. Es desde ahí que surge la propuesta de darle forma al material.

Sobre la experiencia de publicar fuera del país tengo que decir que es algo nuevo para mí y, por ende, un aprendizaje que no dejará de resultar revelador.

De momento, el libro –en su versión ebook– ya está a la venta en México y pronto seguirá el mismo camino en nuestro país.   

La significación y re-significación, en mi caso, es siempre un proceso lento y significativamente posterior. Pero puedo decir que sigo entusiasmándome con cada experiencia que nos depara este camino de incertidumbres y perplejidades que es la vida literaria. Con el paso del tiempo podré contestar el resto, espero.

 

¿Cómo será el desarrollo de su presentación?

Esperamos en estos días tener un panorama más claro al respecto.   

Esta situación que estamos atravesando nos obliga a replantearnos muchas cosas que dábamos por sentado ¿no? Y en literatura, como en casi todos los aspectos de la vida, el que se apura, pierde. Estimo que haremos una conferencia vía plataforma online y esperaremos el momento de poder hacer algo a la vieja usanza. Si es que el mundo sigue girando y la rueda no nos aplasta demasiado, claro.    

 

Por otro lado ¿cómo te llevas con la cuarentena? ¿Escribís más que antes? ¿Lo mismo, menos? 

No quisiera, de ningún modo, “romantizar” la idea de este confinamiento. Pero debo decir, siendo todo lo sincero posible, que el ejercicio de la literatura es una especie de aislamiento voluntario per se. Lo que digo es que creo en lo que dice el filósofo español don Fernando Savater, aquello de “Uno no puede hacerse más grande más que por dentro”. Y para eso, las condiciones actuales son más que propicias. Ahora bien, imposible no extrañar las largas caminatas por la ciudad, las noches de cine a mitad de semana, o perderse un buen rato en las librerías, o también (y aquí se me resbala un buen lagrimón) el ejercicio al aire libre, por supuesto. En resumidas cuentas: me gusta la cuarentena tanto como me gusta la vida fuera de ella. 

En cuanto a lo que escribo, tengo que decir que hace algunos años que sigo el método del gran italiano Ítalo Calvino y me funciona a las mil maravillas, la verdad. Es bastante simple y puede resumirse así: “Yo escribo como consigo escribir: cada cosa a su debido tiempo”.

 

¿Cómo te llevas con la virtualidad y todo lo que tiene que ver con ella en este contexto?

Esto de la virtualidad es una de las grandes herramientas de nuestro tiempo, sin duda alguna. Pero ya se sabe lo que sucede con las herramientas, si uno no las usa como es debido, terminan volviéndose en nuestra contra. Creo que el gran desafío de las nuevas generaciones será encontrar el equilibrio ideal entre un tipo de cosa y la otra: entre presencia real y presencia virtual, entre tiempo perdido y tiempo aprovechado, entre los aspectos mundanos de la vida y de la muerte, en definitiva. ¡Pavada de responsabilidad les delegamos!

En cuanto al poder de la palabra –y de la lectura, a su vez– agrego lo dicho por el mexicano Juan Villoro: “La lectura es una actividad que unos cuantos practican por gusto en situaciones normales y todos necesitan en una emergencia”. Cualquier cosa que quisiera agregar podría ir en detrimento de esa máxima, en la que creo sin medidas.