Efemérides

A 70 años del primer voto femenino en Argentina

Impulsado por el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD) hoy miércoles se llevará adelante la acción federal “Un voto por la paridad”, en la que se invita a que mujeres de todo el país se encuentren para conmemorar los 70 años de la primera vez en la historia argentina en que ejercieron su derecho al voto y a ser elegidas representantes del pueblo.

  • 10/11/2021 • 12:00
A 70 años del primer voto femenino
A 70 años del primer voto femenino

El 21 de agosto de 1946 el proyecto fue aprobado por la Cámara Senadores, para que el 9 de septiembre del año siguiente hiciera lo propio la Cámara de Diputados, luego de un maratónico debate. Días más tarde, el 23 de septiembre de 1947, se promulgó la Ley 13010.

El Poder Ejecutivo fue quién presentó el proyecto, en el marco de una batería de más de cuarenta leyes que Juan Domingo Perón había anunciado dentro de la planificación estatal conocida como el Plan Quinquenal.

Hasta ese día, a partir de la Ley Sáenz Peña (1912), que estableció el voto secreto y obligatorio, los únicos habilitados para votar eran los hombres mayores de 18 años, nacidos en Argentina y residentes de las 14 provincias del país. Las provincias de Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén, La Pampa, Chaco, Formosa y Misiones eran considerados territorios nacionales, y por lo tanto, no eligieron autoridades hasta las elecciones de 1951.

 

La campaña

Una lluvia de telegramas con un sin fin de remitentes llegaban diariamente a los despachos de los diputados y senadores nacionales de aquel entonces. Eran personas, organizaciones sociales y grupos partidarios que solicitaban la aprobación de la ley del voto femenino. Otros, preferían acudir a sus aptitudes para hacerse escuchar, como muchas actrices y actores famosos de la época, participando en cortos audiovisuales que fomentaban el debate.

Asimismo, las mujeres organizadas empapelaban las ciudades bajo el lema “la mujer puede y debe votar”, mientras Evita impartía sus discursos por radio, religiosamente, incitando a las mujeres a luchar por sus derechos.

“La mujer puede y debe votar, como una aspiración de los anhelos colectivos. Pero debe, ante todo, votar, como una exigencia de los anhelos personales de liberación, nunca tan oportunamente enunciados.”

“Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar”.

 

Los antecedentes

Si bien la ley se promulgó en 1947, recién en 1951 las mujeres acudieron masivamente a las urnas.

En 1911, los requisitos para empadronarse contemplaban, entre otros, ser ciudadano mayor de edad, saber leer y escribir, ejercer alguna profesión y tener domicilio en la ciudad de votación.

De 1911 a 1939 se presentaron diversas iniciativas que buscaron garantizar el voto femenino, aunque muchas de ellas ni siquiera se debatieron en el recinto. Fue el representante del Partido Bloquista, Aldo Cantoni, quien al asumir la gobernación de San Juan modificó la Constitución provincial y habilitó a las mujeres sanjuaninas a votar y a presentar sus candidatas en las elecciones municipales de 1928.

Algunas de las especulaciones de la oposición se cristalizaron el 11 de noviembre de 1951, cuando se celebraron las elecciones que permitieron la reelección de Juan Domingo Perón. La fórmula Perón-Quijano alcanzó nada menos que el 63.4%, seguida por los radicales Balbín-Frondizi, que obtuvieron el 32.2%.

“Para esas elecciones en el padrón figuraban 8.623.646 de electores, entre ellos, 4.222.467 mujeres. De ese total, el 90,32% se hizo presente en las urnas y más de la mitad votó al peronismo. El resto de las electoras, 1.375.096, lo hicieron por otras fuerzas políticas, que en total sumaban ocho candidaturas”, describió Laura Macek, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón (INIHEP)- Museo Evita.

Además, cuando las mujeres votaron por primera vez en la Argentina, ocuparon más del 30% de los escaños parlamentares. Se trató de un acontecimiento singular, pues ningún país de América Latina poseía, a mediados del siglo pasado, esa cantidad de representantes mujeres.

 

Una lucha que no termina

Con el empadronamiento, la mujer obtuvo su Libreta Cívica, porque hasta ese entonces, la única documentación con la que contaba era su partida de nacimiento. Además, la promulgación de la ley otorgó a las mujeres argentinas una mayor equidad real en términos civiles y políticos. La patria potestad compartida (1949) y la ley de divorcio (1954) fueron algunas de las conquistas más relevantes de la década. También lo fue la participación dentro del Congreso. Para 1952, entre los 30 senadores nacionales, seis eran mujeres, y las diputadas conformaban apenas el 15% de la cámara baja. Sin embargo, los sucesivos golpes de Estado dejaron sin efecto cientos de derechos obtenidos. La patria potestad compartida, por ejemplo, se restableció en 1985, con la transición democrática, y en 1991, cuando se aprobó la ley de cupo femenino, que estableció garantizar, al menos el 30% de participación femenina en las listas de partidos políticos para cargos nacionales.

 

 

A 30 años de la Ley de Cupo Femenino

El 6 de noviembre de 1991 se sancionó la ley 24012, que estableció un piso del 30 % de mujeres en las listas para las elecciones legislativas nacionales. Argentina se convirtió así en el primer país del mundo en contar con una normativa del estilo, clave en el avance de la agenda de género. En la actualidad, pese a la sanción de la Ley de Paridad, solo el 40% de las bancas en el Congreso está ocupado por mujeres.

Un gran antecedente fue el 33 % de participación de mujeres que Eva Duarte de Perón impulsaba desde el Partido Peronista Femenino y que en la realidad alcanzó al 22 % en 1954, pero descendió con los golpes militares. Recuperada la democracia luego de la última dictadura, sindicatos y partidos políticos empezaron a incorporar esta demanda. En 1989, prosperó el proyecto de la radical Margarita Malharro, que fue el que finalmente llevó a la sanción de la ley 24012.

Ya en las elecciones de 1993, la proporción de diputadas creció del 5% al 13% y se duplicó en 1995. En cuanto a las senadoras, aumentó del 6% al 38% en 2001, con elecciones directas del Senado completo, por primera vez desde 1973. Fueron, además, las primeras elecciones senatoriales separadas de las presidenciales. En realidad, el 30% se alcanzó recién unos diez años después de la ley.

La sanción de la Ley 27412 en 2017 estableció la paridad de género, es decir, una representación del 50% en las listas legislativas nacionales y del Mercosur de mujeres y hombres. En particular, reguló la conformación de las listas de candidaturas que, para ser oficializadas, deberán ubicar de manera intercalada a mujeres y varones desde el primer puesto titular hasta el último suplente.

Sin embargo, a pesar de las múltiples normativas, el promedio de representación femenina en las cámaras del Congreso Nacional oscila actualmente el 40% y la desigualdad se acrecentó con los resultados de las PASO. Para las elecciones legislativas generales, las mujeres encabezan solo un tercio de las listas nacionales: solo el 36,09% en la Cámara Baja y el 34,4% en el Senado.